Crítica de 'Fear The Walking Dead' (T6B): Cuando la familia es lo único importante

Tras el habitual parón que sufren muchas series estadounidenses cuando llegan al ecuador de sus temporadas, 'Fear The Walking Dead' regresa con la continuación de su sexta tanda de capítulos, que en España se podrá ver gracias a AMC cada lunes por la noche a partir del 12 de abril. En los nuevos episodios del primer spin-off de 'The Walking Dead', Morgan (Lennie James) sigue luchando por liberar al resto de sus amigos de la dictadura de Virginia (Colby Minifie). Por su parte, la líder de los Colonos también vive su propia batalla personal tratando de encontrar a su hermana y protegiendo sus terrenos y asentamientos de las amenazas externas e internas.

Si en la primera parte de la temporada descubrimos cómo es la vida de los protagonistas bajo el control de Virginia, ahora la serie da un paso más para mostrarnos las consecuencias de esa nueva rutina. La separación es el principal problema que han tenido que afrontar, un distanciamiento que les ha obligado a elegir entre el bien del grupo o los intereses individuales. De este modo, el factor personal cobra protagonismo a la hora de tomar decisiones, convirtiendo esas acciones en algo impulsivo y que ponen a prueba la lealtad de los personajes y sus relaciones.

Una guerra que continúa

Lo primero que espera el espectador cuando se adentra en los nuevos episodios es ver cómo continúa la batalla contra Virginia y su grupo. Cuando conocimos a la líder de los Colonos descubrimos a una de las villanas más letales de la serie, pues no le tembló el pulso ni un segundo a la hora de acabar con Logan y su gente. Hasta ahora ha tenido la situación controlada e incluso consiguió derrotar a Morgan. Sin embargo, la última vez que los vimos en acción descubrimos que el hombre había vuelto a recuperar su fuerza de antaño y está dispuesto a hacer todo lo posible para liberar a Grace y al resto de sus amigos. Su baza para lograr este propósito es uno de los puntos débiles de Virginia, por lo que la guerra está servida.

De este modo, la acción cobra protagonismo en momentos puntuales para recordarnos que todavía nos encontramos antes una ficción basada en un mundo postapocalíptico en el que el ser humano es el peor enemigo que se puede encontrar. Así pues, las secuencias en las que predomina la tensión no son la tónica predominante, pero están totalmente justificadas y van acorde a la narración. Lo mismo sucede con los enfrentamientos con los caminantes, escenas que cada vez son menores, pero que siguen teniendo su espacio en pantalla con la misma credibilidad y espectacularidad de siempre.

El diálogo como seña de identidad

Las largas conversaciones se han convertido en la seña de identidad de 'Fear The Walking Dead', una estrategia heredada de la serie original. Nos gusten o no, los diálogos entre los personajes ocupan gran parte de los episodios, sobre todo cuando se trata de reflexionar sobre la vida que les espera en un futuro. Tratar de encontrar una salida a la situación que viven y la posibilidad o no de prosperar y lograr la estabilidad en una comunidad pacífica y armoniosa sigue siendo una de las mayores preocupaciones. Lo mismo sucede con el sentimiento de culpa, esa sensación de vacío y de dolor que provoca que los personajes se metan de lleno en un pozo del que es complicado salir.

Además, gracias a esas conversaciones en la que los personajes se abren en canal y expresan sus mayores temores y narran sus traumas, también se descubren secretos del pasado y motivaciones que desvelan cuál es el camino que quieren seguir. Igualmente, el diálogo se utiliza como arma para negociar cuando surge un conflicto, consiguiendo crear un ambiente de tensión sin necesidad de grandes escenas de acción. De esta forma, las conversaciones y las reflexiones siguen siendo la fórmula utilizada para tratar de hacer que avancen las tramas.

Lo personal como justificación de las acciones

A lo largo de las seis temporadas que lleva en emisión 'Fear The Walking Dead' hemos podido comprobar que el principal impulso de sus protagonistas siempre es proteger a sus seres queridos. Desde un primer momento, Madison busca por activa y por pasiva la forma de ofrecerles a sus hijos una vida dentro de este nuevo mundo, añadiendo por el camino a personas que se convirtieron también en parte de su comunidad. Tras su muerte, su hija y el resto del grupo cogieron el testigo y con Morgan al frente han continuado con la labor de ayudar a los demás. Con este pensamiento presente, cuando las cosas se ponen feas y las amenazas son reales, protegerse mutuamente pasa a ser la prioridad.

La presencia de Virginia y Los Colonos ha agudizado ese sentimiento de protección grupal, sobre todo después de que fuesen separados a la fuerza. Esta mentalidad prevalece en los nuevos episodio y se instaura como el motor principal que motiva cada una de las acciones de los personajes. De este modo, siguiendo la lógica vista hasta ahora, las cuestiones personales adquieren más relevancia que nunca para justificar la forma de actuar. Cada una de las decisiones que toman se argumentan a través de lo que sienten y de lo que el corazón les dicta, dejando de lado cualquier razonamiento. Así pues, la serie se mueve por terrenos personales que hacen que las tramas sean más pasionales y la resolución de los conflictos sea algo inesperado y mucho más impactante.