OPINIÓN

Crítica de 'The Umbrella Academy': El drama de una familia rota frente a la diversión del apocalipsis pulp

Netflix estrena el 15 de febrero este frenético cóctel de ciencia ficción surrealista que no por serlo descuida las tramas personales de sus protagonistas.

Por Óscar Arenas El 15 de Febrero 2019 | 11:10

La base de cualquier familia, del tipo que sea, debería ser el amor. Si esto falla, las consecuencias para sus miembros pueden dejarse notar toda la vida. Y si esta familia la integran un grupo de hermanos con superpoderes en un mundo que está al borde del apocalipsis, las consecuencias pueden ser el mismísimo fin de todo lo que existe. Esto es lo que nos propone 'The Umbrella Academy', la nueva apuesta superheroica de Netflix de la que hemos podido ver cinco episodios, en los que mezcla en un oscuro cóctel el drama de unos personajes con muchos asuntos sin resolver con toda la surrealista diversión de un mundo en el que caben viajes en el tiempo, monos parlantes y asesinos que llevan máscaras infantiles.

Los miembros de 'The Umbrella Academy' de niños durante su primera actuación

La premisa parte de un hecho extraordinario que ya nos da una pista del tono de la ficción: el parto fortuito, al mismo tiempo y en puntos distantes del planeta, de 43 mujeres que no estaban embarazadas a primera hora de ese mismo día. La curiosidad del evento llamó la atención de Sir Reginald Hargreaves (Colm Feore), un excéntrico multimillonario y aventurero que consiguió gracias a su dinero e influencia hacerse con siete de los niños resultantes de estos nacimientos.

Con el tiempo, estos infantes desarrollaron superpoderes y su padre adoptivo los entrenó para defender al mundo de toda clase de amenazas. Sin embargo, se centró mucho en su educación como luchadores contra el crimen y poco en cuidar cualquier clase de relación paternofilial, cosa que puede advertirse en que sólo los nombrase con números del 1 al 7.

Personajes reales en un mundo disparatado

Por supuesto, esta alocada historia enraíza con una tradición de ciencia ficción pulp que tiene poca o ninguna gana de explicarse a sí misma, ni falta que le hace. Pero, eso sí, mantiene un pie en tierra poniendo mucha atención en el desarrollo de sus personajes, que tienen toda la lógica que le falta a su disparatado mundo.

El despacho de Número Cinco, encarnado por Aidan Gallagher en 'The Umbrella Academy'

Así, podemos ver a una caprichosa estrella de Hollywood que es capaz de hacer que cualquiera siga sus órdenes, pero que también es una madre frustrada por sus errores y perseguida por un matrimonio fallido. Puede que haya un superhéroe de fuerza sobrehumana y cuerpo monstruoso que ha vivido durante años en la Luna, pero al tiempo es un hijo complaciente obsesionado con ser perfecto para recibir el amor de su padre. Y sí, hay un preadolescente repipi que puede teletransportarse y es el mejor asesino de la historia, pero también es una persona torturada por una experiencia traumática.

Héroes de vuelta de todo

Parte del milagro de que los brillantes sinsentidos de 'The Umbrella Academy' no supongan una sobredosis abrumadora tiene que ver con que sitúe a sus personajes en la treintena. Los hermanos protagonistas se reencuentran tras el fallecimiento de su padre, que podría o no haber sucedido en extrañas circunstancias (depende de a cuál de ellos le preguntes). Todos ellos, en mayor o menor medida, estaban separados del ya casi inexistente núcleo familiar, y los momentos en que fueron un equipo de superhéroes juveniles les quedan ya muy lejos. Las erráticas vidas de estos héroes incapaces de salvarse a sí mismos y el descubrimiento paulatino de los errores que les han llevado hasta donde están son tan atractivos como la intriga producida en torno a un prometido fin del mundo.

Número 4 y Número 5 asisten al funeral de su padre en 'The Umbrella Academy'

Porque esta familia y su entorno suponen todo un pantone de personalidades y estrategias emocionales derivadas del ritmo frenético de sus vidas, que se transmite en la actitud del elenco de actores. Por ello, el espectador se puede encontrar con la melancólica aunque contenida Ellen Page como la pisoteada Vanya (o Número 7), divertirse con un entrañable asesino como es el Hazel de Cameron Britton o darse de bruces con el desatado Robert Sheehan, que camina siempre en el filo del ridículo al dar vida al yonki hedonista que es Klaus (o Número 4). Aunque quien más sorprende es el joven Aidan Gallagher, que nos convence absolutamente de que es el Peter Pan mortífero que representa su Número 5.

Muchos hijos, un mono y la Luna

Aunque probablemente este esfuerzo por hacer que el tono de la serie sea asumible para el espectador a pesar de los elementos rocambolescos de ciencia ficción podría haberse echado por tierra de haber tenido un menor cuidado en el apartado visual. Sin embargo, Netflix ha echado el resto y se ha atrevido a recrear al simiesco mayordomo Pogo enteramente por CGI, así como escenarios como la Luna o la propia Tierra tras el apocalipsis. Aunque no se puede comparar con la factura cinematográfica de 'Juego de Tronos', los efectos y la cinematografía se combinan en un mundo propio de contrastes entre crueles masacres y máscaras de colores chillones.

Los asesinos Hazel y Cha-Cha en 'The Umbrella Academy'

Pinchando temazos en modo aleatorio

Por supuesto, la música no podía faltar en esta adaptación. No solamente por lo central que es para la trama de Vanya, sino porque la historia es una creación original de Gerard Way, vocalista y líder de la banda My Chemical Romance, que aporta su propia canción a la serie. Aparte de ese tema, la banda sonora se construye con grandes éxitos del rock y el pop de todas las épocas, desde canciones recientes de Noel Gallagher, pasando por los míticos Queen hasta el viaje al corazón de los ochenta que supone el "I Think We're Alone Now" de Tiffany.

Estos ritmos se pueden encontrar tanto en momentos emocionales e introspectivos como en movidas escenas de acción, aunque no siempre con el mismo acierto. No por la calidad de los temas elegidos, que siempre suele ser altísima, sino por la poca imbricación que tienen ocasionalmente con lo que se está viendo. Da la sensación de que había mucha necesidad de impresionar al espectador con un apartado musical potente, pero quizá los hits que se lanzan sin ton ni son podrían haber brillado más de haber sido menos, pero con más minutos, y se habrían beneficiado de un montaje más videoclipero que los condujeran por las escenas.

No es otra historia de superhéroes más

Dejando a un lado el arquetipo del héroe estadounidense perfecto, esquivando la obviedad del humor de una sola frase de otras sagas superheroicas y buscando las sombras sin por ello acomplejarse de provenir de un colorido concepto de tebeo, 'The Umbrella Academy' abunda en la tradición superheroica aportando su propia visión. Siguiendo la estela desprejuiciada y anclada en el género de otra producción estrenada recientemente por Netflix como es 'Titanes', esta serie añade personajes cuya mayor edad sólo les suma más malas experiencias, pero mantiene una esencia que el género superheroico no debería perder: la de una imaginación desbordante que no teme desfasar si es necesario.