Crítica de 'The White Lotus' (Temporada 3): Ojalá todas las series llegaran a una tercera temporada así

Sawadee krab! Bienvenidos a 'The White Lotus' Tailandia. Tras dos brillantes temporadas en Hawaii y Sicilia, dominadas en parte por la magnética Tanya McQuoid (Jennifer Coolidge), la serie de Mike White debía demostrar si era capaz de seguir siendo relevante con un nuevo elenco ya sin su gran reclamo.

Y lo es. La tercera temporada de 'The White Lotus' es igual de entretenida y disfrutable, sino más, que sus dos anteriores entregas. Uno de los principales aciertos de la serie, que en esta temporada se potencia aún más, es la de convertir el escenario en el que se sitúa en un personaje más. Y Tailandia es, simplemente exquisita. White se recrea en preciosos planos de vegetación frondosa, recónditos templos rodeados de monos o paradisiacas playas. Es, sin duda, la mejor campaña de publicidad que el Gobierno de Tailandia pudiera contratar.

Hasta el resort se trasladan los nuevos y adinerados huéspedes dispuestos a escapar de sus miserias. Los cuatro núcleos de esta temporada están formados por una de esas familias americanas que piensan que la Tierra gira alrededor de los Estados Unidos: él (Jason Isaacs) es un empresario con una polémica en el pasado que está a punto de estallarle nada más aterrizar, mientras que su mujer (Parker Posey) vive en una nube de pseudofelicidad permanente a base de lorazepam. Están allí porque su hija la "rarita" (Sarah Carherine Hook) está realizando un estudio sobre el budismo. El vástago mayor de la familia (Patrick Schwarzenegger) es el típico gymbro mononeuronal que vive a base de batidos de proteínas y onanismos mientras intenta entrarle a todo lo que se mueve. El pequeño (Sam Nivola) aparentemente oculta un secreto eclipsado por su loca familia.

Por otro lado tenemos al grupo de amigas cuarentonas que se van a reconectar juntas. Una de ellas, Michelle Monaghan, es una actriz famosilla que corre con los gastos de sus dos amigas de la infancia, interpretadas por Leslie Bibb y Carrie Coon. Mucho buenrollismo entre las tres pero en cuanto una de ellas falta las otras dos aprovechan para clavarle los puñales por detrás.

Aimee Lou Wood da vida a una joven despreocupada que acude con su pareja, separada por una importante diferencia de edad y, sobre todo, de interés. Ella parece perdidamente enamorada de él, mientras que él (Walton Goggins) pasa completamente de ella y tiene otras cosas en la cabeza.

Por último está Natasha Rothwell, personaje recuperado de la primera temporada que da vida a la masajista Belinda. Belinda viene desde el White Lotus de Hawaii dispuesta a aprender tras haberse frustrado su negocio conjunto con Tanya McQuoid tras la muerte de ésta. Aquí la serie nos introduce también a su hijo, Nicholas Duvernay, que acude a pasar unos días con ella.

Como siempre, 'The White Lotus' se completa con una plétora de personajes locales que sirven o interactúan con los huéspedes. Aquí destacan la dueña del resort, interpretada por Patravadi Mejudhon, o la componente de Blackpink, Lisa. Son el contrapunto local habitual a la extravagancia de los clientes pero también con sus propias tramas y misterios.

En cierto modo, 'The White Lotus' funciona tan bien porque recuerda a esas series exitosas de los noventa como 'Médico de familia', que tenían que meter una trama para atraer a cada franja de edad (desde las aventuras del señor Manolo y su amigo Matías, hasta las travesuras del pequeño Chechu) o clase (la familia era acomodada, pero la asistenta -la Juani- recibía también sus tramas personales y trataba de tú a tú con los ricos). Es fácil hacer analogías en este caso y, si se pregunta a dispares seguidores de 'The White Lotus', seguramente cada uno esté más atraído por un personaje u otro en función de sus gustos o situaciones.

Las tramas no avanzan, fluyen

Dentro de lo similar que es esta tercera temporada a las dos anteriores, sí es cierto que está rodeada de un tono mucho más espiritual y pausado. Todo vuelve a comenzar con un asesinato (aunque siempre suele ser lo de menos) y a partir de ahí vamos conociendo poco a poco a los personajes, con ritmo pausado y tramas entremezcladas con los encantadores paisajes tailandeses.

Probablemente existan dos tipos de espectadores para 'The White Lotus': aquellos que buscan una historia misteriosa sólida y la satisfactoria resolución de las tramas; y aquellos que sólo quieren disfrutar con el viaje, les da igual quién sea el muerto o por qué, están aquí para ver a un gran elenco de actores interpretar personajes mamarrachos con brillantes líneas de diálogo y muchos memes. Para los primeros, es probable que la fórmula empiece a dar síntomas de repetición y puede que agotamiento, pero para los segundos seguirá siendo esa mezcla entre serie de culto y placer culpable que no pueden, podemos, dejar de ver.