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OPINIÓN

Crítica de 'The Witcher', la apuesta de futuro de Netflix que exhala fantasía pura

La incursión de la plataforma de streaming en el terreno de la fantasía épica exhibe una personalidad distintiva desde el comienzo, pero todavía tiene mucho margen para mejorar y pulir sus imperfecciones.

Por Alejandro RoderaPublicado: Viernes 20 Diciembre 2019 09:29 | Última actualización: Viernes 20 Diciembre 2019 09:29

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The Witcher

The Witcher

2019 - Act

Estados Unidos 3 temporadas 24 capítulos

AcciónDramaFantasía

8,0

Popularidad: #73 de 3.507 Ranking The Witcher

  • 25

  • 12

Dos espadas: la de acero para los humanos y demás seres no mágicos, y la de plata para los monstruos. A grandes rasgos, esas son las principales herramientas de trabajo de Geralt de Rivia, un brujo que se dedica a dar caza a las criaturas más terroríficas para ganarse la vida. Su espíritu nómada se gestó en los relatos cortos y novelas de la saga creada por Andrzej Sapkowski y alcanzó una nueva cota de popularidad con la trilogía de videojuegos de CD Projekt Red. Ahora, la franquicia sale de su Polonia natal de la mano de Netflix, que ha exprimido las principales virtudes de la obra original, pero ha quedado lejos de articular un fenómeno intachable.

Henry Cavill durante un combate en 'The Witcher'

Henry Cavill durante un combate en 'The Witcher'

En esta ocasión, el personaje titular de 'The Witcher' no es protagonista absoluto, sino pieza de un rompecabezas que funciona más como tríptico que como producto unitario y cohesionado. Eso sí, el cazador interpretado por Henry Cavill -tan apasionado de la franquicia que presentó su candidatura para encabezarla- es el único con una personalidad consolidada desde el arranque de la serie, de la que hemos podido ver los cinco primeros episodios de los ocho que componen su temporada inicial. Mientras que Geralt llega a todos los lares precedido por su fama, generando más rechazo que respeto por su mutada naturaleza, sus dos coprotagonistas, la hechicera Yennefer (Anya Chalotra) y la princesa Ciri (Freya Allan), son presentadas como figuras tan maleables como poderosas, inmersas en sus particulares historias de origen.

Al igual que las primeras obras de la saga de Sapkowski, la ficción creada por Lauren S. Hissrich ('The Defenders') opta por el relato corto como medio de expresión, tomando como referencia las diferentes misiones de Geralt. A partir de los encargos que asume el brujo se expone el racismo, el oscurantismo y la podredumbre predominantes en el Continente, el vasto universo que acoge a todo tipo de especies en 'The Witcher'. En horizontal se desarrollan las tramas de Ciri y Yennefer, destinadas a cruzarse en algún momento con la del legendario y canoso ejecutor a sueldo, pero a las que se brinda tiempo para crecer y formarse en solitario, promoviendo así que el espectador las comprenda como entes igual de valiosas y profundas que su contraparte masculino, y no como complementos intercambiables.

Ciri huye de sus persecutores en 'The Witcher'

Ciri huye de sus persecutores en 'The Witcher'

No hay mal menor

Desde el episodio piloto, en el que Geralt tiene menos complicaciones para empalar a una kikimora que para lidiar con las contradicciones humanas, se hace hincapié en el bagaje moral con el que carga el antihéroe protagonista, capaz de mantener un resquicio de romanticismo en un mundo en el que, a pesar de sus innegables habilidades, ocupa un papel marginal. Cavill hace un buen trabajo a la hora de aportar su particular gravedad -tanto física como vocal- a un personaje tan estoico e imponente como Geralt. El actor detrás del último Superman cinematográfico demuestra aquí una vez más haber nacido para la acción, bordando unas coreografías hipnóticas, que destacan como el punto fuerte de la serie, al confluir en ellas ideas formales fascinantes y, en los mejores casos, ejecuciones soberbias.

Pero 'The Witcher' es mucho más que eso, lo cual no es necesariamente bueno, ya que la fragmentación del protagonismo trae consigo un baile continuo en el tono de la serie: Geralt cabalga esa portentosa acción, con más de un alivio cómico de por medio; Yennefer experimenta un drama sexual y nigromante, complejo y superficial a partes iguales; y Ciri atraviesa un relato de iniciación adolescente, obligada a enfrentarse al fango de un mundo que siempre ha observado desde una atalaya. De esta manera, cada capítulo es una aventura diferente, dependiente de que la misión de turno de Geralt no resulte derivativa. La irregularidad en el ritmo es casi una constante, ya que la narración no suele perder de vista a su trío protagonista, aunque no siempre despierten todos el mismo interés.

Yennefer, ensangrentada en 'The Witcher'

Yennefer, ensangrentada en 'The Witcher'

Juego de monstruos

Sexo, violencia, fantasía... A estas alturas resulta demasiado evidente comparar 'The Witcher' con 'Juego de Tronos', y es que sus cartas de presentación, aunque compartan esas características, son totalmente diferentes. La serie de Netflix hace gala de una personalidad deudora de la obra original, tan absorta en la épica como consciente del mundo que la rodea, pero peca de una ligereza que poco tiene que ver con la intensidad que pretende esgrimir. Como sucedía con 'The Politician', es evidente que 'The Witcher' es un proyecto planteado a largo plazo, restando contundencia y consistencia a su primera temporada para dibujar un esbozo del gigante que puede ser en el futuro, aunque en el presente nos tengamos que conformar con esa entretenida promesa.

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