ANÁLISIS

Crítica de 'Todas las veces que nos enamoramos': Mucho más que la típica comedia romántica (y necesitamos más)

Netflix estrena en San Valentín esta ficción creada por Carlos Montero y protagonizada por Georgina Amorós y Franco Masini.

Netflix

Por Sergio Navarro El 14 de Febrero 2023 | 13:28

Netflix nos da una de cal y otra de arena. Si bien todo el mundo está hablando estos días de la plataforma por el fin de las cuentas compartidas, también ha querido endulzar el momento con el estreno de 'Todas las veces que nos enamoramos', un regalo perfecto para San Valentín. Se trata del nuevo proyecto de Carlos Montero, compuesto (por ahora) de ocho capítulos llenos de amor y mucho más que conocimos en su anuncio como 'Meet Cute', pero que cambió de título.

Irene (Georgina Amorós), en 'Todas las veces que nos enamoramos'

La serie nos traslada a septiembre de 2003, con la llegada de Irene a Madrid, dejando atrás Castellón con muchísimas ganas de comerse el mundo como directora de cine. (Como dato, es de aplaudir que tres de las cuatro personas encargadas de la dirección de esta ficción sean directoras). Será en la Universidad donde conozca a sus mejores amigos y a Julio, el coprotagonista de esta historia que será la persona perfecta para actuar en el corto que prepara ella y por qué no, para que surja el amor. Pero la vida tiene otros planes.

Conocemos a Irene en 2022, escribiendo casi dos décadas después un guion que perfectamente puede narrar todo lo que vivió en su época universitaria. En su ordenador, nada más arranca la serie, escribe: "Sí, esta es una de estas historias de amor donde ya sabes lo que va a pasar. O a lo mejor no, a lo mejor no sabes lo que va a pasar. Y eso es mucho mejor. ¿Empezamos?". Este es el pistoletazo de salida de algo que sabemos que no nos va a contar lo que podemos esperar.

Irene y Julio... ¡Ay <3!

En una comedia romántica es imprescindible que haya una pareja, y en esta son Irene y Julio, interpretada por Georgina Amorós y Franco Masini. Se acaban de conocer, pero algo hace que se quieran seguir conociendo. Puede ser amor, pero también fascinación o admiración. ¡Ya habrá tiempo para el amor!

Irene (Georgina Amorós) y Julio (Franco Masini), en 'Todas las veces que nos enamoramos'

Ellos quieren estar juntos, el público quiere que estén juntos, pero la vida no se lo pone fácil. De hecho, va a haber momentos que el espectador se va a preguntar por qué no pueden ser felices juntándose y no dejan de tropezar constantemente sobre diferentes piedras. Así es la vida. A todo esto le otorga mucha fuerza el hecho de que esté contado a dos épocas, para que conozcamos la relación entre Irene y Julio en dos momentos muy diferentes y que nos imaginemos qué es todo lo que ha ocurrido entre medias.

Un lujo de secundarios

Pero no están solos, pues en todo momento les acompañan un gran número de personajes secundarios que se comen sus escenas. Por un lado, tenemos a los compañeros de clase de Irene, a quienes dan vida Blanca Martínez, Roser Vilajosana y Carlos González. Este último merece mención especial, pues sus apariciones iluminan cada escena, sirven para destensar, empatizas con su personaje de Da y te echas unas risas con su brillante interpretación.

Carlos González, Blanca Martínez, Roser Vilajosana y Georgina amorós, en 'Todas las veces que nos enamoramos'

Pero hay muchos más. El ex de la protagonista es Albert Salazar, que en todo momento le veremos como el "otro"; Jorge Suquet es un prestigioso director de cine que cae rendido a los encantos de Julio y quiere llevarlo al estrellato; Willy Toledo es el padre de Julio, quien vive anclado en la adolescencia; y Silvia Abril encarna a la madre de Irene en un registro más dramático de lo que estamos acostumbrados, y nos demuestra que también domina a la perfección.

Invita a reflexionar sobre el talento y los objetivos

Esa sinopsis, que llegue el día de los enamorados, que tenga la palabra "enamoramos" en el título, nos lleva a pensar que es una comedia romántica al uso. No nos engañemos: sí que lo es, pero tiene mucho más temas que el amor y quizás más interesantes. Esta serie hace una crítica, o más bien nos invita a reflexionar, acerca de la esperanza y de las ilusiones y, sobre todo, de si hay relación entre el talento y que los sueños se cumplan.

Irene es una chica muy motivada, muy trabajadora, con vocación, que lo deja todo por estudiar cine, que se lo prepara todo al detalle, que estudia, que reescribe para dejarlo perfecto, que ensaya cada plano... y que además lo hace bien porque tiene talento. Pero la vida no le da la oportunidad de triunfar en lo que ella siempre había soñado y en lugar de dirigir cine se conforma con spots publicitarios.

Julio (Franco Masini), en 'Todas las veces que nos enamoramos'

En la otra cara de la moneda encontramos a Julio, un chico al que no le interesa demasiado el cine, que no tiene ni idea de actuar, que no sabe quién es nadie dentro de la industria y que no tiene formación para ser intérprete. Sin ese talento y sin buscarlo en absoluto, acaba viviendo de esto, empalmando trabajos y llegándose a convertir en una estrella del séptimo arte. ¿Por qué una que lo desea y vale para ello no lo consigue mientras que otro, sin casi esfuerzo ni gran interés lo logra enseguida?

Cine dentro del cine

'Todas las veces que nos enamoramos' es de estas series que te muestran cómo se hace el cine. Muchos de los personajes son estudiantes de Comunicación Audiovisual y otros se dedican profesionalmente a ellos, por lo que en la serie vemos rodajes, sets dentro del set, explicaciones técnicas como qué significa no saltarse el eje, e incluso el atrezzo cuenta con carteles tanto de películas reales como ficcionadas para la historia. Todo esto suma para la creación de una atmósfera en la que muchos se van a ver reflejados.

Gran parte del reparto de 'Todas las veces que nos enamoramos'

Y como en todo buen cine, hay otros dos aspectos que cabe señalar de esta serie de Netflix. La primera de ella son los giros, pues esta serie los tiene y la primera gran sorpresa nos la llevamos en el final del primer capítulo, cuando ocurre algo inesperado totalmente. Y la segunda es la BSO, pues 'Todas las veces que nos enamoramos' cuenta con una selección musical que son una auténtica delicia.

Esto no es 'Élite'

Si has llegado hasta este punto de la crítica, no hace falta remarcar que esto no es 'Élite'. Al estar protagonizada por gente joven y estar creada por Montero, mucha gente puede pensar que estamos ante algo parecido, pero no; no tiene nada que ver. Esta es más realista, tiene un tono más amable, es más divertida, menos surrealista y ni hay malos ni muertes.

Conclusión: queremos más

'Todas las veces que nos enamoramos' es un sí en todos sus aspectos. Desde el arranque, ya estás dentro. Más allá del romance, hay tensión, hay misterio, y todo esto suma para que no puedas dejar de verlo. ¿Qué ocurre? Que al octavo capítulo llega a su fin la primera temporada y nos quedamos con muchísimas ganas de seguir. Esto no puede quedarse así y estamos deseando que Netflix confirme (¡ya!) la segunda temporada. ¡Necesitamos más!