CRÍTICA

Crítica de 'Velvet Colección: Episodio final': Un adiós apresurado vestido de nostalgia navideña

La serie con más glamour de la televisión se despide en Movistar+ con un episodio plagado de reencuentros y alguna que otra sorpresa.

Por Redacción El 19 de Diciembre 2019 | 11:40

Vibramos con la historia de amor de Ana y Alberto, lloramos la muerte de Rita y el accidente de Raúl de la Riva nos dejó a todos con el corazón en un puño. Tras años de emociones a flor de piel, siempre envueltas en las mejores calidades, las galerías más famosas de la televisión bajan la persiana. 'Velvet colección' se despide de Movistar+ (estreno, 20 de diciembre) con un especial navideño lleno de reencuentros y guiños al pasado que prometen remover sentimientos entre los millones de fans que la serie creada por Ramón Campos, Gema R. Neira y Teresa Fernández-Valdés ha ido reclutando por todo el mundo desde su estreno, allá por 2014, en Antena 3.

'Velvet colección'

En 1969, once años después del inicio de este particular cuento de hadas, la familia Velvet decide emprender nuevos horizontes y traspasar el negocio. Y claro, una despedida así merece una celebración por todo lo alto. Por eso, Clara Montesinos (Marta Hazas) descuelga el teléfono y reúne a su séquito en las galerías de Madrid, donde empezó todo: Doña Blanca (Aitana Sánchez-Gijón) y Macarena (Adriana Ozores) vienen desde Sevilla, mientras que Raúl de la Riva (Asier Etxeandía) viaja, secretamente acompañado, desde Guinea Ecuatorial. Por supuesto, está el clan de Velvet Barcelona: Clara, Mateo (Javier Rey), Pedro (Adrián Lastra) y Jonás (Llorenç González) llegan a la capital para el gran evento. Y desde Nueva York, la aparición estelar más esperada, la de los protagonistas iniciales de esta historia de amor convertida ahora en cuento de Navidad: Alberto Márquez (Miguel Ángel Silvestre) y Ana Ribera (Paula Echevarría), que como anticipa el tráiler volverá a vestir su mítico vestido rojo. Tranquilos, no será el único.

En las últimas temporadas, la serie había mutado, en cierta manera, de estilo. Seguía siendo ese melodrama romántico de época con diálogos intensos, sorprendentes giros de guion y glamour a raudales, ingredientes que le hicieron triunfar como, probablemente, nunca volveremos a ver en abierto (su "final" en Antena 3 superó los 4,3 millones de espectadores, datos imposibles de imaginar hoy en día). Con la apertura de las galerías en Barcelona y, por ende, el inicio del spin-off en Movistar+, adquirió tintes de thriller, sobre todo en la segunda temporada. La irrupción del embajador iraní Omar Ahmad (Andrés Velencoso) hizo de la (pen)última, podríamos decir, la entrega más atrevida y trepidante. En este capítulo, sin embargo, no hay grandes enemigos. Es todo lo conciliador y amable que cabría para un final "redondo", como se encargó de confirmar la propia Paula Echevarría: "Es un episodio que dejará a todo el mundo contento, se le va a dar al espectador lo que quiere ver".

Tramas concentradas

Bambú despide así una serie insignia, pilar de esa marca inconfundible, la de una productora referente en el audiovisual español y europeo. Lo hace con un episodio de 80 minutos ocupando el lugar que, en principio, estaba reservado para una tercera temporada. Por desgracia, ese cambio de planes se nota. Y mucho. Concentrar tramas -algunas con un peso dramático muy importante- que darían para diez capítulos, en uno, desluce un especial tan esperado. Por mucho que se adorne con la nostalgia de la Navidad, no logra conectar con ese lado emotivo que nos cautivó a través de tantos y tantos personajes, bajas y altas incluidas, durante años. Definitivamente, este adiós -puede que necesario- reclamaba más recorrido. Acaba siendo un desenlace descafeinado y apresurado para una serie de época que ha marcado, valga la redundancia, una época en la ficción de nuestro país.

Paula Echevarría, Marta Hazas y Cecilia Freire vuelven a compartir escena

Con todo, los fans acérrimos disfrutarán seguro con una serie de reencuentros agradables, redondos, efectivamente, al menos en forma. En cuanto al contenido, eso sí, no entrañan giros que se puedan calificar como sorprendentes. En el tono y la cercanía de los diálogos se nota la mano de los autores y su afán por contentar al espectador de siempre. Románticos, melancólicos e inspirados por momentos, también hay espacio para los chispazos cómicos (atención a don Emilio y su ironía). La trama más problemática, por llamarlo así, gira en torno a Eduard Godó (Imanol Arias), que pelea junto a su hijo Sergio (Fernando Guallar) por conseguir un permiso penitenciario para poder pasar las fiestas con los suyos. ¿Que quiénes son los suyos, después de todo? Buena pregunta.

Mención aparte merece, como siempre, el vestuario. En la temporada anterior, el encargo del vestido para la coronación de Farah Diba trajo consigo un carrusel de nuevos diseños y texturas a las galerías. Una constante en 'Velvet', que a lo largo de las diferentes entregas ha ido aportando las pinceladas de lo que suponía la moda, también a nivel social, en cada época hasta rozar los años 80. Este episodio final sirve, salvo una contada y exótica excepción, más como un recopilatorio. Con motivo de la venta de la empresa, el equipo hace un repaso de sus mejores colecciones, inmortalizando los looks más recordados y dejando claro, por si había alguna duda, que se despide la serie con más glamour de la televisión.