OPINIÓN

Crítica de 'Veneno': Una desgarradora, emotiva y tierna historia de visibilidad y lucha

Los Javis son los creadores de la ficción de Atresplayer Premium basada en la vida de Cristina Ortiz La Veneno.

Por Cristian Quijorna El 27 de Marzo 2020 | 12:00

Dicen que hay vidas que merecen ser contadas y posiblemente las de Cristina Ortiz La Veneno y Valeria Vegas son dos de ellas. Aunque les separaban varias generaciones, ambas tenían mucho en común. Ambas lucharon por romper prejuicios, por alcanzar sus metas y por reivindicar lo que eran, mujeres. 'Veneno' es su historia, la de ellas y de muchas otras que lucharon incansablemente por sobrevivir. Javier Calvo y Javier Ambrossi junto a Atresplayer Premium han querido darles el hueco que merecían en esta ficción que atrapa y enamora, pero que también desgarra y emociona. Una historia que transmite verdad, emoción y ternura; una historia dura pero que tenía que ser contada.

Daniela Santiago, en 'Veneno'

Este relato arranca con un primer episodio redondo, que define muy bien cómo es 'Veneno'. Es un piloto tierno, duro, muy emotivo, pero que no prescinde de toques de humor necesarios. Porque Cristina Ortiz era natural, sincera y muy espontánea. Y sí, así se plasma en este capítulo, que es en definitiva un homenaje a su figura y que sienta las bases de una serie que nos ayudará a entenderla, a sentirnos identificados con ella y a ponernos sin duda en su piel, en la de alguien que poco podía imaginar cuando una periodista se le acercó en Parque del Oeste que todo iba a cambiar para siempre.

'Veneno' narra su historia de una forma muy acertada, navegando en diferentes etapas de su vida y mostrando el contraste de lo que consiguió en su día y de lo que terminó siendo después. El espectador difícilmente se perderá en este viaje que nos lleva a meternos en un universo único, que atrapa y en el que es imposible no dejarse llevar. Un universo en el que Cristina Ortiz comparte protagonismo con Valeria Vegas, la que sin duda se convierte en el gran descubrimiento de esta ficción, porque 'Veneno' es también la historia de su vida. La de alguien que necesitaba un referente para conseguir gritar al mundo lo que realmente es y es que muchas veces todos necesitamos a alguien que nos guíe en el difícil camino de lograr ser lo que sentimos ser.

Lola Rodríguez, en 'Veneno'

Valeria es un personaje frágil y tierno, con muchos puntos en común con Cristina, una mujer que pese a parecer dura, explosiva y fuerte tiene un punto de debilidad e inseguridad que rápidamente descubrimos en 'Veneno'. Con ambas como referente, esta serie pone por fin en su lugar al colectivo trans y es que era hora que tuviesen el peso que merecían en una ficción, ya era hora que ellas fuesen las auténticas protagonistas. Y en 'Veneno' lo son, porque esta serie tiene mucho de visibilidad y reivindicación, esta serie cuenta cómo es realmente su vida y como alguien como Cristina logró darles en la pequeña pantalla el hueco que merecían. Esta serie en definitiva cuenta lo difícil que es sobrevivir en este mundo cuando naces en un cuerpo equivocado.

El papel de los medios de comunicación

Habla de ello y también de los medios de comunicación. Porque en 'Veneno' se nos lleva a la trastienda de un programa icónico como lo fue 'Esta noche cruzamos el Missisipi'. A través de unos acertadamente construidos Pepe Navarro, Faela y Machús descubrimos lo complicado que es sorprender, emocionar y dar forma a un programa así y lo difícil que es no cruzar la línea para conseguir una simple exclusiva o al personaje del momento. 'Veneno' habla de ello y hace también una contundente crítica al papel que los medios de comunicación tienen en cuanto a visibilidad se refiere; pone sobre la mesa la importancia que estos tienen para que un colectivo como es el trans logre ser visible en nuestra sociedad, para que no sean invisibles, en definitiva.

Isabel Torres, en 'Veneno'

Un elenco elegido con acierto

'Veneno' habla de todo ello y lo hace a través de unos personajes complejos, repletos de capas, emoción e inseguridades; interpretados por un elenco completamente acertado que los hace suyos desde el primer instante. Isabel Torres y Daniela Santiago están perfectas en su papel, en ellas vemos por completo a Cristina. Ambas logran plasmar muy bien su debilidad pero también su exageración sin llegar a ser paródicas. Al igual que sucede con Israel Elejalde, que con acierto se pone en la piel de un Pepe Navarro más inseguro de lo que podríamos imaginar y Lola Dueñas, que con tan solo una mirada logra emocionar. En ella vemos a una Faela con miedo a perderlo todo, a una mujer desubicada que lucha simplemente por sobrevivir, como todos en esta serie.

Pero no son los únicos que sorprenden y es que tras verla interpretando a una Machús impulsiva y decidida podemos confirmar que Ester Expósito está ganándose un merecido hueco en nuestra ficción al igual que Lola Rodríguez, que se convierte en la gran revelación de 'Veneno'. Y es que si su personaje te romperá el corazón es gracias al excepcional trabajo que hace esta actriz que sin duda ha venido para quedarse. Logra transmitir la emoción y la ternura de un personaje que no sabía qué hacer ante una vida que parecía sobrepasarle. Lo hace ella y Mariona Terés, que aporta el punto divertido y ácido a esta historia con un personaje que sin duda parece hecho a su medida.

La serie que Cristina merecía

En definitiva, 'Veneno' es la serie que queríamos. Gracias a este primer capítulo cargado de emoción, ternura, dureza pero también repleto de guiños a la televisión de los 90, a la cultura española y con algunos sorprendentes cameos que te llamarán mucho la atención, logra enganchar sin problemas. Lo hace con un guion cuidado al milímetro, con una estética que sorprende muy positivamente y con una banda sonora que encantará a los nostálgicos. 'Veneno' es en definitiva una historia de lucha y visibilidad, es un homenaje a Cristina Ortiz y a Valeria Vegas y también a todas esas mujeres que no lo tuvieron nada fácil para salir adelante. Es una historia de valentía con la que te va a ser imposible no emocionarte. ¡Diiiigo!