La expectación por la visita de Rocío Carrasco al plató de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' era especialmente alta. Los relatos de la docuserie habían sacado a la luz los problemas intrínsecos que los programas del corazón en nuestra televisión vienen arrastrando desde hace décadas, señalando a periodistas y medios con pruebas irrefutables. Eso, acompañado de su duro relato y su presencia en cámara, convirtieron a la hija de Rocío Jurado en todo un referente de la lucha contra la violencia de género que, poco a poco, parece estar tratándose con la magnitud que corresponde en nuestra pequeña pantalla.
Rocío Carrasco en el plató 6 de Mediaset
A pesar del aplauso continuado a las declaraciones y buen trabajo televisivo que se está realizando con la docuserie, los espectadores no opinaron lo mismo sobre el que iba a ser uno de los momentos más esperados del programa. Bajo el hashtag #RocíoEnDirecto, seguidores y detractores se pusieron de acuerdo para señalar que la entrevista estaba siendo caótica por diversos factores; en primer lugar, por sus presentadores. Mientras que se criticaba la posición infravalorada de Carlota Corredera, los internautas cargaron contra un Jorge Javier Vázquez "fuera de tono" que repetía continuos intentos de chascarrillos: "Ha venido a hablar de malos tratos y él no para de tomarse todo a cachondeo como si fuese la entrevista final del 'Deluxe' a las 2:20".
Puede que esa sensación de descontrol se produjera por la interrupción continua a la protagonista de la noche: Rocío Carrasco. De hecho, ella misma señaló en diversas ocasiones a los presentadores y a los colaboradores allí presentes que se estaban yendo del foco de lo que ella iba a hablar: "Se está desviando el tema con según qué satélite, pero el tema es ese". No obstante, los propios espectadores agradecieron el trabajo de personalidades como Marc Giró y Ana Bernal, quienes intentaron mediar para que no se saliese de lo realmente importante del relato: "Por favor, no perdamos el foco. Esta señora ha denunciado un maltrato y el foco debe estar centrado en el agresor".
La organización de la entrevista
No obstante, donde la crítica se ha centrado especialmente ha sido en la gestión de la propia entrevista a Rocío Carrasco. Entre las conexiones en directo fallidas, un exceso de personalidades que querían mostrar sus mensajes a la protagonista y unos colaboradores que "solamente querían sacar titulares", los espectadores perdieron el interés por lo que iba a ser el gran evento televisivo que se esperaba. "¿El fallo del programa? El orden de los temas y las excesivas participaciones de terceros. Hoy bastaba con escuchar a Rocío, sin interrupciones", señalaba una internauta mientras otros agradecían que Rocío hablase mediante la docuserie y no en un formato como el que se presenció.
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