La escasez de mascarillas, geles desinfectantes y guantes en las farmacias españolas es una de las mayores preocupaciones del Gobierno en medio de la pandemia del coronavirus. Para conocer la realidad a pie de calle, un reportero de 'Liarla Pardo' se desplazó hasta uno de estos establecimientos en Madrid. Sin embargo, las medidas de prevención tanto del periodista como del farmacéutico no convencieron en absoluto a los espectadores.
El repotero de 'Liarla Pardo', en una farmacia
Cristina Pardo daba paso a su compañero para preguntarle si en dicha farmacia disponían del material y si el precio había subido. El reportero tomaba la palabra con la mascarilla bajada hasta el cuello y a escasa distancia del profesional, que lucía la protección de la misma forma indebida. Curiosamente, una compañera de la farmacia aparecía al fondo con la mascarilla bien colocada.
El farmacéutico informó de que en apenas dos horas se había vendido un cargamento de 1.000 mascarillas, eso sí, a un precio más elevado de lo habitual. "Nosotros mantenemos el margen, pero nos las cobran más caras y tenemos que vender más caro", lamentaba el trabajador. Para despedir la conexión, lanzaba un mensaje de tranquilidad a la población, de que pronto volverán a estar abastecidos. "Y una cosa que me decías, que el que la tenga, que la use", apuntaba el reportero, todavía con la herramienta recogida en el cuello.
"¿Así hacemos caso?"
Las críticas al programa de laSexta no tardaron en surgir en redes sociales, recordando al farmacéutico y al enviado que "se puede hablar con la mascarilla", abogando por guardar la distancia de metro y medio de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias. "Es igual que llevar el casco de la moto en el codo", reflexionaba otro usuario indignado con la situación.
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