¿Recordáis el pasado 2018 cuando costaba coger aire por la enorme carga emotiva y social que se respiraba en el ambiente de aquel hotel Beverly Hilton? Pues bien, todo lo contrario ha ocurrido en los Globos de Oro 2019. Es cierto que en la 75ª edición, los principales rostros de Hollywood se alzaron a favor de la igualdad y en contra de los abusos sexuales ya solo llenando, para empezar, de negro sus vestidos de gala, pero en esta el #MeToo ha quedado relegado a lo anecdótico.
Andy Samberg y Sandra Oh, presentadores de los Globos de Oro 2019
Sandra Oh y Andy Samberg ya nos lo auguraban al comienzo de su discurso: los habían elegido como maestros de ceremonias ya que son los únicos que no tienen nada que esconder en redes sociales ni se encuentran involucrados en ninguna polémica. Por ello, quisieron romper esa lanza y meterse con todos sus compañeros de profesión que se encontraban en el patio de butacas. La comicidad y las pullas amigables fueron graciosas, pero el problema es que ocuparon la gran totalidad del discurso de apertura de la ceremonia.
Solo un pequeño resquicio de esperanza parecía abrirse al final gracias a una Sandra Oh algo nerviosa, la misma esperanza que ella creía ver en todos los rostros que tenía enfrente y que abogaban por un cambio en la industria. Este apartado emocional fue lo único que rompió con un discurso sobrio y carente de actualidad en donde parecía impregnarse una necesidad por quedar bien con todos.
La templanza también inunda a los ganadores
Aunque se esperaba una ceremonia mucho más relajada que la anterior, pocos han sido los que se han subido al escenario para llenarlo de algún matiz social. De entre todos ha destacado Glenn Close, visiblemente emocionada al no esperarse en absoluto su premio a Mejor Actriz de Drama por la película "La buena esposa". En conexión con el título de la cinta, la intérprete ha defendido que las mujeres también tienen sueños que cumplir y que la sociedad debe dejar que los realicen. Esta ha sido la única vez que los asistentes se han levantado para aplaudir un discurso.
Glenn Close en los Globos de Oro 2019
El resto de ganadores de los Globos de Oro se han limitado a palabras de agradecimiento blancas, salvo en contadas ocasiones donde sí se ha percibido algún que otro zasca y reivindicación, como el del productor de 'American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace', que ha instado a la resistencia tanto en la calle como en las urnas, una clara referencia a las políticas de Donald Trump.
Unos premios muy repartidos
No ha habido claras vencedoras en el apartado televisivo de los Globos de Oro 2019. La Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood ha optado por repartir los premios en las diferentes categorías, quedando únicamente dos ficciones con dos galardones cada una. 'El método Kominsky' sorprendía en el apartado de comedia no solo al recibir el orbe a Mejor Actor para Michael Douglas, sino al destronar a 'The Marvelous Mrs. Maisel' como Mejor Serie. La que sí ha repetido ha sido Rachel Brosnahan, quien ya ganó el Globo de Oro y el Emmy en sus ediciones de 2018.
La otra ficción que terminaba la noche coronándose como favorita ha sido 'American Crime Story'. La segunda temporada ha obtenido el premio a Mejor Miniserie o TV Movie y, en esta misma categoría, el de Mejor Actor para Darren Criss. Si damos el salto a la categoría de drama, 'The Americans' ha conseguido con su temporada final alzarse como la vencedora en Mejor Serie tras varios años intentándolo. De este modo, se ha situado por delante de otras grandes favoritas como 'Killing Eve' o 'Pose', un hecho que deja atisbar un dulce adiós por parte de la HFPA. Sandra Oh obtenía el premio a Mejor Actriz por 'Killing Eve', mientras que Richard Madden sorprendía al subir a recoger su orbe por 'Bodyguard'. Además, la representación española se ha quedado sin Globo de Oro, habiéndolo perdido Penélope Cruz, Antonio Banderas y Daniel Brühl.
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En conclusión, los Globos de Oro 2019 han repetido los errores de su edición anterior: la falta de artificios y de dinamismo que ayuden al espectador a no sufrir las soporíferas tres horas y media de duración. Aunque en la pasada entrega la sobriedad tenía sentido al dejar paso a la réplica social tan necesaria, en esta se ha echado de menos que se tratara de buscar la diversión, y es que no ha habido ni carga cómica ni carga emocional. La presencia de Oh y Samberg se ha limitado en su casi totalidad a los primeros minutos de la ceremonia y ni siquiera la gran mayoría de presentadores de premios ha logrado crear un ambiente distendido. Los Globos de Oro 2019 han quedado reflejados por un aura de buenrollismo que se excedía en lo políticamente correcto.