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Alfombra roja de los Goya 2022 52 fotos
Después del parón de 2021 que, a causa de la pandemia de coronavirus, obligaba a virtualizar la gala de entrega de los premios Goya, la Academia de Cine ha regresado a la presencialidad con una ceremonia donde nominados e invitados llenaban las gradas. "El buen patrón" partía como la gran favorita tras romper el récord de la película con más nominaciones, un total de 20, y cumplía con las previsiones al alzarse con 6 estatuillas y convertirse en la más premiada.
Fernando León de Aranoa, director de "El buen patrón", en los Goya 2022
Y si hay que destacar a alguien por el lado contrario, ese es Pedro Almodóvar y su "Madres paralelas". La cinta, que tiene dos nominaciones en los premios Oscar gracias a la interpretación de Penélope Cruz y su banda sonora y que ha cautivado fuera de nuestras fronteras, se ha ido de vacío, con ninguna de las 8 candidaturas a las que optaba. De este modo, se ha cumplido la línea de la Academia, que prefirió enviar "El buen patrón" a los Oscar en lugar de "Madres paralelas".
Alejada de toda política para atraer al público a las salas
Los Goya se han caracterizado en muchas ocasiones por ser una ceremonia muy política. Sin embargo, en este regreso, la línea ha sido la contraria, pues se ha preferido primar otros aspectos. Salvo alguna pulla suelta, tanto el discurso inicial de Carmen Machi como el del resto de ganadores dejaban de lado las cuestiones más espinosas. Esto mismo hacía Mariano Barroso, director de la Academia de Cine, cuyo monólogo se enfocaba en ensalzar a la industria cinematográfica.
Cate Blanchett junto a Penélope Cruz y Pedro Almodóvar en los Goya 2022
El guionista centraba sus palabras en demostrar al público el trabajo que tiene tras de sí el cine y, más específicamente, las distintas profesiones que lo forman. Así pues, la intención se veía clara: intentar que los espectadores valoren positivamente el séptimo arte y se decidan a volver a las salas, que desde la llegada del Covid ha sufrido una importante caída que se ha visto agravada con el auge de las plataformas y la reducción del tiempo de exhibición entre ventanas.
Uno de los puntos fuertes de esta ceremonia ha sido la rapidez para otorgar premios, pues ya nada más comenzar han dado 5 de una sentada. A esto se le sumaba la ausencia de un presentador, lo cual ayudaba al ritmo, dado que se eliminan las constantes apariciones de esta figura. De este modo, queda subrayado que no es necesario contar con un maestro o una maestra de ceremonias. Eso sí, pese a que en un principio parecía que la gala iba a ser entretenida y ágil, con el paso del tiempo fracasaba en su intento.
Sin nada a destacar
El principal problema al que se ha enfrentado la 36ª edición de los Goya ha sido, cómo no, la falta de espectacularidad para una gala. No ha habido nada que la hiciera sobresalir y que favoreciera la atención del espectador. Más allá de algunas actuaciones musicales, de las que algunas hay que poner en cuarentena, como ese número inicial protagonizado por Jedet, Bebe y Cristina Castaño, y unos sketches que tenían cierta gracia pero que no encontraban su lugar, las intervenciones de los presentadores han resultado forzadas y carentes de gracia.
Blanca Portillo, Mejor Actriz en los Goya 2022
Inma Cuesta, Belén Cuesta y Luis Zahera han intentado poner la nota de humor al hablar de las cinco películas que optaban a la mayor condecoración. Sin embargo, esta actuación ha sido fallida, pues esos resúmenes que buscaban la risa se quedaban a medio gas y sin ningún tipo de ton ni son en el momento en el que se han pronunciado. Es más, en ocasiones ha llegado a rozar la línea de lo cutre. Quizá los organizadores del evento deberían buscar realizar una gala más visualmente atractiva y que consiga mantener la atención del público durante las más de 3 horas de duración.
Entre los momentos más destacados de la gala se encuentran la emoción de Javier Bardem, Blanca Portillo y María José Llergo al recoger sus premios, y es que los tres han llenado de ternura el escenario. Por otro lado, ha supuesto un auténtico golpe sobre la mesa el contar con la cineasta afgana Sahraa Karimi, quien ha puesto de manifiesto la realidad de las mujeres de Afganistán desde que los talibanes se hicieran con el poder. Su denuncia contra los países occidentales que han comenzado a legitimar al grupo extremista ha resultado en un principio chocante al alejarse del tono y el tema de la gala. Pero no cabe duda de que ha sido una buena manera de la Academia por mostrar su compromiso con la cultura más allá de España.