Dani Mateo ('Roast Battle'): "He descubierto que el humor no tiene límites, pero sí espacios"

Dani Mateo vuelve a Comedy Central con la segunda temporada de 'Roast Battle', probablemente, el programa más gamberro de la televisión. La primera entrega, de estreno el domingo 13 de octubre a las 22:30 horas, enfrentará a Dani Rovira con JJ Vaquero, que un año más ejercerá de jurado junto a Marta Flich. Lalo Tenorio vs Yunez Chaib, Eva Soriano contra Miguel Iríbar y la guerra de youtubers entre Salva y Fortfast completan el cartel de este primer asalto.

Más allá de las novedades del 'Roast', del que destaca el cruce de zascas entre Pepe Colubi y Nacho Vidal, Mateo valora en esta entrevista su reciente pero intensa experiencia como presentador de 'Zapeando', con muchos cambios, idas y venidas tras el adiós de Frank Blanco. Además, reflexiona sobre los límites del humor, la libertad de expresión y las consecuencias, un año después, de su controvertido sketch con la bandera de España en 'El intermedio'.

¿Qué sensaciones tienes con la segunda temporada?

Pues ocurre como con "Sharknado", que es mejor la segunda. Es acojonante. La uno me gustó muchísimo, pero me he partido el ojete con la dos, más que en la primera. De verdad, hay momentos de oro puro.

Dani Piqueras es la gran novedad como árbitro de las contiendas.

Sí, esto fue por una baja, porque por lesión Ignatius no pudo. Pero Dani lo hace súper bien, es un digno sucesor. Si Ignatius daba grima, con un pelirrojo ya te cagas (risas).

Nacho Vidal ha demostrado algo ya sabíamos en sentido literal: que tiene los huevos muy gordos

¿Qué nos puedes adelantar sobre las batallas? ¿Cuál es tu preferida?

Son todas muy buenas, pero me parece muy destacable la de Nacho Vidal y Pepe Colubi. Son el yin y yang. Me parece increíble por algo que ya sabíamos en sentido literal: que Nacho Vidal tiene los huevos muy gordos (risas). Ir ahí a escuchar lo que le decimos, que es una salvajada, es porno extreme, fist-fucking. Y el tío está allí partiéndose el culo, lo cual habla muy bien de él.

Hay otra entre David Suárez y Francisco Nicolás que promete.

Es que son David Suárez y Francisco Nicolás, no hace falta decir más. Se define por sí mismo, pero yo lo definí como dos personas con vida paralelas: los dos han estado cerca del poder y la cagaron.

Hablando de poder, no vemos a ningún político esta temporada. ¿Se lo habéis ofrecido y lo han rechazado o habéis buscado otro perfil?

Es que los políticos se han montado otro 'Roast Battle' por su parte, los cabrones. Le llaman campaña electoral. Son una escisión, han montado su propio show.

Como compañero de David Suárez en 'Yu, no te pierdas nada' y ahora en 'Roast Battle', ¿qué opinas de la polémica y las consecuencias de su chiste sobre el Síndrome de Down?

Creo que David es un cómico que está encontrando su estilo, un estilo que es una salvajada y que, evidentemente, no podrá ejercer en programas convencionales o generalistas, porque el humor negro no lo compran hoy en día los grandes medios. Pero está encontrando su línea y como cómico de humor negro se está haciendo una carrera. Yo lo sigo desde hace tiempo y me parece un tipo muy tenaz y que tiene mérito, porque todo el mundo, incluso los que le queremos, le hemos dicho en algún momento: "David, cállate", pero pese a todo, él sigue trabajando su estilo y creo que con el tiempo se convertirá en un gran cómico de humor negro. Ese es el camino que ha elegido él y también tiene sus consecuencias, claro.

Los cómicos cometemos el error de creer que podemos hacer todo tipo de humor en todo tipo de espacios, y no es así

Ahora que citas las consecuencias del humor, ¿qué análisis haces del famoso episodio de la bandera un año después? ¿Cómo ha repercutido en tu vida profesional?

Creo que tanto David Suárez, como otros cómicos, como yo cuando pasó lo de la bandera, estamos aprendiendo a diario. Porque creo que el humor no tiene límites, pero tiene espacios, eso he descubierto yo. Nosotros a veces cometemos el error de creer que podemos hacer todo tipo de humor en todo tipo de espacios, y no es así. En algunos espacios pagados como son los programas compran un determinado género de humor: blanco, a veces verde, rosa, de muchos colores... Pero el humor negro no lo compran. También es verdad que como cómicos no somos perfectos, aprendes haciendo comedia y a veces tú mismo chocas con los límites del espacio en el que estás intentando hacer tu humor. Con la bandera nos pasó eso. Nos dimos cuenta de que hay un tipo de humor que a cierta gente le gusta mucho, pero a cierta gente no le gusta nada, pero nada de nada. Y lo que tenemos que hacer es tratar de convivir.

Creo que estos encontronazos son buenos porque nos permiten extraer una conclusión y evitar volver a tener un encontronazo en el futuro. Al final, esto se resume en: "ve lo que te guste y lo que no, no lo veas, pero no lo quieras prohibir". Y el 'Roast' se incluye en esta afirmación, porque son monos echándose mierda a la cara. Si eso no te gusta, no lo veas, porque te va a dar asco. Pero si te gusta eso, te lo vas a pasar como un enano.

¿Supone presión conducir 'Zapeando' tras seis años con Frank Blanco? ¿Cómo estás viviendo ese proceso de adaptación?

Me lo estoy pasando muy bien, pero me está costando hacerme con los mandos del barco porque tenía muy bien capitán. No he cogido un programa nuevo, sino que llevaba 6 años muy bien capitaneado por Frank Blanco. Yo llego humilde a hacer una propuesta diferente y tengo la gran suerte de que es un programa coral, en el que cuento con un equipo de profesionales brutal. Estar al lado de Miki Nadal, Cristina Pedroche, Anna Simon o Quique Peinado te da una seguridad brutal porque juegas con jugones. Con Lorena Castell (colaboradora habitual de 'Yu, no te pierdas nada') me paso más tiempo que con mi pareja. Esto te facilita las cosas, pero como dice Simeone: partido a partido. Esto se está haciendo aún.

El día de tu estreno fue una revolución para el programa, con muchos cambios, pero al día siguiente se volvió al formato original. ¿Cómo se vivió eso desde dentro?

Nos gustó tanto... que al día siguiente no tenía nada que ver (risas). Esto es ensayo, error, como todo proyecto que empieza, y nosotros estamos súper pendientes de lo que nos dice la gente. Por eso tenemos un correo del espectador para que la gente nos diga qué no les gusta del programa, porque queremos que sea un programa vivo e ir cambiando cosas. La cagaremos 80 veces y acertaremos otras 80. Al final, nuestro objetivo es hacer el programa que la gente quiere ver.

Si Abascal ha ido a 'El hormiguero', pues que hable y así le podemos escuchar todos. ¿Qué tiene eso de malo?

Tras la ola de críticas contra Pablo Motos y 'El hormiguero', ¿te plantearías llevar a un político como Santiago Abascal a tu programa?

Mi opinión es la de un loco, vaya por delante, pero yo soy un partidario a muerte de la libertad de expresión. A muerte. Con lo cual, nunca me va a parecer mal hablar y escuchar. me parece mal agredirse físicamente, matar un cachorro... pero hablar nunca. Si Abascal ha ido a 'El hormiguero' pues que hable y así le podemos escuchar todos. ¿Qué tiene eso de malo? Seré un loco, pero yo pienso así y me gusta cómo pienso: pienso que si habláramos más y nos insultáramos menos, iría todo mejor. Pero a lo mejor estoy loco.

'Yu, no te pierdas nada', 'El intermedio', 'Zapeando', 'Roast Battle'... ¿Te planteas nuevos horizontes profesionales o ya es bastante compatibilizar todo eso?

Mi futuro es hacerme con todo, llevo planeándolo años (risas). La gente no lo sabe, pero yo por las noches me siento en una butaca con un gato en el regazo, lo acaricio y planeo, como Pinky y Cerebro, cómo hacerme con el mundo. De momento ya tengo 'El intermedio' y 'Zapeando'. Voy a por todo. Tiembla, Arturo Valls.