Una de las noticias del año ha sido, sin lugar a dudas, el reboot de la saga "Harry Potter" que Max anunció el pasado abril para la televisión. El mítico mago, sus amigos, compañeros y profesores regresarán a la pequeña pantalla antes de cumplirse las dos décadas del final de la saga cinematográfica. Además, lo harán con un proyecto que estará en emisión durante 10 años, tal y como se explicó en su presentación.
Todavía no hay más datos sobre cómo se desarrollará este proyecto, que se encuentra en una fase muy temprana de preproducción, sin casting confirmado y con una intención de estreno de cara a 2026 que podría retrasarse a causa de la huelga de guionistas. Lo que sí está claro es que Daniel Radcliffe no formará parte del reparto ni como cameo. Para el actor ha llegado el momento de ceder el testigo a la nueva generación y no cree que ayude que él se vincule a la ficción televisiva.Daniel Radcliffe en 'Miracle Workers'
"Según tengo entendido, están intentando empezar de cero y estoy seguro de que quien lo esté haciendo querrá dejar su propia marca y probablemente no quiera tener que descubrir cómo conseguir que el viejo Harry haga un cameo en algún momento", cuenta Radcliffe a ComicBook. "Por tanto, definitivamente no estoy buscándolo de ninguna manera. Pero sí les deseo, obviamente, toda la suerte del mundo y estoy muy emocionado por pasar la antorcha, pero no creo que sea necesario que la pase físicamente".
Críticas al reboot
El anuncio del reboot llegó con gran emoción, pero con muchas críticas también. Por un lado, hay muchos fans que aseguran que no es necesario realizar una serie de televisión que cuente la misma historia que las películas cuando estas están tan cercanas en el tiempo y mantienen su impronta al día de hoy. Por otro lado, la inclusión de J. K. Rowling como productora ejecutiva no ha sentado bien a otro sector, que en los últimos años se han mostrado muy crítica con la autora por sus comentarios abiertamente tránsfobos.