El 10 de noviembre todos deberemos volver a pasar por las urnas para elegir a nuestro nuevo presidente del Gobierno. Medio año después de haber votado y tras la falta de ningún tipo de acuerdo político, ha llegado el momento de volver a intentarlo, aunque por ahora la situación no parece demasiado mejor respecto al pasado mes de abril. Es algo que pudimos comprobar en el debate electoral organizado por la Academia de la Televisión el 4 de noviembre, en el que quedó claro que hay claras discrepancias entre la izquierda de nuestro país y que existe una unión necesaria entre la derecha para evitar que Pedro Sánchez pueda volver a gobernar.
Ana Pastor y las candidatas del 'Debate 7N'
Tras esta cita televisiva que protagonizaron los cinco primeros líderes políticos, Atresmedia decidió organizar el último debate electoral de esta campaña. Ana Pastor fue la responsable de moderar 'Debate 7N: la última oportunidad', espacio en el que María Jesús Montero (PSOE), Ana Pastor (PP), Inés Arrimadas (Ciudadanos), Irene Montero (Unidas Podemos) y Rocío Monasterio (Vox) defendieron sus propuestas de Gobierno y analizaron la situación política y social de nuestro país. Pese a lo que pueda parecer, este no se organizó para que solo participasen mujeres; se solicitó a cada partido escoger a su mejor representante más allá de sus líderes políticos y todas las formaciones políticas optaron por elegir a una mujer, algo que sin duda pone de manifiesto la importancia que estas merecen en nuestra política actual y que habitualmente no tienen y es que ninguna de ellas es cabeza de lista de sus respectivos partidos.
El espacio funcionó, y es que se convirtió en la emisión más vista de la temporada en laSexta, con un gran 19,2% de share y 3.133.000 espectadores de media. Este dato evidencia que había un claro interés por parte de los ciudadanos y que laSexta sigue siendo referencia informativa. Y es que pese a haber emitido el debate del lunes 4 de noviembre, Atresmedia quiso que su segunda cadena, su gran ventana a la información, también contase con su propio debate. Un movimiento lógico para posicionarla entre la audiencia. Además, su ubicación en la parrilla no era casual y es que se ha conseguido que este sea el último debate, el que muchos consideran decisivo, y con el que cada partido político ha podido responder al del lunes.
Ana Pastor en 'Debate 7N'
Objetivo: transmitir la sensación de vida y directo
Atresmedia optó por desmarcarse de una forma notoria del debate organizado por la Academia de la Televisión. Por un lado, se apostó por una escenografía moderna, acorde a la línea de laSexta, que nos recordaba a cualquiera de sus programas; algo que obviamente no es casual: el público sí debía saber en qué cadena se encontraba. Paralelamente, lejos de contar con un fondo estático, se consiguió aportar movimiento y profundidad al decorado con un fondo en constante movimiento, se creaba la sensación de ser algo vivo, en directo. Algo que también se consiguió al incorporar público al estudio, algo que en el caso del debate de la ATV no existía.Contar con espectadores detrás de Ana Pastor no era casual, se conseguía transmitir esa sensación de vida.
Una acertada realización
La realización también estuvo más cuidada en este caso y es que lejos de los problemas que encontramos en el debate de la ATV, aquí sí se perfiló todo mucho más. Hubo un acertado juego captando las reacciones de todas las candidatas por ejemplo. En definitiva, se realizó un programa de televisión con garantías cuidando todos los detalles, como debería pasar en cualquier tipo de formato pero que no siempre sucede y prueba de ello es lo que vimos en el debate realizado el 4 de noviembre donde los problemas técnicos se multiplicaron durante la noche. Esto se terminó complementando con una cuidada imagen gráfica, también acorde a la de los programas de laSexta que volvió a revalidar esta intención del grupo de transmitir una imagen de marca y es que está claro que realizar este debate es un claro movimiento estratégico en este sentido.
Lo que no se vio del 'Debate 7N'
En un espacio televisivo así nada era casual y prueba de ello es el lugar elegido para que los equipos preparasen el debate minutos antes del inicio del mismo. Lejos de incorporar cubículos como ha sucedido en otras ocasiones; se quiso hacer partícipe al público de todo lo que pasaba antes del debate y por ello se colocó a los asesores de las cinco formaciones en el comedor principal del grupo de comunicación. Sentados en mesas anexas unos a otros vimos una interacción entre las diferentes formaciones, dando una sensación clara de naturalidad. Algo que también se potenció después, en la estructura marcada en el debate. Había proporcionalidad de tiempos, pero no un minutado exacto. Se logró un debate abierto, entretenido y que lograba atrapar al espectador.
Un buen papel de Ana Pastor
Ana Pastor fue gran responsable de ello. Pese al acertado papel de Vicente Vallés y Ana Blanco en el debate de la ATV, en este caso vimos como al periodista fue mucho más incisiva, no dudó en preguntar y repreguntar insistentemente, en intentar despejar dudas y en incluso aportar su punto ácido y crítico a las intervenciones de las candidatas. El debate sí funcionó (televisivamente hablando), por ella y también por el juego que dieron las cinco políticas. Vimos a cinco candidatas muy vivas, que supieron aprender de los errores de los políticos del debate del 4N; rebatiendo de una forma directa a Rocío Monasterio por ejemplo, jugando con sus principales bazas (como el caso de María Jesús Montero con el feminismo), teniendo un claro sentido televisivo como Ana Pastor o siendo directa y fría pero sin llegar al nivel de teatralización y surrealismo de Albert Rivera, como en el caso de Inés Arrimadas. Vimos un debate en el que sí, hubo muchas réplicas, interrupciones y discusiones, pero donde se dejó bastante claro que la política estaba viva y que las mujeres que la integran tienen mucho que decir y hablar.
Lo que no se vio del 'Debate 7N'
Lo que no se vio del debate
¿Cómo se vivió el debate desde dentro? FormulaTV pudo estar presente en las instalaciones en las que se realizó en San Sebastián de los Reyes y es que el espacio se realizó en el mismo estudio de 'El objetivo'. Sin duda, el trabajo hecho en el 'Debate Decisivo' el pasado mes de abril fue determinante en este caso y es que el equipo dirigido por César González Antón contaba con una fuerte experiencia previa que facilitó el trabajo en este nuevo debate. Había un claro bagaje por parte del equipo de informativos y comunicación de Atresmedia, que se implicó al completo en este caso.
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Esta experiencia también se demostró con Ana Pastor, que contaba con una seguridad y tranquilidad que evidenciaba su experiencia ante debates y entrevistas de este tipo. Paralelamente, en cuanto a las candidatas se refiere, pudimos comprobar el estudiado planning marcado para cada una de sus llegadas y es que está claro que en televisión nada es casual ni improvisado, todo estaba perfectamente medido para lograr encajar sus entradas a los estudios con el ritmo televisivo necesario. Ya dentro de los mismos, cuando las cámaras no captaban nada también comprobamos la buena relación existente entre muchas de ellas. Compartieron conversaciones distendidas, que no parecían vaticinar lo que estaba a punto de producirse dentro del plató en este debate que podría haber marcado ya los resultados de lo que se decidirá el 10 de noviembre en las urnas. En cuanto al final del debate, pudimos ver también la buena sintonía que existía y las reacciones posteriores junto a sus equipos también dejaron claro que todas salían con una buena sensación, algo que replicó Pastor, que se mostró plenamente satisfecha del trabajo hecho.