La noche del sábado 20 de febrero, Televisión Española emitió la gala de 'Destino Eurovisión', en la que el público decidía con qué canción representaría Blas Cantó a España en Eurovisión 2021. Una cita que concluyó con la victoria de "Voy a quedarme" sobre "Memoria", con un 58% y un 42% de los votos respectivamente, después de que arrancara con la presentación de ambas sobre el escenario, con dos puestas en escena muy diferentes.
Blas Cantó en 'Destino Eurovisión'
Con el fin de envolver ambos temas en una adecuada escenografía, Blas contó con el trabajo del director creativo Marvin Dietmann como parte del equipo español de Eurovisión, quien también ha trabajado Conchita Wurst o Cesár Sampson en el festival. "Blas tiene las ideas muy claras sobre qué y cómo quiere ser, brillar y transmitirlo a través de la pantalla. Y eso me ayuda mucho, porque durante el proceso de creación tenemos que ir adaptando cosas", elogiaba el austriaco, sobre el desarrollo de las puestas en escena. "Trabajar con Marvin ha sido sensacional. Desprende una energía brutal y un gran magnetismo. Ha entendido las canciones y ha creado un concepto para cada una de ellas", comentaba por su parte Cantó.
El murciano señaló que "era precisamente lo que queríamos: construir una historia en torno a los temas desde el inicio, desde la gala". De hecho, Dietmann también ha estado implicado en el proceso de realización que envuelve a las actuaciones, especialmente en los ensayos, dado que el austriaco confesaba que "trato de guiar al equipo". "Trabajamos en las perspectivas de las cámaras, de las luces y hago anotaciones de todos los códigos de tiempos y cambios que ejecuta el equipo técnico", explicó el director, para quien "también cuenta la visión del cantante". "Intento combinar todos estos elementos y que todo vaya en la misma línea como está previsto en los bocetos", concluyó el austriaco.
"Memoria", una escenografía de contrastes
Tema pop moderno, "Memoria" recoge en su letra "dos tipos de recuerdos" de recuerdos de Cantó: "unos dulces y encantadores; y por otro lado, un flashback donde trata de encontrar a su abuela en su mente. Trata de conectarse con ella de nuevo, pero no es capaz de hacerlo". Una dualidad que Marvin quiso diferenciar en la performance, valiéndose de la iluminación y los mappings. De esa forma, mientras que las estrofas cuentan con una escenografía colorida, incluso onírica, que apela a un ambiente agradable y animado, el estribillo se ve envuelto por un ambiente apagado y un escenario oscuro. En cuanto a la realización, se optó por centrarse en la figura de Cantó, con una steadycam que "hace un plano muy corto de él por primera vez en la canción", para luego "romper con todo, mezclamos todas las normas y caemos en el caos" y rematar con "una luz ámbar muy cálida y se queda en el centro. Está él solo", tal y como explicó el escenógrafo a TVE.
"Voy a quedarme", una puesta en escena minimalista
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Dietmann define el tema escogido para Eurovisión 2021 como "pura poesía", razón por la que se apostó por "una escenografía muy minimalista porque la canción por sí misma es potente y, combinado con la voz de Blas, va creciendo y haciéndose cada vez más grande". De hecho, la puesta en escena carece de luz frontal sobre el cantante, "solo algunos focos" sobre Cantó, por un motivo muy simple, según explicó Marvin: "lo más importante es él, su voz y este momento". La actuación, de hecho, arrancó con una escenografía que emulaba la noche, en la que el murciano se situaba delante de una luna eclipsada, para evolucionar a medida que avanzaba la canción hacia un juego de luces y visuales en las pantallas LED, con una intensidad in crescendo que concluyó con el satélite brillando en todo su esplendor tras Blas, quien también estaba envuelto por cientos de peñas luces sobre el escenario.