'El conquistador' alcanzó su sexto programa la noche del lunes 9 de octubre en La 1, tras la expulsión de Guyo Ochoa, con las Atabey de nuevo en la cuerda floja ante su bajo número de concursantes. No obstante, mientras que en la anterior entrega se libraron de quedar en el último puesto, no corrieron la misma suerte en esta ocasión, por lo que dos de sus integrantes, Joana Flaviano y Mireia Cabañes, se jugaron su permanencia contra Andrea Azcune, quien quedó fuera del reality junto a la segunda.
El juego de la noche consistió en construir una torre de naipes gigante por equipo, en una plataforma flotando en el mar, para alcanzar dos banderas colgadas. Un reto en el que los Yocahu se alzaron como triunfadores, mientras que el reducido número de Atabeys las condujo al tercer lugar, después de que los Corocotes alcanzaran sus respectivas banderas en segundo lugar. Esto ponía en peligro la continuidad del grupo, puesto que debía situar a dos de sus integrantes en la cuerda floja, después de que los ganadores nombraran a Joana Flaviano como duelista fija.
Los concursantes de 'El conquistador' en el sexto programa
En su asamblea, las Atabey nominaron a Mireia Cabañes, mientras que Paula Ramos fue la elegida por la capitana, al ser un miembro fuerte del grupo. Mismo argumento utilizó Patxi Salinas al elegir a Andrea Azcune entre los Corocote, con la esperanza de que una de sus integrantes más fuertes podría desintegrar al grupo verde al eliminar a dos de sus miembros. Al reunirse con sus posibles contrincantes en el duelo final, Andrea descartó enfrentarse a Paula, por lo que se jugó la permanencia contra Joana y Mireia en una prueba en la que debían escalar una palmera para recoger los máximo cocos posibles y reunir su agua en una probeta.
Adiós a las Atabey
El hecho de poder escalar solo poniendo sus manos y pies en las herramientas, a lo que se sumaba que las caídas suponían empezar de cero, puso al límite a las concursantes hasta el punto de que, tras veinte minutos de prueba, ninguna había alcanzado un solo coco. Por ello, el programa cambió las reglas: ganaría quien cogiera la primera fruta, algo que por fin logró Joana, quien se aseguró así su permanencia en la edición. En el lado opuesto, Mireia tuvo que lidiar con su pierna ortopédica y, tras muchas caídas, fue cambiando su forma de escalar para tratar de lograr su objetivo.
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Por desgracia, no le sirvió de nada y, al superar la hora de desafío, el programa puso fin a su experiencia y a la de Andrea, quien había estado muy cerca de uno de los cocos hasta que un resbalón la dejó de nuevo en el suelo y no pudo contener el llanto ante la frustración que sentía por ver concluido su concurso. A ello se sumó el hecho de que, con una integrante menos, las Atabey se vieron obligadas a disolverse: Joana Pastrana tendría que repartir a sus compañeras entre los dos equipos restantes, a excepción de una de ellas, que tendrá que abandonar el reality con su capitana. Unas decisiones que el programa dará a conocer la próxima semana.