Las jóvenes protagonistas de 'La Casa del Dragón' no habían visto 'Juego de Tronos' cuando ficharon por su precuela. En el caso de Emily Carey, que da vida a Alicent, el descubrimiento del fenómeno de HBO supuso una desagradable sorpresa. Como la actriz ha desvelado a Newsweek, al ver la serie original se sintió "asustada" por su forma de representar el sexo y la posibilidad de que la nueva serie repitiera ese enfoque.
"En los primeros episodios de 'Juego de Tronos', hay mucha violencia contras las mujeres. Hay un montón de sexo violento y me puso nerviosa. Estaba como, 'Dios, ¿voy a tener que hacer eso en esta serie?'", reflexiona Carey, que tenía 17 años cuando se embarcó en el proyecto y 18 al arrancar el rodaje. Su juventud contrasta con la madurez de su marido en la ficción, el rey Viserys, con quien comparte dos escenas íntimas en el cuarto episodio: un baño y una secuencia de sexo.
Alicent y Viserys en 'La Casa del Dragón'
"En ese momento no conocía a Paddy [Considine]. No sabía lo bueno que era y lo fácil que iba a ser hacer [la escena], y todo lo que vi fue a un hombre de 47 años y yo, estaba un poco preocupada", añade Carey, que superó ese temor inicial gracias a una figura desconocida cuando 'Juego de Tronos' estaba en emisión: la coordinadora de intimidad, que se ha convertido en un rol imprescindible en la industria para garantizar el bienestar de quienes se ponen ante la cámara.
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Cambio de paradigma
HBO ha sido una de las primeras cadenas en incluir coordinadoras de intimidad en todas las series originales que cuenten con escenas de corte íntimo, y Carey está muy agradecida por esa decisión: "Fue de una ayuda increíble. Fue más sencillo de lo que pensaba". De hecho, Carey se muestra totalmente conforme con la colaboración con los showrunners y con su experiencia en la serie, que llegará a su fin cuando Olivia Cooke recoja el testigo como Alicent: "Fue algo increíble, y era empoderador ser una chica joven en el set y ser tratada de la misma manera que todos esos hombres consolidados".