La emoción de Rocío Carrasco al hablar de su primer embarazo y la infancia de Rocío Flores: "Estaba pletórica"

El domingo 28 de marzo, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' emitió su episodio 2, en el que Rocío Carrasco rememoró su experiencia como madre primeriza. Un momento cargado de emoción, por el que incluso llegó a derrumbarse, antes de desprender alegría y cariño al compartir cómo había sido tanto su parto como sus primeros años junto a su primogénita, Rocío Flores.

"Creo que fue uno de los días más felices de mi vida, con 18 años", declaró Carrasco, al recordar el momento en el que descubrió que iba a ser madre, algo que "iba a cumplir uno de mis sueños". "Para mí era lo más importante y lo más grande que me podía pasar", añadió la protagonista, tras lo cual recordó la reacción de Antonio David Flores, quien le dijo que "no podía ser". "Sé perfectamente por qué me dijo que no podía. Me conocía y sabía de mi espíritu de contradicción y rebeldía mía", explicó Carrasco, para después matizar sobre su expareja que "sabía que, si dentro de mí, existía la más mínima posibilidad de no tenerlo, en el momento en el que me dijese, 'no puede ser', yo iba a hacer todo lo contrario. Y así él se aseguraba el resultado". Rocío también confesó el temor de Flores a contárselo a sus padres, al igual que compartió el hecho de que su propia madre, Rocío Jurado, lo supo en cuanto le vio la cara. Algo que llegó acompañado por una cierta resignación, mientras que su padre, con quien apenas tenía relación, "me dio un bofetón que la cabeza me dio vueltas como la niña de 'El Exorcista'". "Después, me dio un abrazo y me dijo 'qué tonta has sido, te lo he dicho. Ha conseguido lo que quería'", añadió Carrasco.

Además, la madrileña también rememoró la supuesta traición de Cristina Cárdenas, quien habría vendido la exclusiva de su embarazo después de que ella misma depositara su confianza en dicha mujer. "Para mí fue una decepción. Me di cuenta de que no podía confiar en nadie", declaró Carrasco, para después añadir que "fue un error, porque él lo utilizó para hacerme ver que él era el único en el que podía confiar". A pesar de todo, Rocío recordaba sentirse "la mujer más feliz del mundo" durante su primer embarazo, en el que "me habría dado igual que fuera niño o niña, pero cuando me enteré de que era niña... me volví loca. Otra Rocío para la familia". "Pasó a no tener nada de importancia lo demás que pasara en mi vida", añadió la madrileña, quien no pudo contener una sonrisa al recordar que su hija "era una muñeca al nacer" y cómo Jurado estuvo cantando en el paritorio. "Cuando la tuve encima, creo que es lo más maravilloso que puede experimentar una mujer y un hombre también", confesó Rocío, tras lo cual su entrevistadora le planteó, sobre Antonio David, si "crees que fue el día más feliz de su vida". "No lo sé. Fue el día que se aseguró el futuro, sí", respondió la madrileña.

Una sensación de "felicidad absoluta"

"Me pasaba el día con la niña, hacía de todo con ella", rememoró Carrasco, emocionada, antes de recordar con ternura la época en la que Rocío Flores "era más grande y tenía la cara redonda, regordeta, con unos mofletes impresionantes y unos ojos azules...". "Era una sensación de felicidad absoluta. Estaba completa y pletórica. Siempre me he considerado una buena madre", aseguró Carrasco, entre lágrimas, antes de reconocer que la niña "pasó a ser lo más importante de mi vida. Era una niña maravillosa que moría con su madre". La madrileña subrayó entonces que "me sentía" querida por la pequeña Flores de quien elogió que, "cuando ella era pequeña, era muy feliz. Era un bicho, pero era una niña muy buena, muy educada, pizpireta, muy alegre". "Tenía pasión con su abuela y su abuelo. No podías decir nada delante de ella, porque enseguida lo repetía y la tenía educada en 'no se miente'", declaró Carrasco, quien reconoció que Antonio David, "con la niña, era locura también. Pero entonces estaba menos, porque empieza a trabajar". "Al principio, hasta que me separo, lo tengo como un buenísimo padre", confesó Rocío.