Como una de las más esperadas para el presentador, la entrevista de Jordi Évole a Alfonso Guerra en 'Salvados' dio mucho de sí. El exvicepresidente del Gobierno confesó que no es "muy aficionado a la televisión", pero se presentó en el programa de laSexta dispuesto a analizar pormenorizadamente la política actual y también recordar sus mejores momentos acompañando a Felipe González en las filas del PSOE.
Alfonso Guerra en 'Salvados'
Para empezar, Évole confesó a su entrevistado "el ridículo" que había hecho para conseguir por fin, después de 11 años, mantener un cara a cara con él, llamando a la periodista María Guerra pensando que era su sobrina. Por supuesto, el plan no salió como esperaba y tuvo que utilizar otras vías para llegar al carismático líder socialista.
Ya en materia política, Guerra confesó que se sigue considerando un "descamisado", muy diferente a los actuales. Cree que el motivo tiene una "explicación sociológica" y lo relaciona directamente con la "expulsión de la realidad social y política a todo aquel que no era franquista". "Quien no quería comulgar con el franquismo, se iba a la oposición. Se veían obligados a ir al comunismo o al socialismo, aunque no lo eran", explicó el socialista. Considera que Miguel Boyer y Ramón Tamames hubieran sido grandes líderes de la derecha pero no quisieron ser franquistas.
En cuanto a la situación actual del PSOE, partido "al que votará toda la vida", Guerra habla de Pedro Sánchez como "un chico joven con muchas habilidades" y que no tiene "por qué caerle mal", pero confiesa que no le ha gustado su forma de actuar. Y es que tras la moción de censura "dijo que convocaría elecciones y no lo hizo". Aún así dejó claro que nunca "votaría a otro partido" que no fuese el suyo.
El exvicepresidente ha escrito un libro en defensa de la Constitución titulado "La España en la que creo". Es la primera vez que la palabra "España" sale en la portada de uno de sus libros, como destacó Évole. Guerra admite que su preocupación actual es que "España está en riesgo de autodisolución" y no entiende cómo existen grupos políticos que quieren "quitarle una parte a España". Reivindica que hay que usar la "palabra España con naturalidad" y recuerda que los políticos de izquierdas en la Segunda República "amaban a España y la llevaban en la voz".
Évole y Guerra también recordaron las frases más polémicas del político. Algunas, asegura Guerra, "no eran mías y son buenísimas". Pero otras sí lo eran y quisieron recordarlas, como cuando dijo que "en el PSOE presentamos de candidato a una cabra y gana la cabra". Évole le invitó a crearse un perfil de Twitter, pero Guerra aseguró que "no le interesan las redes sociales" porque "se ha convertido en un pozo de insultos e infamia".
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"No me han dejado irme"
En cuanto a sus inquietudes más allá de la política, Alfonso Guerra confesó que sus ilusiones de juventud eran bien diferentes. A él lo que le gustaba era "el teatro y la poesía", pero "la censura me lo prohibía todo". Recordó que tuvo que luchar contra eso, entró en política y "en el 77 cuando ganó la democracia me quise ir, pero al final me tuve que quedar". En el 82 "cuando ganamos con 202 diputados, me quise ir, pero total, que no me han dejado irme en mucho tiempo". A partir del año 2012 vio que la política en España tenía un carácter "raro" para su manera de pensar y en el 2014 acabó harto. "En Enero de 2015 decidí que tenía que irme, vi venir el parlamento que hay ahora", zanjó Alfonso Guerra.