Serie relacionada
Popularidad: #201 de 3.502
- 136
- 96
La relación entre Can y Sanem vive uno de sus momentos más tensos en 'Erkenci Kus: Pájaro soñador'. La serie turca ha demostrado que aunque haya amor y pasión entre los protagonistas, su relación no es un camino fácil, ya que está llena de adversidades. Pero aún en sus mayores desencuentros y discusiones, la pareja no puede evitar esa tensión y magnetismo entre ambos que tanto les caracteriza.
Can y Sanem en 'Erkenci Kus'
Can se encuentra a Sanem por casualidad de camino a casa, y le ofrece llevarla en su coche. Sanem se sube al vehículo, y hay un silencio tenso: "¿Estás bien?", le pregunta Can. La joven contesta que sí, pero tiene curiosidad por saber cómo está él: "¿En qué piensas?". Can, con gesto de preocupación, responde: "En lo que he perdido". El comentario de Can enfada a Sanem, que le cuestiona: "¿Lo que has perdido por huir de mí?", enzarzándose en una acalorada discusión llena de reproches: "Tú no confiabas en mí", apunta Can.
Sanem está tan decepcionada e irritada que le pide a Can que pare el coche para seguir su camino sola. "¿A qué llamas tú confianza?", le pregunta enfadada. "¿Sabes por qué te di el cuaderno? Porque ahí estabas tú, hablaba de ti, al quemarlo, te quemaste a ti mismo", seguía Sanem. "Te llamé a los diez minutos para pedirte perdón. Estaba hecha un lío, arrepentida... ¿Eso es amor, no tener derecho a cometer un error de diez minutos?", replicaba Sanem, enfadada.
Acalorada discusión
A medida que los reproches entre ellos aumentaban, la tensión entre los protagonistas era más palpable. "¿Cómo iba a estar celoso de un tío como Yigit? Estaba celoso de ti pero hacía mucho que pasabas de mí", confiesa Can a Sanem. "Tú ya me habías dejado muchas veces, dijiste que no querías verme más pero no me fui, vino tu exnovia y no me fui, todos me decían que me fuera pero estaba convencida de que no me harías esto pero te fuiste. No has vuelto por mí, quieres volver a irte. No te quiero, márchate", le pedía a Can, con frustración y mucho dolor. Ante las insistencias de Sanem de que se marchase, el fotógrafo se deja llevar por sus impulsos y acerca los labios a los de su amada, protagonizando unos instantes de deseo y cercanía que casi culminan en un beso, pero una llamada telefónica interrumpe el mágico momento.