Ernesto Neyra, el que fuese marido de la fallecida Carmina Ordóñez, ha ingresado en el Centro Penitenciario de Huelva tras ser detenido por la Policía Nacional el pasado lunes 10 de agosto en un hotel de Matalascañas, lugar dónde se alojaba con su novia Rocío. Este varapalo judicial se ha producido después de que pesase sobre el bailarín una orden de busca y captura ya que había incumplido la obligación de entrar en prisión, dictada el pasado 13 de febrero. Ahora la justicia ha podido dar con él y por eso se ha procedido a su detención inmediata para que cumpla su condena.
Ernesto Neyra en 'Viva la vida'
Tal y como avanza La Razón, el que fuese participante de 'Esta cocina es un infierno' en Telecinco ha sido ingresado en la prisión de Huelva pero no sorprendería que opte por pedir el traslado a alguna de las cárceles de la provincia de Sevilla, donde se encuentra su residencia y la de sus familiares. Será en uno de esos centros penitenciaros donde deberá cumplir la pena impuesta de 90 días de prisión por un delito continuado de impago de la pensión de los tres hijos que tenía en común con la también televisiva modelo Lely Céspedes.
Podría haber evitado la prisión
La deuda que Neyra acumuló con sus hijos llegó a alcanzar los 50.000 euros pero esta terminó ascendiendo a los 9.000 por la disposición Céspedes de llegar a un acuerdo que evitase la cárcel, tal y como señala el citado diario. En el mismo medio se afirma haciendo referencia a la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Málaga que además el bailaor podría haber evitado perfectamente su entrada en prisión pero finalmente esta se ha tenido que hacer afectiva ya que este, ni ha abonado la cantidad acordada ni tampoco ha pagado la multa derivada por la responsabilidad civil de sus actos.
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Ahora arranca una nueva vida para el que en su día fue un rostro habitual de nuestra pequeña pantalla y que ahora vuelve a estar en el foco del huracán mediático por esta mala noticia. Cabe destacar que tras su ingreso en prisión deberá restar 10 días en cuarentena en un módulo en el que dispone de patio propio y donde podrá realizar sus tres comidas diarias en solitario. Una vez pase este tiempo se incorporará al grupo de resto de reclusos o podrá pedir su traslado a una de las prisiones que esté más cercana a su lugar de residencia.