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La segunda temporada de 'Euphoria' se ha despedido con más certezas que la primera. Mientras que su predecesora coreografiaba una apoteósica posible sobredosis (y muerte) de Rue, la segunda ha tratado de hacer las paces con el pasado para asentar las bases de un futuro esperanzador. Aun así, no han faltado las abundantes dosis de drama adolescente, las fracturas aparentemente permanentes y un homenaje a "Scarface" que ha mezclado las lágrimas con la sangre.
Kat y Maddy en 'Euphoria'
Una vez más, Sweeney ha estado a la altura de la intensidad que caracteriza a 'Euphoria', asumiendo el rol de villana de manera consciente en un estallido que ha terminado en disturbios cuando Maddy se ha sumado a la fiesta para repartir bofetadas ante el atento público. En este momento, la serie se ha desnudado de su habitual estilo de melodrama elevadísimo, más cercano a la fantasía videoclipera que al realismo, para regalarnos una secuencia cargada de furia y comedia sin aditivos, cuya guinda, como suele ser habitual, han sido las reacciones de Rue, que vuelven a convertir a Zendaya en carne de meme.
Ash en 'Euphoria'
Fuera del teatro
Antes de esa escena, la insistencia de Custer en que Fezco confesara sus crímenes hacía saltar a Ash, que apuñalaba al chivato en el cuello y sellaba su sentencia de muerte. Consciente de que la policía debía estar rodeando su casa, Fezco ha tratado de cargar con la culpa de ese homicidio, pero su hermano pequeño se ha atrincherado en el baño para caer matando y, como evidenciaba el asiento vacío en el salón de actos, el cierre de esta trama no ha sido precisamente satisfactorio.
Pese a los gritos de Fezco, que se ha llevado un disparo al quedar entre medias de las fuerzas enfrentadas, Ash no ha bajado las armas y, después de disparar a un agente en el hombro, ha notado el ascenso de una mira láser por su cuerpo. En realidad, no hay un plano que nos muestre su muerte, pero la visceral reacción de Fezco tras el sonido de un disparo deja poco margen para la duda. Lo que no está tan claro es qué sucederá con el superviviente, que ha visto frustrada su relación con Lexi y seguramente su futuro tras haber ganado un considerable protagonismo esta temporada.
Lexi en 'Euphoria'
Organizando las piezas
En otro orden de cosas, Nate ha delatado a su padre, Cassie y Maddy han mediado una breve conversación sin golpes de por medio -al menos físicos-, Elliot ha interpretado una emotiva canción de despedida y Rue ha sido capaz de ver con claridad el mundo que le rodea. Hasta ahora, el personaje de Zendaya vagaba por la serie con un colocón eterno, pero la obra de Lexi le ha servido para reconciliarse consigo misma. Así pues, Rue esquiva la muerte, que, visto lo visto, parecía su destino más probable, y expresa su intención de empezar de cero, sin drogas y sin Jules.
Si no se hubiera confirmado la renovación de 'Euphoria' por una tercera temporada, este cierre podría encajar sin problemas como el de la serie. Todavía quedan cuestiones irresueltas, pero el guionista y director Sam Levinson ha logrado poner un poco de orden en el caos que ha sido la segunda entrega para coser los diferentes frentes que había abierto. Y lo ha hecho siendo fiel al estilo de verso libre del que siempre ha presumido con la serie de HBO, que en esta temporada se ha elevado a la enésima potencia, descentralizando el protagonismo y rompiendo la estructura narrativa más legible aplicada en la primera tanda.
En cuanto a los interrogantes que han quedado engullidos por el caos generalizado de la temporada se encuentran el desvanecimiento de Kat y las represalias de Laurie a los actos de Rue, que debe saldar una cuantiosa deuda tras perder una maleta rebosante de drogas. De cara a la tercera entrega, seguramente la segunda de esas cuestiones sea la que más recorrido tenga, aunque no será la única. ¿Tienen futuro juntos Cassie y Nate? ¿Irá Fezco a la cárcel? ¿Rue se mantendrá limpia y/o alejada de Jules? ¿Se introducirá a la siguiente generación de adolescentes intensos?
Unas cuantas incógnitas que nos mantendrán entretenidos leyendo teorías, aunque ahora le toca a Levinson reinventarse una vez más para romper con lo esperado en la tercera temporada.