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La Gran Final de Eurovisión 2018 67 fotos
El que un país en constante conflicto como Israel organice el Festival de Eurovisión en 2019 sigue creando controversia. En este caso desde uno de los participantes en el festival, Irlanda, cuyo Partido Laborista ha aprobado una moción para pedir a su televisión pública que boicotee el evento en caso de que se aloje en Jerusalén, cosa que considerarían una provocación. Claro que, en principio, no se iba a dar tal cosa, ya que se ha anunciado que la sede eurovisiva será Tel Aviv.
Tal y como informa el diario irlandés The Journal, los laboristas han aprobado, a petición de sus juventudes, llevar al congreso del país una propuesta para forzar al boicot a Eurovisión por parte de RTÉ, su televisión pública. Sin el apoyo de esta institución, Irlanda no podría llevar a un representante para participar en el concurso musical, que además no sería retransmitido en sus fronteras.
Ryan O'Shaughnessy, representante irlandés en Eurovisión 2018
Ocurre que el documento establece que se realizará el boicot si el evento tiene lugar en Jerusalén, y ya se había anunciado antes de esta votación que el concurso se realizará en Tel Aviv. El motivo es que la iniciativa data de antes de la elección de la próxima sede del certamen. La Unión Europea de Radiodifusión, encargada de la organización de la fiesta europea de la música, había obligado a Israel a presentarle al menos dos opciones de posibles ciudades, de modo que la decisión última estuviera en sus manos.
Reacciones al posible boicot
Según se dice en la moción de los laboristas, "el boicot se debe mantener hasta que un acuerdo de paz se establezca entre Palestina e Israel". Aunque la medida ni siquiera pueda tener validez si se aprobase, ya ha generado una gran controversia en el país. La RTÉ, de hecho, ha anunciado que no sancionará a nadie del equipo destinado a Eurovisión si prefieren no trasladarse a Israel en esta edición por motivos de conciencia.
Eso sí, no parece que el gobierno democristiano del país irlandés vaya a hacer caso a esta propuesta, incluso aunque se trate de algo meramente simbólico. Simon Coveney, ministro de asuntos exteriores, ha declarado que el gobierno nunca respaldará un boicot y que retirarse del concurso únicamente serviría para "polarizar las cosas".
