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El jueves 13 de mayo, continuaron los ensayos del Festival de Eurovisión 2021, que concluyeron su jornada con la primera actuación de Blas Cantó y su "Voy a quedarme". Una performance en la que predominaba la figura del artista y que no se aleja demasiado de lo que ya se pudo ver durante la preselección que tuvo lugar en el mes de febrero, donde se apostaba por una escenografía muy minimalista que iba de menos a más a medida que avanzaba la canción.
Blas Cantó durante su primer ensayo en Eurovisión 2021
Una gigantesca luna como compañera
La puesta en escena arrancó así totalmente centrada en el artista, mientras el murciano estaba envuelto en estrellas y acompañado por un eclipse al comienzo de la canción. Una escenografía que es que los encargados sorprendieron al presentar un elemento tan inesperado como estrambótico: una gigantesca luna llena que descendía sobre el escenario para quedarse colgando sobre el artista. Este complemento cambiaba así el entorno del murciano sobre el escenario, dando paso a encuadres más amplios en los que Blas pasaba a un segundo plano, con el fin de que la luna estuviera presente para los espectadores. A ello se sumaba también una transformación en el ambiente del escenario, con una iluminación más brillante y colorida, tanto en el fondo del escenario como sobre el propio artista.
Una escenografía poco innovadora
Blas Cantó acompañado por una luna gigante en su primer ensayo en Eurovisión 2021
Blas actuó así con una performance que recordaba mucho a aquella con la que defendió "Voy a quedarme" en la preselección de 'Destino Eurovisión' que tuvo lugar a finales de febrero, donde predominaron los elementos como las estrellas o la luna llena, aunque en aquella ocasión no se trataba de un elemento físico sobre el escenario. Una luna que arrancaba representada de nuevo con un eclipse sobre la pantalla y concluía la actuación teñida de rojo con la iluminación, formando parte así de una escenografía bastante sencilla, que se acercó a su final con una explosión de color estelar y una iluminación blanca sobre el artista.
Dicha escenografía, sin embargo, quedó lejos de transmitir con éxito el emotivo mensaje de la canción y su origen en el cariño que Blas siente por su difunta abuela. Lejos del sentimiento que plasmaba el videoclip con algo tan simple pero potente como ver a Blas acompañado de una mujer que representaba a su abuela, la ambientación que se ha mostrado en el primer ensayo ha dejado tras de sí un primer vistazo que ha dejado un resultado un tanto frío, ante la falta de una emotividad que logre ir más allá de la letra de la canción. Un detalle muy necesario dado que las palabras del tema de Cantó no será entendida por muchos de los espectadores de Eurovisión, por lo que tanto la música como los efectos visuales han de ir acompañados para conquistar posibles votos, tanto de la audiencia como del jurado profesional.
Francia y Malta atraen las miradas de la jornada
Blas se estrenó en una jornada que Malta se encargó de inaugurar de la mano de Destiny y "Je Me Casse", en la que la artista ha interpretado su tema acompañada por cuatro bailarinas, con una actuación llena de color y ritmo que ha logrado destacar a lo largo de la jornada, en la que también actuaron San Marino, Estonia, República Checa, Grecia, Austria, Polonia, Moldavia, Islandia y Serbia. Durante la tarde, llegó el turno de los Big Five y Países Bajos, como país anfitrión, entre los que Barbara Pravi, representante de Francia, se ganó numerosas alabanzas con su tema "Voilà", envuelto en una propuesta intimista y elegante, con luces tenues y blancas centradas en la cantante.