Suecia es el país más eurofan y en Ucrania se mostraron encantados de acoger un evento europeo, pero sin duda Israel va a ser el país que reciba con más entusiasmo Eurovisión. La ciudad de Tel Aviv está dispuesta a movilizarse en la semana del festival para convertirlo en todo un acontecimiento que vaya más allá de la celebración de las dos Semifinales y la Gran Final.
Como si de un festival de verano se tratara, la idea de Tel Aviv es que el Eurovision Village sea un espacio con fiestas nocturnas, actuaciones musicales, puestos de comida de todo el mundo e incluso actividades deportivas y clases de yoga. Y, todo ello, junto a la playa. Según informa la cadena local Channel 14, estará situado en el parque Charles Clore, donde confluyen los rascacielos de la ciudad moderna con el casco antiguo de Jaffa.
El parque Charles Clore acogerá el Eurovision Village en Tel Aviv
El Eurovision Village es un espacio al aire libre que se instala cada año en una plaza o un enclave emblemático de la sede del certamen, cuyo acceso es gratuito. Supone un punto de encuentro de los eurofans que viajan a la ciudad y un lugar donde disfrutar del espectáculo en compañía si no se consiguen entradas para el estadio. Este año tampoco faltará el escenario en el que actuarán tanto los próximos representantes de 2019 como euroestrellas de años anteriores.
Tras descartar combinar Eurovisión con el Orgullo de Tel Aviv, que atrae a miles de visitantes cada año y se celebra en ese mismo espacio, la idea es unificar la semana del festival con la agenda de la Noche en Blanco. Al igual que en algunas ciudades de España y Europa, la "White Night" son varios días de fiestas y actividades culturales organizadas por la noche en más de 40 puntos de la urbe israelí.
Más actividades en la ciudad, menos capacidad en el arena
Paralelamente, el ayuntamiento de Tel Aviv estaría considerando suspender esos días las restricciones legales para poder realizar fiestas durante toda la noche. Con semejante despliegue, se pretende que el espíritu de Eurovisión invada toda la ciudad y no sea un evento aislado para una pequeña comunidad de eurofans y turistas que viajen a Israel.
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Es una forma, además, de atraer a visitantes consigan o no entradas para las Semifinales y la Final, empresa que se plantea complicada. El Centro de Convenciones de Tel Aviv cuenta con una capacidad de apenas 10.000 personas, que se verá reducida tras la instalación del escenario. En este sentido, será el festival más pequeño de los últimos años, que se han movido en cotas en torno a los 15.000 espectadores.