El día 26 de marzo, la detención de Carlos Navarro, conocido como "El Yoyas", parecía inminente. Los periodistas y la policía habían cercado su posición hasta una segunda vivienda de la familia en la que podría permanecer escondido. No obstante, una semana después el caso no ha avanzado y, aunque los Mossos d'Esquadra están más cerca que nunca de detener al fugitivo, la situación ha obligado a Fayna Bethencourt, la víctima del maltratador y exconcursante de 'Gran Hermano', a tomar una decisión drástica por el bien de la investigación y de su propia salud mental.
"Tantos meses de una situación muy difícil le están empezando a pasar factura", informaba Saúl Ortiz en 'Fiesta', después de haber hablado con la afectada por teléfono. "Lo está pasando francamente mal. La idea de creer que su torturador está escondido en una casa no poder hacer nada para detenerlo le ha provocado un bajón anímico como hacía tiempo que no sentía", ha proseguido el colaborador. Por estas causas, la canaria "ha tomado la decisión de retirarse un poco, dar un paso hacia atrás para no estar tan presente en los medios de comunicación" y, de esta forma, "no interferir en las acciones de las fuerzas de seguridad del estado".
Saúl Ortiz en 'Fiesta'
Y es que, a pesar de las sospechas de que Carlos Navarro se encuentra escondido en la casa en cuestión, la policía no ha podido corroborar esa información a pesar de la orden de registro que pidió la abogada de Bethencourt. "Le han dicho que no se puede hacer absolutamente nada sin una foto o un vídeo que evidencia que este señor está en la casa", explicaba Ortiz. Ante la situación, Emma García ha salido en defensa en la víctima. "Manda narices que sea la víctima quien tenga que sentirse así y dar un paso atrás", protestaba la presentadora.
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En busca y captura
Delitos de maltrato, lesiones, amenazas y vejaciones con su exmujer y sus dos hijos son las razones por las que fue condenado el exconcursante de 'Gran Hermano'. Lleva desde el 1 de diciembre de 2022 en busca y captura para cumplir su sentencia firme de casi seis años de cárcel, después de que ignorase el requerimiento voluntario de ingreso a prisión. Con todas las sospechas puestas en esa segunda vivienda familiar, la "inminente" detención lleva cuatro meses sin producirse.