'Fear The Walking Dead' despide su sexta temporada con un final explosivo

'Fear The Walking Dead' llega al final de su sexta temporada con una despedida que comenzó la semana pasada dejando a nuestros protagonistas en una situación bastante tensa y complicada. Tras no haber podido impedir que Teddy lanzara uno de los misiles, en los últimos instantes del anterior capítulo todos comenzaron a prepararse para lo peor, sabiendo que el impacto de las ojivas podría tener lugar en cualquier momento y en diferentes partes del territorio. Con toda esa incertidumbre y temiendo por la vida de cada uno de ellos nos adentramos en el último capítulo, esperando no tener que lamentar ninguna marcha más tras la baja de John Dorie y Virginia al inicio de esta segunda parte de la temporada.

En concreto, en este episodio, el decimosexto y último de la sexta temporada de 'Fear The Walking Dead', titulado "The Beginning" ("El principio"), que podemos ver en VOSE la madrugada del domingo al lunes y doblada al castellano cada lunes por la noche a las 22:10 horas en AMC España, todo el mundo intenta desesperadamente vivir la inminente destrucción bajo sus propios términos. Las palabras de Morgan animándoles a que aprovechen sus últimos minutos provoca que las confesiones salgan a la luz y que la mayoría de ellos tomen caminos separados en un intento de sobrevivir al desastre que se avecina.

Sentimientos a flor de piel

La secuencia de apertura de este episodio es una de las más estremecedoras que hemos visto hasta la fecha. La protagonista es Rachel, una vieja conocida de Morgan que hizo acto de presencia a principio de la temporada, cuando dio a luz a un bebé que recibió el nombre de Morgan como forma de agradecimiento por toda la ayuda que les prestó. Sin embargo, ahora la mujer ha tenido que sacrificar su vida para poder salvar la de su pequeño en un acto de desesperación. Dejando de lado alguna que otra casualidad e incoherencia, como la de tener al lado palos y cinta para poder entablillarse la pierna o no morir de dolor a pesar de que todos veamos el hueso de su pierna partido, Rachel es un ejemplo claro de todo lo que es capaz de hacer una buena madre por proteger a sus hijos, aunque eso suponga renunciar a su propia vida y confiar la de su pequeño a un perro.

De este modo, este inicio es toda una declaración de intenciones, pues solo indica que es el comienzo de un episodio que va a estar cargado de bastantes momentos emotivos, sobre todo si deciden hacer caso a las indicaciones de Morgan y aprovechan sus posibles últimos minutos con vida para despedirse como siempre habían deseado. De hecho, fruto de esa desesperación, Dwight y Sherry se confiesan mutuamente todo lo que se aman y expresan ese sentimiento de culpabilidad y arrepentimiento por todo el tiempo perdido y por no haber actuado antes cuando Negan les impidió estar juntos. Su historia es una de las más puras y honestas porque han sabido superar todos los obstáculos para mantener una relación sana, madura y con toda la intención de seguir juntos pase lo que pase. Un ejemplo de amor sano.

Por su parte, viendo que ya no hay nada más que puedan hacer para evitar la muerte, Grace por fin confiesa a Morgan que le ama. Es triste que el ser humano tienda a esperar al último momento o a sentir que lo está perdiendo todo para realizar estos actos de amor. Por lo menos ambos han logrado verbalizar lo que sabíamos desde hace mucho tiempo ya que ese amor es correspondido porque Morgan responde con la misma confesión, aunque sus palabras van más allá al explicarle que con ella había recuperado la esperanza de volver a tener una familia y de convertirse de nuevo en padre, siendo esa ilusión el motor que le ayudó a salir adelante y a enfrentarse a Virginia para poder recuperarles.

El romanticismo de esta historia iba a concluir con ambos suicidándose al mismo tiempo, pero ese final era demasiado romántico para una serie como esta, por lo que rompen el clímax con la aparición repentina de los llantos de un bebé que, en un principio, Grace confunde con los de su hija fallecida. Al percatarse de que no es ninguna ilusión, ambos abandonan la idea de terminar con sus vidas y descubren que en el exterior el perro Rufus ha logrado dar con ellos arrastrando a una Rachel convertida en caminante y con su bebé a las espaldas. Como un regalo caído del cielo, Morgan y Grace recogen al pequeño para protegerlo como si se tratase de su propio hijo.

Una última oportunidad

Mientras tanto, aunque la mayoría ha tomado caminos separados, todavía tenemos un pequeño grupo que permanece unido y que está formado por Luciana, Daniel, Charlie, Sarah, Wes y el rabino. Tras escuchar por radio una voz que le resulta familiar y que está diciendo unas coordenadas de un lugar que, supuestamente, es seguro, Daniel comparte esta información con el resto, pero deciden seguir la dirección indicada por Riley, que ha confesado dónde se encuentra el búnker en el que está encerrada Alicia. Sin embargo, no podía ser tan sencillo y Daniel descubre que han sido engañados y que todo es una trampa, por lo que cambian de idea y deciden seguir las coordenadas de la radio.

Para sorpresa de todos, cuando llegan al lugar marcado aparece un helicóptero con el mismo símbolo que la mujer de la que se enamoró Althea. Quizá ya no te acordabas de ella porque hace tiempo que decidió abandonar al grupo para, precisamente, salir en busca de esa mujer que le robó el corazón. Desde entonces no habíamos vuelto a saber nada de ella, pero ahora vuelve a aparecer comunicándoles por radio que se suban al helicóptero sin hacer preguntas al piloto, pero pidiéndoles que confíen porque solo quiere ayudarles. Tampoco es que tengan muchas más opciones, por lo que el grupo al completo se sube en dirección a un destino incierto, pero que les mantiene unidos y vivos por el momento.

El final de Teddy y Dakota

Después de que Morgan le dejase marchar sin ninguna consecuencia, Teddy huyó con Dakota del buque en dirección a un lugar con vistas de lujo al inminente desastre que va a provocar el misil. Lo que no sabía es que John Dorie padre y June han seguido sus pasos hasta dar con ellos. Su repentina aparición da lugar a un duelo de miradas y de pistolas apuntando que nada tienen que envidar a los clásicos western. La tensión es más que evidente, sobre todo cuando la verdad comienza a salir a la luz y el estado de nerviosismo de Dakota se incrementa conforme va escuchando toda la información.

Para empezar, tanto John padre como June le explican a Dakota que la perdonan por haber acabado con la vida de John, algo que probablemente la joven no esperaba. Entre esa confesión y el descubrimiento de la existencia de un refugio subterráneo justo en ese lugar, Dakota comienza a dudar de las verdaderas intenciones de Teddy, que en el fondo había salvado la vida de la joven solo porque necesita a una segunda persona que le ayude a lanzar el resto de los misiles que todavía quedan en el buque. Viendo que el tiempo se agota, John y June actúan de forma inteligente para desarmarles y poder meterse en el refugio. Todo ello mientras Dakota y Teddy se quedan en el exterior en un último encuentro en el que ella le dispara a bocajarro tras sentirse utilizada y traicionada, quedando expuesta a los efectos de la explosión, que termina con su vida en el acto.

El principio de lo que está por venir

Victor Strand también ha tenido sus minutos de gloria tras haberse decantado por abandonar el buque en solitario, justo como lleva haciendo desde que le conocimos. Siempre ha preferido huir sin compañía, y ahora que se acerca su posible muerte no iba a ser menos. Pero la soledad termina cuando se encuentra con Howard, un antiguo profesor de universidad cuya historia personal es presentada a rápido y con pequeñas pinceladas, suficiente para poner el foco de atención en Strand y las explosiones. A pesar de todos los encontronazos que ha tenido con Morgan, se hace pasar por él, lo que nos indica que en el fondo le hubiese encantado ser así. Finalmente, cuando descubre que ha sobrevivido a pesar de todo el mal que ha hecho, confiesa su verdadera identidad regodeándose de la persona que es.

Recapitulando, la sexta temporada finaliza marcada por varias muertes, desde la impactante pérdida de John Dorie hasta el reciente adiós de Dakota y Teddy. En estos dos últimos casos, poco más tenían que aportar a la serie, sobre todo después de que Teddy haya logrado su propósito de lanzar los misiles. Por su parte, Dakota se había convertido en un personaje bastante inestable que ha tenido una despedida acorde a cómo era. Así pues, con sus respectivas muertes y con los protagonistas vivos tras las primeras explosiones, pero separados en diferentes grupos, nos despedimos envueltos en un mar de incertidumbre.

Desconocemos hacia dónde les conducirá el helicóptero y cómo ha conseguido Althea dar con ellos. Tampoco sabemos si conseguirán reunirse todos de nuevo. Además, Grace y Morgan tienen un futuro por delante con la nueva incorporación a su recién formada familia. Igualmente, Dwight y Sherry están más convencidos que nunca de seguir adelante con su relación aunque tengan que volver a superar mil obstáculos. Además, Victor tiene un nuevo destino ante sus ojos con la compañía de Howard, mientras que Alicia todavía sigue encerrada a la espera de que alguien acuda a su auxilio. Para saber qué pasará con cada uno de ellos no nos queda más remedio que esperar a la próxima temporada, que esperamos que esté a la altura de esta tanda de capítulos en las que hemos recuperado las dosis de acción, tensión, emoción y giros inesperados que tanto echábamos de menos.