Tras cientos y cientos de citas, los espectadores de 'First Dates' ya están acostumbrados a presenciar las historias más rocambolescas. A esta lista de testimonios inesperados se une ahora Laura, una joven de 20 años que ha ido al restaurante de Cuatro en busca del amor, pero ha acabado confesando su vicio más extraño y, según se mire, un tanto desagradable.
Miguel y Laura, en 'First Dates'
"Tengo un vicio", dejaba caer la comensal ante la cara de sorpresa de Miguel. "Ponerme a hablar cuando me pongo la comida en la boca", aclaraba con cierta carta de preocupación. Sin embargo, a su cita no pareció importarle lo más mínimo. "Por mi parte no te cortes", contestó Miguel con mucha tranquilidad. Mientras, detrás de las cámaras, Laura explicaba la intrahistoria de la revelación: "Mis amigos me dijeron que tenía que hacer la prueba de fuego, y que si no la pasaba, lo olvidase. Y he dicho, pues voy a tener a mis amigos presentes durante la cena. Voy a hacerlo".
Vista la confianza entre ambos, Laura decidió dar rienda suelta a su vicio confesable. De pronto sacó la lengua llena de comida, a lo que Miguel no pudo más que reaccionar con una sonora carcajada. "Ha hecho lo de la lengua y a lo mejor es que yo me lo esperaba mucho peor, pero me ha resultado bastante divertido y más tranquilo de lo que me esperaba", explicó el joven pastelero tras las cámaras.
Laura y su vicio confesable
Precisamente, el oficio de Miguel fue un pequeño "escollo" durante la cita: "Lo veo un punto negativo. ¿Por qué? Muy simple: engordar, a eso lleva la pastelería, y no quiero. Estoy a dieta", argumentó Laura. Lo curioso es que el pastelero también estaba a dieta, dejando claro que el oficio y el placer no siempre van de la mano.
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Divertido, pero no tanto
Antes de la decisión final, Miguel confesó que habían transcurrido ocho meses desde su última relación, un largo idilio de nueve años. "No me parece bien, eso está feo", fue la reacción de Laura a sus espaldas. En la mesa le dijo: "¿No te parece pronto para buscar algo nuevo?", a lo que Miguel respondió: "No, fue algo simple, lo dejamos bien y todo tiene que seguir hacia adelante". Pero la explicación no convenció a su cita. Aunque a Miguel le pareció "muy guapa y muy divertida", Laura acabó por darle calabazas: "Tú también me has parecido divertido, pero venía con una idea un poco diferente", aclaró, antes de negarle una segunda cita.