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No es igual contarlo que vivirlo ni es lo mismo ver un talent culinario que adentrarse entre fogones como un participante más. Hace unos días, un grupo de periodistas nos convertimos en concursantes en una entrega de 'El gran premio de la cocina', el concurso de cocina que se emite de lunes a viernes, a las 14:10 horas, en La 1. Sin pensárnoslo ni un minuto, tres redactores de FormulaTV aceptamos el reto de Radiotelevisión Española con ilusión y nervios a partes iguales, ya que sería una experiencia inolvidable que no podíamos rechazar.
Esta aventura arrancó en Torrespaña donde debajo de El Pirulí nos esperaba el autobús que nos llevaría hasta Villaviciosa de Odón, concretamente a los Estudios Adisar. En el mismo lugar donde se grabaron series tan recordadas como 'El barco' y 'Gran Hotel' se encuentra el plató del formato culinario de Boxfish TV ('Bake Off').Raúl Delgado explica la mecánica de 'El gran premio de la cocina'
El objetivo era vivir la experiencia como si fuésemos los verdaderos concursantes de 'El gran premio de la cocina', siendo lo más fieles a la realidad. A pesar de que el programa nunca se verá en La 1 (pero sí en FormulaTV), el equipo siguió la mecánica habitual de cada jornada de grabación para que la experiencia fuese lo más inmersiva posible.
Explicaciones previas para que no fuéramos muy perdidos
Lo primero fue microfonarnos a todos antes de adentrarnos en el set. Allí nos explicaron cuestiones básicas como el funcionamiento de la placa de inducción, la disposición de los utensilios de cocina o cómo encender y apagar la bomba del agua. Después nos reunimos con Raúl Delgado, el director del programa, que nos explicó la mecánica y, junto a la regidora, nos indicó nuestra posición en el set, por dónde debíamos entrar o salir de la encimera o recomendaciones para favorecer a cámara. Spoiler: con todo el agobio del cocinado, se nos olvidaron las cámaras.
Lydia Bosch y Germán González junto a los dos equipos de 'El gran premio de la cocina'
Poco a poco, fueron apareciendo los diferentes rostros del formato. Primero llegaron Javi Estévez y Marta Verona, los dos chefs que juzgarían nuestros platos, y unos minutos después aparecieron los presentadores Lydia Bosch y Germán González. La relación con todos ellos fue maravillosa, tanto delante como detrás de las cámaras. Todos se mostraron cercanos, encantadores e implicados en que disfrutásemos de la experiencia. Marta, que ya conocía bien a Sergio Navarro por su sección 'Sí, MasterChef', no tardó en bromear diciendo que le veía tenso. Y no se equivocaba.
Los tres de FormulaTV en el mismo equipo. ¿Casualidad?
Antes de arrancar con las grabaciones, Germán González fue el encargado de realizar la ceremonia de delantales, colocándonos a cada uno el nuestro y desvelando así cómo estaban formados los equipos que dividían a la prensa televisiva en dos. Almudena M. Lizana, Héctor Alabadí y Sergio Navarro, los tres redactores de FormulaTV que nos lanzamos a esta experiencia, formamos parte del equipo rojo y nos enfrentamos al verde, donde se encontraba entre fogones María Eizaguirre, Directora de Comunicación y Participación de RTVE.
El equipo rojo se organiza para 'El gran premio de la cocina'
Y llegó el gran momento, comenzó la grabación del único talent show de cocina que es en tiempo real. Empezamos presentándonos uno a uno y Lydia Bosch nos preguntó si creíamos que jugábamos con ventaja por ser compañeros de trabajo en FormulaTV. No se imaginaba que uno de nosotros iba a ser calificado por el jurado como "el lastre del equipo". Llámese "uno de nosotros", llámese Héctor.
Tras los saludos iniciales, llegó el momento de realizar la prueba de liderazgo. Se trataba de un pequeño reto en 30 segundos, que consistía en pelar el máximo número de champiñones con las manos. Aunque Almudena se quedó cerca, nuestra compañera Esther Mucientes fue quien se convirtió en la líder del equipo rojo.
Un menú sencillo pero no tanto como parece
Después, tocaba conocer los platos que debíamos elaborar. No había muchas expectativas con nosotros y el encargo era sencillo. Al menos, lo parecía. Primero debíamos cocinar tres tortillas francesas con relleno libre y una ensalada, y el segundo eran unas albóndigas con salsa y guarnición libre. Las normas eran claras para entregar los diferentes platos: el primero debía presentarse los 20 minutos y el segundo a los 35 minutos. ¿Qué podía salir mal? Spoiler (de nuevo): todo.
Sergio Navarro observa a sus compañeros desde el banquillo de 'El gran premio de la cocina'
En tan solo 5 minutos debíamos organizarnos para repartir las diferentes tareas y decidir que dos miembros del equipo se quedaban en el banquillo, ya que nunca pueden estar cocinando más de cuatro personas. Mientras Sergio observaba nervioso desde la grada, Almudena y Héctor tuvieron dos minutos para recorrer la despensa y conseguir todos los ingredientes y el menaje de cocina necesario para elaborar nuestros platos, porque en la encimera solo había sal, pimienta y un poco de aceite. Como no podía ser de otro modo, se nos olvidaron la mitad de las cosas.
Héctor Alabadí dándole la vuelta a la tortilla en 'El gran premio de la cocina'
Primer accidente: "¿Ya has roto un huevo?"
Aunque la receta era sencilla, el cocinado empezó con un pequeño accidente: el primer huevo se rompió y quedó esparcido por la encimera. "¿Ya has roto un huevo?", decía Almudena a Héctor tras ver el desastre. Mientras él intentaba cocinar una sencilla tortilla francesa rellena de queso de cabra y jamón york, ella estaba concentrada en lavar unas hojas de roble para la ensalada. Pero la andadura de Almudena en el concurso duró poco, ya que fue la primera víctima del relevo, haciendo que Sergio entrase a jugar.
Almudena M. Lizana prepara la ensalada en 'El gran premio de la cocina'
Durante el cocinado, Lydia Bosch se paseaba entre las cocinas para charlar un poco con cada uno de los concursantes. A Sergio fue a quien más sorprendió la actriz y presentadora al revelar que sabe que su padre hace unas paellas riquísimas. Como no podía ser de otra manera y aquí está por escrito, queda invitada a Valencia para degustarla cuando quiera.
¡Que se acaba el tiempo!
Y el tiempo voló y ya habían pasado casi los 20 minutos. ¿Cómo podíamos darle un toque a la ensalada? "¡Pica avellanas para el aliño!", gritaba la jefa del equipo desde el banquillo. Pero se nos había olvidado coger el mortero y nos tocó improvisar. Con un bol metálico, aplastamos las avellanas como pudimos y salimos del paso.
Héctor Alabadí y María Eizaguirre ante el jurado de 'El gran premio de la cocina'
Ahora sí, era el momento de presentar los platos ante el jurado para su valoración. Corriendo y demostrando sus horas en el gimnasio, Héctor llevó los platos casi volando y se convirtió en el portavoz del equipo rojo. Mientras que el equipo verde contó con MEC como representante. Allí nos enfrentamos a las estrictas valoraciones del jurado, que consideró que nuestra tortilla era demasiado simple y no especialmente sabrosa, pero quedaron encantados de nuestra ensalada (y eso que eran cuatro hojas de roble con tomate). Aunque la cantante Natalia, la jurado invitada, se volvió loca con ambos platos y aseguró que estaban riquísimos.
Sergio Navarro habla con Lydia Bosch y Natalia en 'El gran premio de la cocina'
Tras las valoraciones, tocaba un nuevo cambio en el equipo. Héctor se unió a Almudena en el banquillo, que no quitaban ojo a las habilidades de Sergio con la batidora para hacer la salsa de las albóndigas. Aquello era una misión imposible. El tiempo estaba a punto de agotarse y acabábamos de meter las albóndigas en la sartén. Desde la grada aquello parecía perdido (y puede que no nos equivocásemos), pero logramos emplatar y presentar a tiempo las albóndigas con unas clásicas (pero riquísimas) patatas fritas de guarnición.
Casi ganamos (por dos puntitos de nada)
Aunque fueron bien valoradas por el jurado, este nos otorgó 14 puntos frente a los 16 del equipo verde. Ahora tocaba el turno de descubrir las puntuaciones de Natalia, aunque ya no podían invertir el resultado. La cantante no se mojó demasiado y dio 9 puntos a ambos equipos, asegurándose contentar a toda la prensa. No ganamos, pero que nos quiten lo 'bailao', aunque no lo cocinado porque nos llevamos unos tuppers con nuestra tortilla. No nos darán una Estrella Michelin por ella, pero oye, nos salvó una cena.