14 grandes frases de Isabel "La Hierbas" en 'Aquí no hay quien viva'

Desde la segunda temporada, Isabel Ordaz se metió en la piel de Isabel "La Hierbas" en 'Aquí no hay quien viva'. La actriz, nacida en Madrid el 11 de marzo de 1957, se incorporaba a esta comedia tras haber participado en otras series de televisión como 'Pepa y Pepe', 'Todos los hombres son iguales' o 'El pantano'. Asimismo, cuenta con una extensa trayectoria en el cine, donde ha participado en películas como 'Bajarse al moro', 'El calentito', 'Una hora más en Canarias', 'El mejor verano de mi vida' o 'Si yo fuera rico'.

Aunque el encasillamiento es algo temido por las actrices y los actores, es inevitable que existan personajes que marquen un antes y un después en sus carreras artísticas. En el caso de Ordaz, su papel desempeñado en la ficción de los hermanos Caballero siempre será uno de los más recordados, sobre todo para los seguidores de la aclamada comedia. No es de extrañar porque "La Hierbas" destacó rápidamente gracias a su forma de ser tan peculiar y a su carácter extrovertido y místico. Desde FormulaTV queremos rendir nuestro particular homenaje a la actriz Isabel Ordaz recordando algunos de los mejores momentos de "La Hierbas" en 'Aquí no hay quien viva'.

1 "Me estoy hiperventilando"

Todos los personajes de 'Aquí no hay quien viva' tienen una o varias frases que les identifican porque suelen usarla de forma habitual a lo largo de toda la serie. En lo que respecta a Isabel, su espíritu místico, su afición al yoga y su consumo habitual de infusiones y hierbas varias le hacían decir muchas frases relacionadas con su estado de salud. Además, desde que hizo su primera aparición ya se mostró como una persona muy nerviosa, estresada y con el ánimo decaído por haber perdido su apacible vida por culpa de los negocios turbulentos de su marido. De este modo, la sensación de estar hiperventilando era una característica más de Isabel, que perdía el control de su respiración sobre todo cuando recibía alguna mala noticia, cuando los vecinos no dejaban de incordiar o cuando algún miembro de la familia se metía en algún follón.

2 "Mátala, Juan, tienes que matarla, por favor te lo pido, nunca te he pedido nada, ¡mátala, mátala!"

La llegada de Marta, conocida por todos como "La Pantumaca", abrió una brecha en la relación entre Juan e Isabel. La buena química entre el presidente de Desengaño 21 y la presidenta de San Marcos 13 era evidente, lo que hizo saltar todas las alarmas. Las dudas y los celos se apoderaron de Isabel, que empezó a ver a la mujer como una auténtica amenaza. Razón no le faltaba porque Marta confesó sentirse atraída por Juan, algo que él mismo también reconoció. No obstante, el amor entre Juan e Isabel acabó triunfando, aunque tuvieron que aguantar a Marta entrometiéndose en su relación. Hasta llegar a ese punto ambos soportaron mucha presión, sobre todo Isabel, que tuvo que controlar sus ganas de acabar con Marta cuando esta se presentó en la cena de Nochebuena que celebraban en casa de los Cuesta con el resto de los vecinos.

3 "Uh, ¡qué estrés todo! Yo me voy a hacer una pipa"

Otra de las frases míticas en el vocabulario de Isabel estaba relacionada con su afición a fumar pipa. Si bien es cierto que también consumía de forma asidua hierbas e infusiones varias para relajar los nervios, la cachimba era lo que más le ayudaba a tranquilizarse y a encontrar la paz que le robaba la rutina diaria. Así pues, esta herramienta se convirtió en un elemento recurrente en la vida de "la Hierbas" y, en más de una ocasión, apareció en pantalla con una pipa debajo del brazo como si fuese un complemento más de su vestuario. El estrés y la ansiedad que sufría, algo normal y corriente si resides en Desengaño 21 y convives con el presidente de la comunidad, eran la excusa perfecta que siempre utilizaba para hacerse una pipa. Eso sí, Isabel no era nada avariciosa y cuando tenía la pipa cerca y estaba acompañada, le ofrecía a su invitado la opción de fumar también si quería.

4 "¡Juan! Que esto no es el Titanic, que el presidente no tiene que morir con el edificio"

En el episodio final de 'Aquí no hay quien viva' fuimos testigos de cómo todos los vecinos se despedían de Desengaño 21 porque el edificio estaba a punto de derrumbarse por culpa de unas termitas. Sin embargo, en un último intento de mantener la esperanza de poder continuar haciendo vida en sus hogares de siempre, algunos vecinos subieron hasta el primero para demostrar que a la estructura del edificio no le pasaba nada y era totalmente segura. Entre los valientes que desobedecieron las órdenes de los bomberos y cometieron tan imprudencia se encontraba Juan Cuesta, que siempre fue el primero en dar la cara por esa comunidad por la que tanto había luchado y trabajado y que adoraba por encima de todas las cosas. Pero Isabel no pensaba como él y temió que fuese a morir con el edificio tal y como hizo el capitán del Titanic con su barco.

5 "Y la nave de E.T., ¿se va a quedar mucho entre nosotros o va a volver pronto a su planeta?"

El fallecimiento de Paloma nunca estuvo exento de polémica desde el primer momento. Su caída por el patio siempre generó muchas dudas e incluso algunos acusaron a Isabel de haber empujado a su vecina, aunque sabemos que la historia no fue así. Más tarde, cuando Paloma despertó del coma, Isabel la atropelló de forma accidental, provocando que la mujer de Juan volviese al hospital. Al final, entre unas cosas y otras, Paloma falleció y fue incinerada tras un velatorio que fue cubierto por radiopatio y que contó con la visita inesperada del amante de Paloma. No obstante, las cenizas acabaron en la casa de Juan con su verdadera familia, aunque Isabel no era muy partidaria de tener la urna presente en sus vidas porque nunca fue capaz de mantener una buena relación con Paloma.

6 "¿Y la eutanasia me la cubre la seguridad social o me va a dejar sufrir?"

La llegada de la menopausia supuso todo un trauma para Isabel. Tras un tiempo sufriendo desajustes en el periodo y con indicaciones claras como fatiga, calores y sudores repentinos, Isabel fue al ginecólogo acompañada de Marta para intentar encontrar alguna solución a su problema. Lejos de hallar respuestas tranquilizadoras y esperanzadoras, el médico le relató una serie de síntomas que iban a hacer de su vida un auténtico calvario desde el punto de vista de la pobre Isabel. Los sofocos, el insomnio, la depresión, los cambios de humor, el cansancio, las jaquecas y los orgasmos de menor intensidad eran algunos de los nuevos compañeros relatados por el doctor para esta etapa que comenzaba en la vida de Isabel y que para ella suponían un sufrimiento al que no quería enfrentarse.

7 "Que yo sepa, los únicos muertos que entran y salen de sus tumbas son los de la canción de Mecano"

Mientras realizaba una reforma en la portería, Mariano encontró un cadáver en una de las paredes del habitáculo, huesos que, aparentemente, nadie sabía a quién pertenecían. Sin embargo, Isabel, Emilio y su padre iniciaron una investigación para tratar de averiguar la identidad de la pobre persona que acabó emparedada en el edificio. Todas las pistas y todos los datos que fueron encontrando apuntaban al marido de Concha como posible víctima. Aunque Juan les insistió para que abandonaran el caso, no les importaron sus palabras y fueron hasta el cementerio para abrir la tumba del difunto, donde no encontraron restos algunos. La desaparición de los huesos que ellos mismos habían encontrado complicó mucho el asunto y dificultó que la policía les creyese, pero al final se desveló la verdad cuando Juan reconoció que los huesos pertenecían al antiguo portero y no a ningún muerto de la canción de Mecano.

8 "Bueno, Juan, yo me voy a esnifar pegamento a la papelería"

Desde que llegó a Desengaño 21 Isabel se ganó a pulso el apodo de "La Hierbas". Como pudimos ver en su primera aparición en la serie, su cocina estaba llena de botes y bolsas con todo tipo de pastillas y hierbas para realizar té e infusiones. Además, era una persona a la que le gustaba todo lo místico y espiritual, características que hacían de ella alguien con un estilo peculiar y una esencia muy particular. En su vida tampoco faltaba la pipa, su fiel compañera en los momentos de mayor estrés y ansiedad. Sin embargo, parece que no siempre recurría a la cachimba para hacer frente a los problemas. En una ocasión no le importó reconocer delante de su familia que esnifar pegamento en la papelería era una buena solución para tratar de olvidar las complicaciones y dificultades que se encontraba en el día a día.

9 "Dialoga con tu miedo, dile: 'Hola, ¿qué quieres de mí?'"

Si tienes miedo a volar en avión, no te preocupes, siempre puedes seguir el consejo que Isabel le dio a Emilio, aunque a él no le terminó de funcionar porque acabó quedándose sin viaje. En concreto, le explicó cómo seguir el método Jacobsen de relajación, que consiste en evitar el pánico mediante el control muscular, básicamente porque si estás relajado no puedes tener esa sensación de pánico. Hasta aquí todo lo que explicó Isabel en el videoclub ante la atenta mirada del portero de la comunidad tenía mucho sentido, el problema vino cuando justo antes de enseñarle a respirar hondo recordó los típicos pensamientos catastróficos dignos de una película de la saga "Destino final". La mujer solo quería ponerle ejemplos, pero está claro que lo de animar a la gente y aconsejar no se le da del todo bien.

10 "No, para Elisa no, Elisa escucha esto y no lo reconoce, escucha esto Elisa y se va y no vuelve nunca"

La pérdida de la presidencia de la comunidad provocó que Juan buscara alternativas de entretenimiento para llenar el vacío existencial que sentía. El piano se convirtió en su nueva afición para disgusto de todos los vecinos, incluida la propia Isabel. Juan solo quiso dar rienda suelta a su pasión por la música, sin percatarse de que tocar el piano no es tan sencillo como él imaginaba. Con Belén como presidenta títere a la cabeza, los vecinos denunciaron a Juan para intentar que dejara de tocar el piano, estrategia que falló cuando Cuesta ganó el juicio. Cansada del ruido infernal que hacía Juan en su intento de aprender y viendo que iba a seguir así durante mucho tiempo tras recibir el beneplácito del juez, Isabel se rindió y le demostró cómo se toca de verdad el piano descubriendo que le había estado mintiendo y sí que era una experta dándole a las teclas.

11 "La vida son ciclos: hay ciclos que estás ¡plof! y hay ciclos que estás ¡uh!"

Cuando se trata de animar a otra persona quizá Isabel no sea la más indicada, sobre todo porque en más de una ocasión ha demostrado que la que necesita ayuda es ella. Sin embargo, cuando Lucía entró en depresión tras su fallida boda con Roberto, segundos después de recordarle el fiasco del enlace y hacerle llorar, "la Hierbas" intentó salir airosa de la situación y aportar su granito de arena para aliviar la pena de su vecina. Para ello, le explicó lo complicada que puede llegar a ser a veces la vida. Aunque quizá costó un poco entender lo que quería decir, está claro que Isabel es una experta en ciclos y sabe muy bien que un día puedes sentirte de bajón y en la absoluta miseria y, al día siguiente, volver a estar arriba y con ganas de comerte el mundo.

12 "Si no se me valora yo me hago un nudito aquí en el corazón y me voy por donde he venido y ya está"

Cuando Marta hizo su primera aparición en casa de los Cuesta y los celos empezaron a rondar por la cabeza de Isabel, esta asumió rápidamente que Juan le iba a poner los cuernos. Sin tener pruebas fehacientes de que se hubiese producido dicha infidelidad, Isabel se presentó ante Marta en una cafetería y le explicó que podía quedarse con Juan. Ni corta ni perezosa le contó que le dejaba el camino libre porque no quería perder el tiempo con alguien que se iba con la primera divorciada de buen ver que pasaba por delante. Quizá los nervios pudieron con Isabel, pero nos regaló una escena de lo más divertida, sobre todo porque cuando se marchaba dignamente tras invitar a Marta al té que estaba tomando, se dio media vuelta y le recordó que Natalia y José Miguel le adoraban y que lo iba a tener muy complicado para ganarse su cariño.

13 "¡Que no me hables de Ana Rosa Quintana!"

Isabel y Juan intentaron por todos los medios adoptar a un bebé. De hecho, el siempre correcto señor Cuesta tiró de hilos y favores personales para tratar de agilizar el proceso y tener prioridad en la adopción, sin embargo, su estrategia no funcionó. Como los afortunados en conseguir al niño fueron sus vecinos Mauri y Fernando, no dudaron en llamar a la puerta del 1ºB para que les explicasen cómo lo habían logrado tan rápido. Además, les pidieron el favor de que renunciasen a la adopción para que ellos se lo pudieran quedar. Ante la insólita petición, Mauri les recordó que ellos podían seguir intentándolo por la vía biológica porque hay mujeres que son bastante mayores y tienen hijos como Ana Rosa Quintana, un ejemplo y comparación que hizo estallar a Isabel.

14 "Tú no vas a dejar nadie porque si lo haces te perseguiré, siempre"

El nacimiento de Yamiley supuso un montón de quebraderos de cabeza para la familia Cuesta, sobre todo para Juan e Isabel. Los abuelos se tuvieron que hacer cargo de la recién nacida para ayudar a Natalia y a Yago, sobre todo cuando la psicóloga recomendó a la madre primeriza que se marchase de viaje para desconectar y recuperarse. Sin embargo, lo que debía ser un retiro espiritual para recargar pilas se convirtió en una serie de peleas continuas entre la joven pareja, discusiones motivadas por el estado de ánimo de Natalia y por ese sentimiento de echar de menos a su hija. Tanto tuvo que aguantar Yago que insinuó que quería dejar a su chica, pero en un tono amenazante, Isabel tomó las riendas de la familia. Como si de la líder de una banda de mafiosos se tratase, le aseguró que no iba a dejar a nadie mientras ella estuviese con vida.