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El capítulo final de 'Juego de Tronos' se emitió hace meses, pero a pesar del tiempo transcurrido, la serie sigue dando de qué hablar. El desenlace de la ficción, que produjo un sinfín de críticas por parte de los seguidores, dividió a los fans, hasta tal punto de que más de un millón de espectadores han firmado una petición para que HBO rehaga la octava temporada. Varios actores del elenco de la serie se pronunciaron y opinaron sobre el final de 'Juego de Tronos', pero ahora es el turno de George R.R. Martin para hablar sobre el desenlace de la serie de HBO basada en sus novelas.
George R. R. Martin
Martin tiene una relación complicada con la serie ya que, por un lado, afirma que le "ha cambiado la vida" y le ha brindado muchas oportunidades, pero por otra parte, asegura que está más tranquilo con su fin. The Observer le preguntó al George si las duras críticas recibidas condicionarían su proceso escritura, a lo que él contestó: "No, no cambia nada en absoluto. No puedes complacer a todos, así que debes complacerte a ti mismo".
El escritor, a pesar de todos los comentarios negativos sobre el desenlace de la serie, reconoce que le encanta la interacción con los seguidores, pero también admite que poco a poco se ha ido alejando de Internet para que las teorías de los fans no influyesen en su proceso de creación. "Estoy fuera de ello, dejo que los fans tengan sus teorías, unas son correctas y otras erróneas, pero lo descubrirán cuando termine", explicaba Martin.
La nostalgia de los inicios
George R. R. Martin recordaba con cariño los inicios de la saga y la interacción con sus lectores, y hablaba de los encuentros que organizaban sus fans: "Cada vez que asistía me encontraba con nuevos, pasábamos tiempo juntos. Fue genial, pero a medida que los libros se hicieron cada vez más famosos y la serie se convirtió en un éxito, las fiestas se hicieron cada vez más grandes y concurridas. (...) Ahora ya no puedo conocer nuevas personas porque hay demasiadas. No quiero ir a una fiesta donde una sucesión interminable de personas quieran hacerse una selfie conmigo, eso no es tan divertido como en los viejos tiempos, eso es trabajo", confesaba con sensación agridulce.
A raíz de esa sensación de nostalgia, Martin revelaba también que echaba de menos el anonimato: "Ya no puedo ir a la librería, y esa era mi actividad favorita del mundo. Para entrar y deambular, coger algunos libros, leer un poco, salir descubriendo tantas cosas de las que nunca antes había escuchado hablar... Ahora, voy a la librería, me reconocen a los diez minutos, y ya hay una multitud a mi alrededor. Ganas muchas cosas, pero también pierdes otras".