La televisión en particular y la sociedad en general van aprendiendo poco a poco a convivir con el coronavirus, que lejos de estar totalmente erradicado se ha convertido en un elemento cotidiano con el que batallar cada día. Si bien la pequeña pantalla, como la mayoría de empresas, optó en un primer momento por paralizar sus producciones e incluso cancelar algunos de los programas que tenía en el aire, poco a poco todas las cadenas van encontrando su fórmula para seguir sacando adelante una industria que da trabajo a millones de personas en todo el mundo y entretiene a otras tantas.
El pasado 5 de agosto, CBS estrenó la 22ª edición estadounidense de 'Big Brother', un programa que, por su complejidad técnica y el tamaño del equipo humano que requiere, habría sido inconcebible meses atrás. La pandemia del COVID-19 continúa dejando miles de nuevos contagiados cada día, especialmente en Estados Unidos, por lo que la cadena ha desarrollado todo un plan de medidas extraordinarias para evitar que el virus se propague tanto en el interior de la casa como en la cruz de cámaras que monitoriza a los concursantes.
Lo cierto es que, de todos los programas, posiblemente 'Gran Hermano' es el que mejor ejemplo da; al fin y al cabo, se trata de una cuarentena absoluta con respecto al exterior. La versión estadounidense conducida por Julie Chen ha pasado a tener un plató vacío, sin público, como ocurre en otros muchos espacios. Durante el estreno, los concursantes fueron dejándose caer por el estudio, donde eran presentados en grupos de cuatro antes de entrar en la casa. Todos ellos llevaban mascarilla y se mantuvieron a 3,5 metros de distancia de la presentadora.
Los concursantes llevaban aislados 2 semanas
Previamente, todos los posibles concursantes habían sido llevados a Los Ángeles para permanecer confinados las dos semanas anteriores al estreno de 'BB 22'. Durante esos días se hicieron varias pruebas y, de hecho, algunos que tenían prevista su entrada en la casa dieron positivo y se quedaron a las puertas, por lo que tuvieron que ser sustituidos, tal y como relata la presentadora en una entrevista.
Una vez dentro de la casa no es necesario guardar distancia social
Trabajadores divididos por colores
En cuanto al equipo técnico, cada uno de los trabajadores de 'Big Brother' se somete a un test a la semana y tiene la obligación de llevar mascarilla dentro del set. Nadie tiene el acceso permitido a la casa y, de hecho, es la primera vez que la presentadora no entra al interior para hacer un tour previo al comienzo del concurso. Julie Chen sigue las mismas indicaciones que el resto del equipo, aunque puede retirarse la mascarilla cuando aparece en pantalla. No obstante, se le ha prohibido acercarse a los concursantes cuando sean expulsados.
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Continuando con las medidas excepcionales, los puestos de trabajo están señalizados con colores, explica Chen. De esta manera, solo pueden ser utilizados por los trabajadores que han recibido ese mismo color, reforzando así el distanciamiento social entre ellos. Con todo esto, se pretende que el reality se emita con normalidad y sea la excepción en esa estética de videollamadas que se ha implantado en televisión. "Fuimos la cuarentena original", bromeaba la presentadora antes del estreno de 'Big Brother 22: All Stars', convencida de la necesidad de los espectadores de desconectar ante los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir.