Tras el comunicado de la matriz internacional Endemol Shine Group, Zeppelin TV se ha vuelto a pronunciar en relación a los protocolos de actuación de 'Gran Hermano' ante posibles abusos ocurridos en la casa. La productora del reality show de encierro revisará el modo de proceder de sus trabajadores y plantea ya medidas drásticas que garanticen la integridad física y psicológica de los concursantes durante el programa.
Los presuntos (el proceso judicial sigue abierto) abusos sexuales sufridos por Carlota Prado en 'GH Revolution' han llevado a Zeppelin TV a replantearse su forma de proceder ante altercados en los que se vulneren los derechos de sus concursantes. La productora reconoce y lamenta nuevamente su error en la manera de actuar en 2017, cuando comunicó los hechos a la joven en el confesionario "en un caso en el que no existían antecedentes en toda la historia del concurso en España". Insiste, por ello, en pedirle disculpas a la afectada de forma pública.Carlota Prado, concursante de 'GH Revolution'
"Después de detectar que la concursante podía haber tenido relaciones sexuales no consentidas, la productora activó los protocolos establecidos, presentó de forma inmediata la denuncia, expulsó a José María del concurso y trasladó a Carlota a un hotel donde, acompañada de psicólogos independientes y familiares, permaneció porque decidió volver al concurso, que sólo ocurrió una vez obtuvo el alta", reza el comunicado de este miércoles.
Las medidas concretas
Desde 'GH' insisten en que siempre han "condenado este tipo de conductas" y, por ello, desde el principio han colaborado con las autoridades "aportando todas las pruebas necesarias", siendo el propio Productor Ejecutivo del reality el que se personó en la Guardia Civil tras el incidente. De cara al futuro, la productora se replantea sus protocolos de actuación para establecer "nuevos límites y medidas en su objetivo de tolerancia cero ante estas situaciones". En este sentido, reforzará sus equipos para evitar altercados similares.
Zeppelin TV plantea medidas concretas en esta dirección. La primera de ellas sería aumentar la privacidad del confesionario en situaciones excepcionales como la de Carlota. También se podría instaurar la política de cero alcohol durante las fiestas de la casa, aunque siempre se ha defendido que las cantidades de las que les proveen son ya de por si bajas. Además, se pretende reforzar el seguimiento psicológico a los concursantes durante y después de su paso por el concurso, intentado controlar los posibles efectos emocionales que puede conllevar una experiencia de este tipo.