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La noche del lunes 27 de septiembre, 'La última tentación' emitió su segundo debate con Sandra Barneda en Mediaset. A lo largo de la gala, además de desvelar algunos de los momentos que podrían disfrutar los seguidores del reality en la próxima entrega, también se mostró una conversación que Gonzalo Montoya había mantenido con algunos de sus compañeros de Villa Playa, en la que el sevillano se sinceraba sobre lo que había ocurrido tras su ruptura con Susana Molina en 'La isla de las tentaciones'.
Gonzalo Montoya habla en 'La última tentación' sobre su ruptura con Susana Molina
"Yo no me presenté al reencuentro de la casa, seis meses después, y le escribí una carta", explicó Montoya, al ver que algunos no recordaban a qué se refería el extentador. Por entonces, el sevillano se había negado a protagonizar un reencuentro cara a cara con su exnovia, como viene siendo habitual. "Se me están poniendo los pelos de punta. Ella ya estaba entonces con Cepeda, fíjate lo que le iba a importar la carta...", añadió el sevillano, tras lo cual compartió que Molina "ahora está con el veterinario. Contra un veterinario no se puede hacer nada". "A lo mejor era algo necesario para los dos", apostaba Duque, ante lo que el sevillano señaló que "son siete años. Al menos, que hubiera esperado a volver a casa, y me dejas".
"Era amor de verdad"
"Pero yo también la entiendo a ella: si no lo hubiera dicho allí, no lo habría hecho nunca", añadió Montoya. El participante del reality confesó incluso que "después, el vuelo de vuelta, me pasé las ocho horas llorando. Estaba deseando que se cayese el avión, que nos muramos todos y que no se retransmita nada". "Follamos en el hotel y, a los tres días, cogió la maleta y se fue", relató el sevillano, después de recalcar que "era amor de verdad".
"Desde entonces, nos vimos en el último debate, que me harté a llorar también. Pero bueno, mira lo feliz que soy ahora, solo", rememoró Montoya, para después reconocer que "no voy a volver a querer a nadie como he querido a Susana. Eso lo tengo claro. Me dan pereza todas las mujeres". "Pero bueno, que no hace falta tener a nadie. Prevalece una felicidad que antes no valoraba, en vez de estar obsesionado en hacer feliz solo a una persona que, después, sale bien o sale mal", manifestaba el sevillano.