El 16 de septiembre de 1957 nacía Assumpta Serna, una de nuestras actrices con mayor proyección internacional. Sus comienzos en el mundo de la interpretación se remontan al teatro, cuando formó parte de la compañía Dagoll Dagom. Ese solo era el principio de una carrera en la que encontramos proyectos de todo tipo, además de desarrollar su faceta como profesora, empresaria y escritora. Desde entonces, la actriz catalana ha participado en múltiples películas y series de televisión, tanto en España como en el extranjero. Así pues, ha formado parte del elenco de ficciones como 'Falcon Crest', 'Brigada Central', 'Tierra de lobos, 'Borgia' o 'El crac', entre otras.
Sin embargo, uno de sus papeles más conocidos es el de Marta Puig Llorenç en 'Aquí no hay quien viva. En la comedia de los hermanos Caballero dio vida a "La Pantumaca", presidenta de San Marcos 18. Este personaje hacía su primera aparición en el tercer episodio de la cuarta temporada, titulado "Érase un desvío provisional". A partir de ese momento se ganó un hueco como secundaria, obteniendo más protagonismo con el paso del tiempo. Su llegada hizo temblar los cimientos de la relación de Juan e Isabel, aunque finalmente terminó manteniendo un idilio con Pablo. Desde FormulaTV queremos recordar algunas de las mejores frases de Assumpta Serna como "La Pantumaca" en 'Aquí no hay quien viva'.
1 "Divorciada y tan feliz"
Assumpta Serna como Marta en 'Aquí no hay quien viva'
La primera vez que "La Pantumaca" pisó Desengaño 21 fue en busca de Juan Cuesta. La presidenta de San Marcos 18 acudía solicitando ayuda y apoyo, todo ello en calidad de compañera y vecina de barrio. Un atasco y unas obras fueron los motivos que propiciaron la alianza entre ambos presidentes, iniciándose así una bonita relación. A su llegada se presentó como una mujer divorciada y tan feliz, mostrando de buenas a primeras su arrolladora personalidad, su gusto por la libertad y lo poco que le importaban los comentarios y las críticas ajenas. Esas palabras eran el inicio de la desconfianza que Isabel mostraría tiempo después, sobre todo al ver a Juan acompañado por una mujer sin compromiso y tan segura de sí misma.
2 "A ver si a él le sale tan bien el sexo oral como a mí"
Pablo y Marta en 'Aquí no hay quien viva'
Después de olvidar a Juan, Marta se fijó en Pablo, el hijo menor de Isabel. La relación comenzó sin previo aviso, sorprendiendo tanto a los padres del novio como a los espectadores. La diferencia de edad no fue ningún problema para ellos, que disfrutaban de su amor y no dudaban en dar rienda suelta a la pasión que sentían. Isabel fue testigo en más de una ocasión de esa efusividad, pero lo que parecía ser una relación estable terminó rompiéndose por una tercera persona. Paco fue el responsable de la ruptura, ya que Pablo prefirió a su amigo antes que a su chica, alegando que había muchas más mujeres. Sin embargo, Marta tenía claro que no iba a encontrar a nadie que le hiciera el sexo oral tan bien como ella.
3 "Te emborraché y te metí en mi cama para demostrarte que, en función de las circunstancias, todos podemos tener un desliz"
Marta e Isabel en 'Aquí no hay quien viva'
Jugar al despiste y sembrar la duda sobre sus verdaderas intenciones era una de las estrategias preferidas de "La Pantumaca". Sus ganas de divertirse y, al mismo tiempo, darle una lección a Juan, le empujaron a crear una situación un tanto incómoda para el presidente de Desengaño 21, algo con lo que ella pudo entretenerse. De este modo, con la intención de hacer que Juan comprendiese que, dada la situación cualquiera puede tener un desliz, le emborrachó y le metió en su cama, haciéndole creer que habían mantenido relaciones sexuales. Juan confesó el delito a Isabel sin saber que, en realidad, no había sucedido nada y todo había sido una trampa elaborada por ambas mujeres. Eso sí, Marta se marchó dejando la incógnita de si hubo sexo o no.
4 "Cuando hacía el amor con mi marido le ponía la cara de su hermano, y cuando hacía el amor con su hermano, le ponía la cara de mi marido"
Marta en casa de Juan e Isabel en 'Aquí no hay quien viva'
Una vez que Marta se convirtió en la nuera de Isabel la relación entre ambas cambió por completo. Al no verla como una amenaza en su historia de amor con Juan, "la Hierbas" cogió más confianza con ella. Tanto es así que Isabel mantenía largas conversaciones con su nueva mejor amiga, confiándole sus problemas, incluidos los relacionados con su pareja. De esta manera, Marta escuchó atenta las inquietudes de Isabel, intentando ayudarla con sus consejos, pero también contándole sus propias experiencias. Otra cosa no, pero como mujer divorciada y dispuesta a disfrutar de la vida, Marta contaba con un historial amoroso y sexual apto para utilizar ejemplos de todo tipo.
5 "Pero, ¿por qué me llaman así?"
Marta, conocida como "La Pantumaca" en 'Aquí no hay quien viva'
Ser un habitual de Desengaño 21 suponía arriesgarte a que sus vecinos se entrometiesen en tu vida, pero también a que te pusieran algún mote. Prácticamente todos los habitantes de la comunidad tenían algún apelativo, generalmente creado por Concha, Marisa y Vicenta. Cuando Marta se presentó en la comunidad, su marcado acento catalán llamó rápidamente la atención de todos. Esta circunstancia no quedó en una mera anécdota y la utilizaron para crear el mote de la nueva amiga de Juan, refiriéndose a ella como "La Pamtumaca". La alusión a uno de los platos típicos de la gastronomía catalana era clara, aunque Marta no terminaba de comprender por qué le llamaban así, extrañándose cuando alguien se dirigía a ella por ese mote.
6 "Me encanta este sitio que has elegido, ¿no lo había más deprimente?"
Mariano y Marta en 'Aquí no hay quien viva'
Aunque en un principio solo eran dos presidentes de comunidad apoyándose mutuamente durante una etapa de crisis, Marta se fijó en Juan como algo más que un compañero o mentor. Incluso sabiendo que el señor Cuesta mantenía una relación con Isabel, "la Pamtumaca" no se lo pensó dos veces y decidió atacar con la intención de hacerle caer en sus redes. Juan le siguió el juego respondiendo a los sms, pero lo que no sabía Marta es que Mariano se iba a entrometer. Así pues, el padre de Emilio se hizo pasar por Juan e invitó a Marta a una fogosa noche de hotel, pero la elección del sitio no fue del todo del agrado de la mujer. Razón no le faltaba porque la habitación era muy deprimente para un primer encuentro sexual.
Las celebraciones de días señalados como Nochebuena o Navidad siempre nos han dejado capítulos de lo más amenos y divertidos. En una de esas cenas los vecinos decidieron reunirse para compartir una velada todos juntos en casa de Juan Cuesta. La idea ya parecía una locura de antemano, pero la armonía reinaba en Desengaño 21 y todos estaban predispuestos a pasar un agradable rato. Sin embargo, como era de esperar, todo se torció, comenzando por la presencia de Marta, que se presentó horas antes para ayudar a Isabel a cocinar, elaborando su propia receta de pimientos asados. La receta le sirvió para hacer un chiste que a la anfitriona no le hizo nada de gracia.
El rechazo por parte de Juan y la soledad llevó a Marta a intentar quitarse la vida pero, afortunadamente, pudieron impedir el fatídico desenlace. Con la voluntad de hacer las paces, Marta regresó a Desengaño 21 para conversar con Isabel y pedirle perdón, reconociendo al mismo tiempo que se encontraba muy sola. Aunque Isabel no quería saber nada de la mujer que casi le cuesta su relación con Juan, Marta le dio donde más le duele afirmando que tenía cara no de tener ninguna amiga, igual que ella. Este fue el inicio de una amistad un tanto peculiar, repleta de confesiones y consejos compartidos.
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Al rehacer su vida sentimental con Pablo, Marta pudo establecer una amistad con Isabel, su suegra. Después de mucha rivalidad, ambas se comportaron como amigas de toda la vida, aconsejándose mutuamente. No obstante, quien más apoyo mostraba siempre era Marta, que no dudaba en regalar su opinión y sus consejos incluso sin que Isabel se los pidiera. Muchas de esas ideas quizá eran un tanto descabelladas, como cuando animó a Isabel a seguir manteniendo sueños eróticos con Yago y a disfrutar en la vida real de Juan. El lema de Marta estaba claro, si podía pasárselo bien de las dos formas, ¿por qué elegir solo una?