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Secret Story: La casa de los secretos
Secret Story: La casa de los secretos
2021 - Act
España
Realities
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'Secret Story', en imágenes 21 fotos
El conflicto empezó a fraguarse en Secret Story: La casa de los secretos en torno a las 03:00h, cuando Miguel Frigenti le comentaba a Adara Molinero que estaba "de bajón" por los últimos problemas que ha tenido en la casa y se le había "juntado todo". Mientras tanto, en la cocina, Cristina Porta y Luca Onestini conversaban al tiempo que se deleitaban con un plato de comida. En ese momento, Frigenti apareció en la estancia y, tras unos minutos en los que no abre la boca, volvió a la habitación junto a Molinero.
Miguel Frigenti, Adara Molinero, Cristina Porta y Luca Onestini, en 'Secret Story: La casa de los secretos'
El italiano calificó a la madrileña de "ridícula" y le sugirió que acudiese a un psicólogo. Este comentario provocó la intervención de su amigo Miguel Frigenti: "No eres nadie para mandar a alguien al psicólogo", alzaba el tono de voz en forma de reproche. El colaborador les recriminó también por montar ese "escándalo" y, esta vez, es él el quien recibió consejos de Onestini, no sin antes recomendarle irónicamente que se tomase una tila.
Frigenti, entonces, explotó al considerar que Luca les estaba hablando en ese tono para dejarles de "desquiciados", a lo que el hermano de Gianmarco respondió sin titubear: "Es que estás desquiciado". El repescado estalló de nuevo, todavía más si cabía, y tachó de "retorcido" al que fue su amigo hasta algunas semanas antes y le pidió que no le volviera a dirigir la palabra. Cristina Porta asistió a la discusión entre sus compañeros sin mencionar ni una palabra, eso sí, en un primer momento.
Adara Molinero cumplió su palabra: llegó la venganza
Apenas diez minutos más tarde, la madrileña comenzó a gritar en la estancia mencionada y Onestini se limitó a darles las buenas noches irónicamente. Frigenti intentó, sin éxito, que su amiga detuviese su plan. "Vete tú a dormir si quieres", le dijo. Pero el colaborador no dudó ni por un segundo: "No te voy a dejar sola" , sentenció, con sus palabras inundadas de contundencia.
El repescado se desahogó en la habitación y afirmó estar "hasta las narices de desprecios". En ese momento, Daniel Oviedo le aconsejó que no se metiera en guerras de otros, lo que provocó el enfado de Frigenti, que le reprochó tener una "doble vara de medir". El tertuliano salió del cuarto y, al pasar junto al dormitorio de la parej, comenzó a chillar. Parece que las provocaciones mutuas tienen resultados.