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'Friends' cuenta con tantos fans alrededor del mundo que cuesta escuchar declaraciones negativas sobre la serie, sobre todo si vienen por parte de alguien del equipo. Pues bien, una de las guionistas ha relatado su mala experiencia escribiendo guiones para esta sitcom y así se ha desahogado en un libro que acaba de sacar al mercado.
Patty Lin llegó a 'Friends' en su séptima temporada y no guarda un gran recuerdo como ha contado en "End Credits: How I Broke Up with Hollywood (Créditos finales: cómo rompí con Hollywood)". Jornadas de trabajo que se alargaban hasta la madrugada, el sentimiento de ser una intrusa al ser un proyecto que ya llevaba muchos años, la falta de reconocimiento profesional y la (escasa) relación con el equipo le llevaron a desaparecer en la siguiente temporada. "No aprendí mucho, salvo que no quería trabajar en una comedia nunca más".Monica y Phoebe, en 'Friends'
Después trabajó en 'Mujeres desesperadas' y 'Breaking Bad', pero fue en 'Friends' donde empezó a comprobar que no le gustaba esta industria. No había feeling con los creadores, pues considera que David Crane era "un adicto al trabajo imposible de complacer, que siempre quería un chiste mejor", mientras que Marta Kauffman "evitaba estar a solas con ella y tener que hablar".
Cuando un chiste no les resultaba gracioso...
Esto se traspasó a los seis protagonistas, pues a Lin no le hacía ninguna gracia cómo reaccionaban "cuando un chiste que habían escrito los guionistas no les resultaba gracioso o no lo consideraban adecuado para su personaje". Esto ocurría en las lecturas de guion antes de grabar, cuando "los actores parecían descontentos por estar encadenados a una serie veterana, y sentí que se preguntaban constantemente cómo cada guion les podría servir de forma específica", narra la que fue guionista.
Expresaban sus opiniones a gritos
"Todos sabían cómo hacer reír, pero si no les gustaba un chiste parecían sabotearlo, sabiendo que lo reescribiríamos. Se descartaron docenas de buenos chistes solo porque uno de ellos hubiera murmurado la frase con la boca llena de bacon". El equipo se sentaba en el apartamento de Monica y Chandler y hablaban del guion, siendo esta "la primera oportunidad que los actores tenían para expresar sus opiniones y lo hacían a gritos", lamenta Lin, quien se asombraba de que esto ocurriera.
También le entristece recordar que "rara vez tenían algo positivo que decir y, cuando planteaban problemas, no sugerían soluciones". Al verse a sí mismos como guardianes de sus personajes, a menudo argumentaban que nunca harían ni dirían tal o cual cosa. Eso fue útil en ocasiones, pero en general estas sesiones eran agresivas y carecían de toda la ligereza que esperarías de la realización de una comedia de situación".