Correr hacia el sofá mientras suena el inconfundible "Te Deum" de Marc-Antoine Charpentier y toda la familia se reúne en torno al televisor para ver el Festival de Eurovisión es uno de los recuerdos imborrables de la memoria de prácticamente cualquier espectador. Para muchos, de hecho, sigue siendo el momento más esperado del año, y permanece ligado a una imagen: la del logotipo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) animado al son de la mencionada pieza clásica.
Los logotipos de la UER a lo largo de su historia
Si se pregunta a muchos de esos espectadores, todavía identificarán como la imagen de la UER los tres ángulos en azul unidos por un anillo dorado. Fue el segundo logotipo de la institución y se utilizó entre los años 1994 y 2012. No obstante, permanece en nuestra retina en detrimento del frío e impersonal grafismo actual, que básicamente consiste en la palabra "Eurovision" y ofrece escasas posibilidades a la hora de dotarlo de movimiento. De hecho, por encima de este impera en nuestro recuerdo el distintivo original, utilizado desde 1957.
UER y Eurovisión, dos logotipos distintos que en ocasiones ha sido el mismo
No nos referimos, en este caso, al logotipo del Festival de Eurovisión, sino al de la UER, aunque en ocasiones se han utilizado indistintamente. A lo largo de su historia, algunas televisiones anfitrionas han optado por adoptar el logotipo de la unión como insignia de ese año, introduciendo ligeras variaciones. Uno de estos casos, de hecho, fue el único organizado en España en el año 1969, aunque se compensó por otra parte con un cartel original diseñado por Salvador Dalí. También había ocurrido en Nápoles 1965 y en Londres 1968, en las que curiosamente, además, se utilizó el logotipo como decoración del escenario.
El logotipo original de la UER fue adoptado en varias ocasiones por el Festival de Eurovisión e incluso inspiró el escenario
La historia se repitió con la nueva imagen de la UER implantada en 1994. También sirvió de inspiración para algunos de los logotipos posteriores en Eurovisión, como Birmingham 1998 y Jerusalén 1999, que aprovechó para transformar los tres ángulos en la famosa estrella de David que vuelve a estar presente en Tel Aviv 2019. Con la introducción del actual logotipo del corazón en 2004 se marcó más el límite entre la UER y Eurovisión. Para conservar la identidad particular de cada sede se sigue presentando una marca visual diferente todos los años junto a un lema, cuya presentación al público es, de hecho, uno de los eventos eurovisivos más esperados de la temporada.
Eurovisión y la Unión Europea, tan cerca y tan lejos
El logotipo original de la UER, EBU en sus siglas en inglés, pertenece a otra época en la que la recién nacida televisión se hacía de otra forma y aprendiendo sobre la marcha. Quienes agudizaron el ingenio más rápido dieron con la clave para ponerse a la vanguardia audiovisual. Mantenerse a la última en innovaciones tecnológicas de retransmisión fue desde sus inicios un objetivo de la unión, y ese espíritu se refleja en aquel primer logotipo.
El primer logotipo de UER, personalizado por RTF en Francia (1959)
Diseñado por Timothy O'Brien y utilizado por primera vez en la segunda edición de Eurovisión, en 1957, el logotipo constaba de doce estrellas organizadas en círculo con el nombre del festival intercalado entre ellas. Eran doce estrellas como las doce estrellas de la bandera de Europa, aprobada oficialmente a finales de 1955, si bien ambas instituciones nunca fueron de la mano. Como ocurre ahora, por entonces tampoco era obligatorio pertenecer al Consejo de Europa, germen de la actual Unión Europea, para formar parte de la UER y de Eurovisión. Por poner un ejemplo, diez países fundaron el Consejo en 1949 y hasta 23 fundaron la UER, pero solo siete participaron en el primer festival.
Cuando los logotipos eran objetos físicos
Lo curioso es que, en un tiempo en el que no existían grafismos elaborados ni generadores de animaciones, los logotipos eran a menudo objetos físicos que se grababan con una cámara para elaborar la cartela de presentación de los programas. Y, aunque todos requerían de un trabajo minucioso, en el caso de Eurovisión el listón exigido se situó en lo más alto (como continúa siendo habitual en la producción del festival). Las finas líneas que se cruzan para formar las doce estrellas de la UER no eran un dibujo sobre plano, sino una especie de túnel de cuerdas entrelazadas.
En el centro, las televisiones organizadoras colocaban su propio logotipo para personalizar la tarjeta de presentación de cada año. Cuando en 1957 el himno de Eurovisión sonó al inicio del festival, lo que vieron los (pocos) espectadores en sus televisores fue una imagen fija de esa telaraña física situada en algún lugar de la ciudad alemana de Fráncfort de Meno, sede de aquella edición que ganó Corry Brokken por Países Bajos con apenas 31 puntos.
La maraña de cuerdas que formaba el primer logotipo de la UER
Hasta finales de los años 80, muchas cadenas y productoras televisivas y cinematográficas tenían logotipos físicos como el de la UER. Algunos ejemplos son el globo terráqueo de la británica BBC, la espectacular carta de presentación de la ciudad de HBO, la mujer con la antorcha de Columbia Pictures o el inconfundible león rugiendo que se convirtió en sinónimo de Metro Goldwyn Mayer para siempre.
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En el caso de la UER, el logotipo de cuerdas pasó rápidamente a ser una imagen plana y aquel prototipo quedó más como una anécdota que como una práctica que viajase por Europa. En el momento en que Eurovisión se celebró en Madrid ya era una cartela digital, aunque mantuvo el diseño original hasta el cambio mencionado en los años 90. A día de hoy, es solo uno más de los experimentos audiovisuales que a lo largo de su historia ha llevado a cabo el festival y que, tras más de 60 años, siguen definiéndolo como uno de los acontecimientos más avanzados a nivel tecnológico.