Y llegó el final. Parecía que 'How to Get Away With Murder' nunca iba a poder encontrar un desenlace, pues las tramas no hacían más que enreversarse una y otra vez, así durante seis temporadas. Sin embargo, la ficción de ABC ha llegado a su punto y final y lo cierto es que ha sido con un final más que digno, aunque también le ha proporcionado alguna que otra jugarreta al espectador.
Viola Davis como Annalise Keating en el final de 'How to Get Away with Murder'
El caso de Annalise Keating estaba en su momento más álgido después de que Laurel confesara la verdad pese al acuerdo que había firmado con el FBI. Por ello mismo, Oliver traiciona a Connor, pactando con los federales para que su marido también tuviera la libertad condicional, al igual que Michaela. Sin embargo, Connor descubre lo ocurrido y se niega a firmar el nuevo acuerdo, lo que desemboca en pedirle el divorcio a Oliver para que él pueda ser feliz durante los años que pasará en prisión una vez que acabe el juicio.
Por otro lado, Frank trata de hacer frente al mayor descubrimiento de su vida: es fruto del incesto entre Sam y Hannah Keating. Esto atormenta al ayudante de A.K., especialmente sabiendo que él fue el culpable de matar a su hermano, es decir, el hijo que esperaban Annalise y Sam. Frank logra el audio de una llamada telefónica que asegura la relación entre la gobernadora Birkhead, Hannah y Xavier Castillo y, por tanto, culpa a la política de haber dado la orden de que asesinaran al padre de Nate.
Justo este último entra en juego una vez que el fiscal y el FBI tratan de comprar su silencio por 20 millones de dólares. Sin embargo, el deseo por ver en la cárcel a los culpables del asesinato de su padre se pone por delante y no solo le da a Annalise la confesión de Wes para que esta la destruya, sino que confiesa en el estrado que el FBI ha tratado de comprarlo para que mienta y que una de sus agentes trabajaba para los Castillo y fue la asesina de Asher.
Un frenético desenlace
Concluido el juicio, Annalise se enfrenta por última vez al jurado, pero esta vez abierta en canal, sin máscaras como ella dice, para asegurarles que ha realizado muchos actos fuera de la ley, pero que nunca ha asesinado a nadie. La abogada saca a relucir su verdadero yo, sus miedos, sus preocupaciones, todo aquello que la ha atormentado a lo largo de su vida y que la han convertido en lo que es. Todo aquello de lo que se quiere desprender de una vez.
Connor y Michaela en el final de 'How to Get Away with Murder'
Annalise gana el juicio y se libra de todos los cargos de los que se le acusaban, pero el capítulo no ha terminado; ni mucho menos. El frenético desenlace está por llegar. Mientras comparece ante la prensa, Frank aparece entre la multitud. Pudiera parecer que iba a asesinar a Annalise, pues desde el primer episodio de esta sexta y última temporada se nos había mostrado el funeral de la protagonista. Sin embargo, su objetivo es Birkhead. Bonnie trata de impedirlo, pero no logra llegar a tiempo y en sus manos se muere Frank. Pero el daño no queda aquí. Annalise corre a por Bonnie, dándose cuenta de que esta también ha sido disparada y, por tanto, también fallece.
Laurel, al ver esta escena, sale despavorida en un taxi con Christopher para que el FBI no la detenga. No corre tanta suerte Connor, a quien le toca enfrentarse a la cárcel. Le devuelve su anillo a Oliver, asegurándole que gracias a él ya sabe lo que es amar. Michaela intenta consolarlo, pero Oliver le pide que lo deje en paz. La ambiciosa abogada se encuentra sola: Asher ha muerto, Connor está en la cárcel, Laurel no contesta a sus llamadas y Oliver la repudia. Y también se desvela el destino de Jorge Castillo, quien es apuñalado en la cárcel.
Un salto en el tiempo
¿Pero y dónde está Wes? ¿Y el funeral de Annalise? Resulta que ese flashforward que habíamos presenciado en algunas ocasiones, pero del que nunca habíamos visto cuándo se produciría como sí había pasado en otros a lo largo de la serie, ocurre muchos años después. Alfred Enoch regresa a la serie, pero no Wes. El actor vuelve para dar vida a un Christopher adulto el día en el que entierran a Annalise.
Annalise y Tegan en el final de 'How to Get Away with Murder'
En ese funeral, vemos a unos envejecidos Laurel, Connor y Oliver. Estos dos últimos se reconciliaron y volvieron a estar juntos, pero parece que no guardaron mucha relación con la que había sido su amiga. Tampoco está Michaela, quien ha conseguido un puesto de poder en el Gobierno como siempre había soñado. Eve es la persona que pronuncia un discurso frente a la tumba de la que fue el primer amor de su vida y Christopher resulta ser el sucesor de Annalise al frente de las clases de Derecho. Además, podemos ver que, pese a todo lo que vivió anteriormente, la controvertida abogada ha gozado de unos últimos años felices y que hasta se encontró acompañada por Tegan, quien llegó a confesarle su amor.
Un final a la altura de la serie
'How to Get Away with Murder' ha tenido una trayectoria bastante desigual a lo largo de su existencia. Sus primeras temporadas fueron impecables; sin embargo, según avanzaba la trama y esta se enrevesaba, estas dejaban bastante que desear. No obstante, siempre ha sorprendido con giros que han dejado boquiabiertos a los espectadores y una inagotable capacidad para generar y potenciar las relaciones entre los personajes, pero, sobre todo, para resultar tremendamente adictiva.
El desenlace está a la altura, pues también está repleto de guiños, de traiciones y de mucha verdad. Annalise termina de la mejor forma que podía hacerlo: siendo ella la que confesara todos sus pecados, pero haciendo prevalecer la justicia, esa misma de la que carecía un sistema que iba a llevar a una mujer negra y poderosa al corredor de la muerte solo por eso mismo, por ser negra y poderosa. Viola Davis deleita a la audiencia con un discurso que se merece el Emmy en la próxima edición de los grandes premios televisivos. Magníficamente escrito, Annalise por fin consigue evolucionar y mandar a paseo todos los demonios que llevan torturándola desde que era tan solo una niña.
En cuanto a los que han sido sus pupilos, el final es también el ideal para cada uno de ellos. Laurel se marcha con su hijo, lo que más ha querido toda su vida; Michaela acaba en el poder, pero sola, lo que por sus diferentes actitudes y comportamientos venía a prever su destino y Connor en la cárcel, cumpliendo por sus delitos y consiguiendo por fin librarse, al igual que le ocurre a Annalise, de todo ese oscuro pasado que le ha atormentado desde que pusiera un pie en la universidad. Lo más llamativo es que el grupo se rompe por completo, pero así es como debía ser. Sin el nexo de Annalise y, especialmente, sin la unión de todas esas muertes que cargaban a sus espaldas, la relación se rompe. Estaban unidos porque no les quedaba otra, pero ya durante esta temporada se ha visto que la amistad era muy frágil: Laurel desaparecida, Asher siendo el topo y Michaela sin contarle a Connor que ella había conseguido un mejor acuerdo por sí misma. Es más, la única persona que ha tenido relación con Annalise hasta su muerte es Laurel, al menos por lo que vemos por su hijo, justo la única persona que apuesta por decir la verdad en la corte.
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El epílogo que muestra cómo ha sido la vida de los personajes varios años después es un recurso muy manido y el problema en esta ocasión viene por dos partes. La primera, un cierto aire cutre en las transformaciones de los personajes en su avanzada edad que llega a provocar cierto repelús. La segunda, el haber jugado con los espectadores prometiendo la vuelta de Wes, cuando este no era otro que Christopher, aunque es cierto que en ningún momento se concretó cuándo ocurría el flashforward y que no se avanzaba en este como sí se había hecho en las otras cinco temporadas. Podríamos decir que hemos sufrido en nuestras carnes los mismos engaños que los personajes en la trayectoria de la ficción y que la última baza de A.K. se jugó con nosotros. Pese a este cierre que rompe con el clímax del capítulo, 'How to Get Away with Murder' se ha ido por la puerta grande, como una serie con idas y venidas, con altos y bajos, pero como una auténtica ficción clave en su género. Hasta siempre, Anna Mae.