Iker Jiménez pensó estar a punto de morir tras un aterrador suceso en un paraje oscuro: "Eran mis verdugos"

Las historias paranormales suelen atraer a lo espectadores por ese halo de incógnitas que envuelven al asunto. Precisamente, 'Cuarto milenio' se encarga de recoger diferentes relatos incapaces de pasar de inadvertidos, aunque rara vez con Iker Jiménez como protagonista. Sin embargo, el presentador narró en sus carnes un aterrador suceso donde llegó a pensar que estaba a punto de morir.

Durante la noche del 22 de mayo, el investigador se puso frente a cámara para exponer acontecimientos relacionados con las carreteras secundarias. Entonces, Jiménez se retrotrajo veinticinco años atrás para ubicarnos en la Sierra del Retín (Barbate) cuando la noche se echó encima y necesitaba un alojamiento. En un lugar "recóndito", Iker encontró un lugar en el que dormir.

"Tengo aquí el sonido de la cortina de macarrones detrás de mí", aseguró, mientras la música de tensión inundaba el plató. En ese momento, prosiguió contando que una sensación se apoderó de él, teniendo claro que "algo malo" le podría ocurrir si permanecía en el lugar. Sin embargo, el "rubor" y la "vergüenza" fueron motivo suficiente como para continuar conversando.

Pese a describirles como personas "malencaradas" a las que, según su opinión, no les hizo gracia que apareciese un forastero para interrumpir su conversación, Jiménez les hizo caso cuando le pidieron que "les siguiera". Con un nudo en la garganta, expuso lo ocurrido después: dos hombres se subieron en un coche y él decidió emprender el camino tras ellos para llegar a ese alojamiento.

"Veo a alguien agazapado como esperando"

"La carretera cada vez era más estrecha, [...] casi parecía de arena", continuaba contando. Mientras el entorno era cada vez más hostil, la preocupación y el miedo se abrían camino: "Empecé a pensar que eso iba a acabar mal, que me llevaban a un sitio, evidentemente, para desvalijarme y vaya usted a saber qué". Tiempo después, llegaron al lugar en cuestión: un lugar solitario, abandonado y con puertas sin cerraduras.

El pensamiento que se repetía era el siguiente: "¿Qué tipo de alimañas de toda índole podría haber allí?". Tras quedarse solo, la imaginación o histeria provocó que Iker viera una "figura en el baño": "La mente ya no conecta con nada racional". "En un momento dado, escucho unas voces. [...] Me asomo y les juro, les prometo, veo a alguien agazapado como esperando", sentenció con sus ojos vidriosos desde el formato de Alma Producciones.

Como era de esperar, el conductor de 'Cuarto milenio' reaccionó como pudo: "Pongo algo en la puerta y me vuelvo a quedar con el camastro". No obstante, espero a que se hiciese de día para poder salir del lugar con el primer rayo de la mañana: "No me ocurrió nada", reiteró. Asimismo, no dudó en dejar caer que, muchas veces, la mente es uno de nuestros peores enemigos.