REPORTAJE

'Ilustres ignorantes' celebra sus 300 programas con la revolucionaria visita de 'La vida moderna'

Dos décadas después de su primera emisión, el programa encabezado por Javier Coronas, Javier Cansado y Pepe Colubi supera una barrera que parecía impensable en sus comienzos.

Por Alejandro Rodera El 12 de Noviembre 2019 | 10:14

'Ilustres ignorantes' lleva trece temporadas siendo la vanguardia del humor televisivo. Y como todo formato de éxito, lo mejor que ha hecho para evolucionar ha sido aparentar que no cambiaba nada. "Cuando algo funciona mejor no tocarlo," subraya Pepe Colubi que, acompañado por sus compañeros Javier Coronas y Javier Cansado, recibe a la prensa en el teatro Nuevo Apolo justo antes de la grabación de un programa 300 que rompe de lleno con esa declaración de inmutabilidad.

Pepe Colubi, Javier Cansado y Javier Coronas durante la grabación de 'Ilustres ignorantes'

Esta emisión especial, que llega a #0 el 12 de noviembre, duplica su duración a 50 minutos, prescindiendo del habitual tema que vertebra al programa y reubicando a los miembros de su ilustre mesa. ¿A qué se debe tanto cambio? A la llegada de un huracán llamado 'La vida moderna', que se salda con una suerte de enfrentamiento cómico entre Coronas, Cansado y Colubi y los invitados de excepción, David Broncano, Quequé e Ignatius Farray. Desde la prueba de sonido, en la que Quequé trata de engañar al abstinente Broncano para que pruebe el alcohol y un numeroso bloque del público corea al unísono "¡Queremos ir a misa!", queda claro que no es un programa más, sino una auténtica celebración de la trayectoria de 'Ilustres ignorantes' y su legado.

"Cuando me llamaron para hacer el programa me dijeron: no te preocupes, que lo más probable es que dure dos o tres meses," recuerda Cansado, que en todo este tiempo ha visto cómo 'Ilustres ignorantes' pasaba de una frecuencia mensual a una quincenal, hasta la semanal de la que hace gala el canal de pago a día de hoy. Y para recorrer todo este camino, el humorista de Carabanchel reconoce el papel jugado primero por Canal+ y más adelante por Movistar+: "Sería muy difícil hacer este programa en una cadena convencional, no admitirían el contenido." A lo que Coronas añade una nutrida lista de elementos que no superarían el corte de un canal generalista: "Ni las personas, ni el formato, ni nuestro peso, ni nuestra indumentaria. No admitirían nada."

De hecho, lejos de cortar las alas a este tridente del humor irreverente, sus superiores siempre les han instado a ir un paso más allá. "Nos provocan para que contemos cosas soeces y vulgares. Nosotros somos los que decimos, 'De eso nada, vamos a hablar de cosas románticas, de cosas de amor, de cosas finas, del romanticismo, de Machado, de Lorca..." bromea Coronas, que presume de la inusual confianza vertida por parte de los ejecutivos con los que han tenido que colaborar. De la misma manera, Colubi recuerda el consejo que recibieron en la primera rueda de prensa por parte de uno de los jefes: "Nos dijo que lo que teníamos que hacer era pasarlo bien y somos como talibanes con eso."

'Ilustres ignorantes' se enfrenta a 'La vida moderna' en el programa 300

El programa soñado

El reverso de esa libertad es la colisión con la corrección política, que resulta en el manido debate sobre los límites del humor, acerca del cual Cansado tiene un interesante punto de vista: "Los españoles nunca hemos tenido sentido del humor. Tenemos gracia, nos gusta acercarnos a los problemas con cachondeo, pero sentido del humor no, porque en cuanto algo te afecta, si perteneces a un colectivo, siempre saltas." Y para toda esa gente que tiene un resorte implantado para ofenderse en redes, Colubi reconoce la "labor social" que lleva a cabo el programa: "El odio está bien, o sea, esa gente que odia por YouTube no mata gente en la vida real." Mientras que Coronas, al no tener presencia digital, se decanta por las trifulcas analógicas: "Prefiero que la gente que me odia o que piense alguna cosa peyorativa del programa, cuando me encuentre por la calle me diga, "Oye, que tu programa es una mierda", para poder reventarle la cabeza directamente."

En cuanto al final deseado que contemplan para el programa, hay un invitado con el que Cansado se despediría por todo lo alto: "Yo quiero que venga Karim Benzema. El día que venga Benzema... para mí será la sublimación, no hay más." No obstante, los futbolistas se resisten a pasar por 'Ilustres ignorantes', al igual que otro gremio que no está viviendo un auge de popularidad precisamente ahora mismo: los políticos. "No es legal pegar a un político en un programa de televisión. Tendrías que pegarle sin que quedara marca..." añade Coronas, que tiene en mente al sustituto perfecto por si algún día falta alguno de sus tres pilares: "Si uno de los tres muere durante el transcurso del programa, sea quien sea, vendrá Ignatius. Es un pacto que hicimos."

David Broncano, Quequé e Ignatius visitan 'Ilustres ignorantes'

La clave del éxito

Cuando las cámaras empiezan a grabar, la energía de ambos tríos cómicos invade la platea del teatro, que ya estaba caldeada tras el preshow de Susi Caramelo. Y a pesar de la ausencia de Karim Benzema, los ilustres ignorantes demuestran su trabajada compenetración. "El 95% de las veces no nos contradecimos y eso es muy raro. Siempre hay apoyo mutuo. Es un misterio, porque no es algo que se ha buscado, surge de manera empática y feliz," asegura Cansado. La misma reflexión se puede aplicar a los responsables de 'La vida moderna', cuyo éxito bebe en buena parte del precedente sentado por 'Ilustres ignorantes'.

"Piensa en la gente que ahora mismo tiene trabajo gracias a nosotros: Broncano, un señor delgado que bebe Cola Cao; Ignatius, Quequé, que estaba a punto de morir por sobredosis y lo han recuperado... Gente muerta del humor, que han encontrado un rollo gracias a nosotros, a chuparnos la sangre," bromea una vez más Coronas, que reivindica el papel del programa como "plataforma del humor malo". Porque, en definitiva, 'Ilustres ignorantes' ha logrado sobrevivir hasta el programa 300 a base de ser fiel a su esencia, ajena a cualquier tipo de imposición o hándicap, como sentencia Cansado: "Si escuchas nuestro lenguaje o el de 'La vida moderna', se basa en hablar como piensas, sin cortarte nada. Si es políticamente incorrecto, te da igual, cuentas lo que quieres, hablas de lo que quieres... y eso es imbatible."