Dicen que del amor al odio tan solo hay un paso. Pues parece que al revés pasa lo mismo. La enemistad entre Mónica Hoyos y Miriam Saavedra parecía no tener solución alguna desde el principio y, cuando nadie lo esperaba, ambas han pasado de ser rivales a darse una oportunidad para conocerse. Pero, ¿qué ha pasado en las últimas horas que ha generado un acercamiento entre las peruanas?
Miriam Saavedra y Mónica Hoyos charlando en el jardín
Quizá haya sido la famosa "hora del té" en la que ambas debían compartir diez minutos de charla agradable para conseguir el baño y la lavadora, algo que los concursantes llevan demandando desde el primer día en la casa. O puede que haya sido la borrachera de Miriam la noche del miércoles 3 de octubre. Lo cierto es que los efectos del alcohol nos regalaron un acercamiento natural entre ellas, sin la mano de Jorge Javier Vázquez detrás para reunirlas como una prueba y conseguir algo a cambio.
Amigas de borracheras, amigas sinceras
"Mónica, te quiero", confesaba una embriagada Miriam a su compañera de concurso y, hasta hace unos días, su gran rival. "Carlos Lozano es un buen padre, pero tú eres una madre ejemplar", una afirmación que hizo a ambas chocar los puños, lo que pudo ser en toda regla la firma de la paz entre ellas. La sinceridad de la más joven por los efectos de la bebida sorprendió a todos sus compañeros en una larga noche que terminó con Miriam pidiéndole a Mónica dormir juntas.
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Puede que ambas situaciones hayan propiciado lo que en la Gala 4 del programa tanto sorprendió a la audiencia. "No la voy a nominar, quiero conocerla mejor", afirmaba Miriam en sus nominaciones haciendo referencia a Mónica. Esta, por su parte, tan solo le dio un punto a la primera con la única razón de que tiene más afinidad con otros compañeros dentro de la casa. Nada de malas palabras, nada de conflictos. Las tensiones entre ellas parecen haberse disipado y comienza a vislumbrarse una relación cercana a lo cordial. Para que luego digan que de las borracheras no salen las mejores amistades.