El inicio del distanciamiento de Rocío Carrasco con sus hijos: "Han crecido con lo mismo que el mundo entero"

El miércoles 7 de abril, Telecinco emitió una nueva entrega de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', en la que Rocío Carrasco comenzó a exponer los primeros indicios que le hicieron reparar en la supuesta manipulación a la que, poco a poco, Antonio David Flores habría sometido a sus dos hijos desde edad muy temprana. Una estrategia que, según la madrileña, se habría dado con el único fin de separarla de los dos pequeños, algo que habría acabado consiguiendo con el paso del tiempo y que se mantiene a día de hoy.

Durante su testimonio, Carrasco tuvo la oportunidad de replicar a las alegaciones que Antonio David había presentado para demandar la custodia de sus hijos, como el hecho de que "la madre no atiende lo necesario a los niños (...) los hábitos y rutina de la madre en su ambiente no se parecen a los defendidos por él". "En eso es en lo que ha criado a esos dos niños, pese a que ellos han tenido la vivencia de todo lo contrario", afirmó la madrileña. "Si creces con una versión de los hechos y si a ti, la persona que es tu padre, que se supone que es lo más grande que puede haber, te va inculcando eso desde que eres muy pequeño, al final, aunque hayas vivido una situación diferente, terminas creyéndotelo", añadió Rocío, quien también declaró que Antonio David "siempre ha querido pedirlos, siempre ha querido ir de padre doliente, de que no se le daban los niños y de que no se le dejaba verlos, cosa que es incierta" e incluso que no habría pasado la pensión, más allá de unos cuantos meses.

"Se agarró a que no iba a pasar una pensión a una cuenta donde estaba el novio de su madre", explicó Carrasco, tras lo cual manifestó que "volvió a utilizar el escándalo mediático para esconder por qué no pasaba la pensión". La madrileña expuso el informe psicológico de su hija, Rocío Flores, con cinco años de edad, en el que se recogía que "Rocío es una menor que dispone de un buen potencial intelectual(...) en sus realizaciones, irregularidad en su rendimiento, detectándose signos de ansiedad e impulsividad que pueden incidir en su rendimiento global". "Ya estaba empezando la semilla del mal. Ya estaba haciéndole daño a su hija", declaró entonces Rocío, para poco después manifestar que "lo fuerte es que mis hijos han crecido con lo mismo que ha crecido el mundo entero, con esa versión" creada supuestamente por su padre. Unas palabras tras las cuales Carrasco recordó el episodio en el que comenzó a darse cuenta de la supuesta manipulación de Flores sobre la pequeña.

"Empiezo a notar que todo está cambiando"

"Yo con Rocío hablaba como si fuese una persona adulta. Desde muy pequeños dormían cada uno en su habitación, con la luz apagada y con la puerta cerrada. Porque conmigo, en mi casa, no había motivos para tener terrores nocturnos", explicó Carrasco, quien tuvo que presenciar cómo una noche, Flores le pidió que mantuviera la luz encendida y la puerta abierta, muy asustada, después de vivir varias noches en las que se despertaba llamando a su madre, por lo que optó por pedirle explicaciones a la niña. "Se quedó mirándome y me dijo que 'papá me ha dicho que, cuando tú nos acuestas, Fidel y tú os vais de casa y nos dejáis solos'", rememoró Rocío quien, "cuando salí de esa habitación, me di el lote de llorar más grande que se da una persona, porque me parecía una crueldad jugar con una niña, decirle eso cuando los niños es lo que más temen, la noche". "Ahí es cuando empiezo a notar que todo está cambiando", declaró Carrasco. La entrevistadora planteó entonces "por qué no coges el teléfono y se lo dices a su padre", ante lo que la protagonista aseguró que "tenía pánico", dado que en los encuentros para recoger a los niños, "él me increpaba y me insultaba".

"No podía tener ningún contacto con esa persona. Todo lo que fuera a tener, iba en mi contra. Se podía salir inventando cualquier historia del mínimo contacto", afirmó Rocío, quien confesó que "él conoció a la Rocío que decía 'yo puedo con todo'. Pero ahí esa Rocío empezaba a no poder, porque ya estaban mis hijos en medio". "Por eso no puedo seguir con ese modelo de separación que yo quería. Por eso todo lo tengo que hacer a través de un abogado, porque todo lo que haga tiene que quedar constancia", añadió Carrasco, quien recordó entonces cómo, un fin de semana, Antonio David le habría entregado a los niños mucho más tarde de lo acordado y descubría que el pequeño tenía el brazo roto. "No me cabía en la cabeza que un bebé pudiera estar así desde un viernes o un sábado", señaló la madrileña, quien llevó al niño al hospital y "me fui al juzgado de guardia a poner una denuncia por negligencia en los deberes de custodia", algo que "retiré posteriormente, porque no quería hacer nada en contra del padre de los niños". "Cada vez que yo he dicho a mis hijos que respetasen a su padre, ha socavado un poco más mi integridad como madre y como mujer", concluyó Rocío.