'Miércoles', la adaptación de Netflix de las famosas caricaturas de "La familia Addams', se convirtió en un auténtico fenómeno. Es la tercera serie más vista de la historia de la plataforma, la segunda de habla inglesa, durante sus 28 primeros días y, sin lugar a dudas, disparó la fama de su protagonista, Jenna Ortega, que interpreta a la propia Miércoles Addams. Previamente, se dio a conocer con sus apariciones en 'Jane the Virgin' o 'You', pero este rol ha sido el que ha marcado la diferencia. No obstante, la actriz ha confesado en una entrevista al Times, que recoge Decider, que rechazó el papel en varias ocasiones.
"Recibí el email y lo ignoré. Había hecho mucha televisión en mi vida. Todo lo que he querido hacer siempre es cine", ha confesado la actriz, que también ha protagonizado la serie de Disney Channel 'Entre hermanos'. "Tenía miedo de que firmar otro proyecto en televisión me impidiera hacer otros trabajos que realmente quería y me importaban", ha revelado.
Jenna Ortega en 'Miércoles'
De hecho, la actriz ha confesado que solo aceptó participar en la serie cuando supo que Tim Burton iba a dirigir el proyecto, aunque no fue algo inmediato. "Tim es una leyenda y enseguida nos llevamos muy bien", ha explicado. No obstante, aun sabiendo quien iba a estar a cargo de 'Miércoles', Ortega tardó en comprometerse con la idea. "Dije: 'Ah, no, creo que estoy bien' un par de veces más", ha señalado.
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"Me volví poco profesional"
El proyecto no convencía a la actriz ni siquiera durante el rodaje, según informa Variety a partir de una entrevista que Jenna concedió al podcast "Armchair Expert". La actriz aseguró que pensaba que el guion de la serie iba a ser menos infantil, mucho más "oscuro", y por ello tuvo que volverse "muy protectora" con el personaje y tomar distintas decisiones creativas en cuanto al guion. "No creo que haya tenido que imponerme más en un set como en este. Todo lo que Miércoles hacía, todo lo que tenía que representar no tenía sentido para el personaje. ¿Ella en un triángulo amoroso?", protestó. "Me volví casi antiprofesional porque empecé a cambiar los diálogos (...) Tenía que explicarle a los escritores por qué no podía hacer ciertas cosas", relató.