Jesús Gabriel es el ganador de la segunda edición de 'Prodigios', cuya gala final se emitió en La 1 el pasado sábado 14 de marzo. El público del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, mediante voto electrónico, prefirió al joven lírico frente a la violinista Ana Molina, en la categoría de instrumental, y la bailarina Adriana Puértolas, en la modalidad de danza, otorgándole el premio de 20.000 euros. Con tan solo 11 años, ha demostrado tener un carisma especial y una magnífica voz que le augura una gran carrera musical.
De apodo "Luciano Pavarotti caribeño", dada su procedencia venezolana, ha ido convenciendo al jurado gala tras gala, aplicando sus consejos, mejorando actuación tras actuación y emocionando a los asistentes con temas tan relevantes como "Una furtiva lacrima" u "O sole mio". Ainhoa Arteta, la soprano y miembro del jurado del talent show en la categoría de canto, se decantó por Jesús Gabriel por su "voz innata, su sabiduría y su respeto a la vida". Hablamos con la joven promesa de la música para que nos cuente cómo se siente tras haberse convertido en "Prodigio del Año", cómo ha sido su experiencia en el programa producido por Shine Iberia y qué nuevos proyectos le deparan.
Jesús Gabriel gana la segunda edición de 'Prodigios'
En primer lugar, ¿cómo te sientes tras haber ganado la segunda edición de 'Prodigios' con el gran nivel que había?
La verdad es que no me lo esperaba. Porque todos mis compañeros eran unos maestros, unos grandes músicos. Muy buenos cantantes y qué decir de los bailarines. Cuando daban las piruetas y los saltos, me sentía como en otro mundo. Cuando dijeron que yo era el ganador, me puse súper feliz. Fueron muchas emociones al mismo tiempo y por eso me empecé a llorar. Le di las gracias a mi madre porque ella siempre me dio consejos durante el programa. Me decía que no me olvidara de la respiración, que el vibrato lo hiciera natural... Como la buena maestra que es. Si no fuese por ella, yo no habría llegado hasta aquí.
¿A quién de tus compañeros veías ganador si no eras tú?
La verdad es que veía a todos como ganadores. Porque, por el simple hecho de haber llegado al escenario, deberíamos haber ganado todos. El día de la final yo estaba bastante nervioso porque se iba a decidir quién era el "Prodigio del Año". Pero en el fondo sabía que, fuera quien fuera, todos nos lo merecíamos, porque somos unas verdaderas máquinas.
El programa de 'Prodigios' ya estaba completamente grabado cuando comenzó a emitirse. ¿Cómo ha sido tener que guardar el secreto de que tú eras el ganador?
La verdad es que al principio me costó un poco tener que guardar el secreto. Mis compañeros de clase me preguntaban todo el rato que quién era el ganador y yo me quedaba duro como una piedra. Nunca lo dije. Y cuando por fin se supo que yo era el "Prodigio del Año", dejé de sentir esa presión. Pero en ningún momento se me escapó.
Jesús Gabriel junto al resto de finalistas de 'Prodigios'
¿Cómo te ha cambiado la vida ser alguien conocido? ¿Qué te dicen en el colegio y en la calle?
Bueno, esta semana no he podido salir por el coronavirus. Pero antes de que se supiera que yo era el ganador, tras la primera gala, todo el mundo sabía que yo había salido en la tele. Eso, la verdad, fue bastante bonito. Todos mis compañeros y mis profesores estaban contentos porque yo aparecía en televisión. A veces iba por la calle y me paraban para preguntarme si yo era el niño que había cantado en La 1. Yo les respondía que sí y se ponían muy contentos.
En la final escogiste "Torna a Surriento" para la primera actuación y "O sole mio" para la segunda. ¿De dónde viene esta tendencia hacia los temas napolitanos?
¿Cuál es el artista al que más te gustaría parecerte, al que más admiras?
Mi referente es Luciano Pavarotti, porque él tiene el carisma y la humildad que cualquier artista debería tener. Y, obviamente, porque tiene una magnífica voz y canta como los ángeles. Seguramente los ángeles están felices cuando él se encuentra junto a ellos. Y en 'Prodigios' también me hizo mucha ilusión conocer a Miguel Poveda porque a mí me gusta mucho el flamenco y podría tratarse también de otro de mis referentes.
Siempre nos estábamos riendo detrás de las cámaras porque yo soltaba bastantes bromas. Contaba chistes para romper el hielo. Cuando hacíamos los ensayos todos, nos felicitábamos. La producción era muy maja con nosotros. Todos los compañeros del programa hemos hecho un grupo y por ahí seguimos hablando. Hemos creado entre todos una familia y unas amistades que nunca se van a romper.
Jesús Gabriel actúa en la final de 'Prodigios'
En total había unas cuatro o cinco horillas de ensayo y de vestuario antes de las actuaciones. Yo antes de actuar practico muchas veces la letra y ensayo la melodía. Y luego empiezo a detenerme en el sonido de cada una de las notas. Después me concentro sobre todo en la interpretación, en saber de qué va la canción y el tema en general. Y, por último, me subo al escenario y empiezo a cantar.
¿Cómo te ha ayudado Ainhoa Arteta, jurado de la modalidad de canto? ¿Qué has aprendido de ella?
Me ha dado consejos que nunca voy a poder olvidar. El primero de ellos es que no me vibre cuerpo. Y el segundo que respete cada una de las notas. Esas dos cosas que me dijo las tendré en cuenta durante toda mi carrera. He aplicado también todos los consejos del jurado y desde que acabó 'Prodigios' también he practicado bastante con el piano de mi casa y he cantado mucho junto a mi madre, que es mi maestra.
Les diría sobre todo que sigan sus sueños. Yo siempre digo que un niño materialmente pobre se convierte en un niño intelectualmente rico a través de la música y de cualquier arte. Por ejemplo, si les gusta tocar el violín o la guitarra, que se lancen a ello y demuestren su talento. Que no se corten. Les diría que no dudasen en apuntarse al casting de 'Prodigios'.
¿Y cuál es tu sueño?
¿Te animarías a participar en 'Idol Kids' o 'La Voz Kids' tras haber ganado 'Prodigios'?
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Esos programas tienen otro tipo de enfoque. Están más enfocados en la música actual, como el reggaetón, por ejemplo. Y a mí me gusta más la música clásica, como la ópera. Así que en un principio no me animaría a participar, pero tendría que pensármelo.