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Durante el segundo episodio de la octava temporada de 'Juego de Tronos' vivimos uno de sus ocasionales momentos musicales, que siempre aportan una emotividad especial a la serie. En este caso, Podrick Payne es el que entona una melancólica melodía en torno al fuego, reforzando con la desesperada letra de su canción la lúgubre espera por la llegada de los Caminantes Blancos. Sin embargo, esta canción podría ser determinante no solo para ubicar los ánimos del momento, sino por dar pistas de la trama de toda la temporada.
Daniel Portman como Podrick Payne en la escena de su canción en 'Juego de Tronos'
Una canción con historia
La letra completa que se revela en la serie abunda en la triste historia de Jenny, que baila una siniestra danza con los muertos pero no los quiere abandonar. Como revela el propio nombre de la canción en los libros (acreditada con el mismo nombre en la serie), la Jenny de la canción es Jenny de Piedrasviejas, que fue amante de Duncan Targaryen. Por el amor de Jenny, Duncan renuncia a casarse con la hija de Lyonel Baratheon y, con ello, a sus aspiraciones al Trono de Hierro, que al final ocupa su hermano Jaehaerys.
La letra de la canción se refiere al triste destino final de Jenny, que muere en el Desastre de Refugio Estival, una explosión que tuvo lugar a causa de los experimentos del rey Aegon en su intento de volver a traer la magia y los dragones a Poniente. Los salones en los que Jenny danza con los fantasmas en la composición serían, por lo tanto, los del desaparecido castillo, en un eterno recordatorio de cómo acabó su historia de amor.
El origen de la profecía
La referencia podría complicarse si incluimos en ella al Fantasma de Alto Corazón, un personaje que aparece en "Tormentas de espadas", tercer libro de la saga, y que podría ser la única superviviente del Desastre de Refugio Estival. Aunque no está confirmado que sea la misma persona, es posible que esta anciana de los bosques sea una asistente y amiga de Jenny de Piedrasviejas. Desde luego, la mujer tiene alguna relación con la canción, ya que siempre quiere escucharla a pesar de que nunca puede evitar llorar al hacerlo.
En el material literario se sugiere que el Fantasma de Alto Corazón tiene ciertos poderes de bruja y que es la autora de la profecía de El Príncipe Que Fue Prometido. Según ella, ese gobernante unificador de los Siete Reinos que reúne el fuego y el hielo debe venir de la sangre de Aerys y Rhaella, hijos de Jaehaerys II. Por supuesto, su padre, al conocer esta profecía, decidió casarlos entre sí y, de paso, continuar la tradición incestuosa de la Casa Targaryen.
Un destino a cumplir... para bien o para mal
Esta sangre elegida para gobernar es la que corre por Jon y Daenerys, ya que ambos son los últimos descendientes de este linaje. Con ello, la canción simbolizaría los eventos que dan lugar al nacimiento y la legitimidad que representan Jon y Daenerys, pero también el triste final de Jenny. Es un ejemplo de cómo la locura de los Targaryen les arrastra y de una relación que fue incapaz de compatibilizar el amor con el poder y acabó en tragedia. La interpretación positiva o negativa del símbolo, por lo tanto, depende del espectador.
Emilia Clarke y Kit Harington como Jon y Daenerys en 'Juego de Tronos'
Lo que está claro es que esta confrontación entre amor y poder puede ser determinante para saber quién se sentará en el Trono de Hierro, a tenor de la tensa conversación que mantienen Jon y Daenerys justo después, en la que la Madre de Dragones al fin conoce la relación familiar que les une. Todo ello, claro, siempre que la pareja sea capaz de imponerse sobre los bandos cruzados de Poniente y arrebatar Desembarco del Rey de manos de Cersei.