Karina Kolokolchykova se lanza con su primer papel protagónico en 'Ella, maldita alma', donde compartirá espacio con Martiño Rivas y Maxi Iglesias. Junto a estos actores, Kolokolchykova forma un peculiar triángulo amoroso en la ficción de Mediaset España en colaboración con Plano a Plano. Hemos podido hablar con la actriz en Conil de la Frontera, donde se está ultimando el rodaje.
¿Cómo está yendo el rodaje de 'Ella, maldita alma'?
Nos queda ya un mes de rodaje, me lo estoy pasando increíble. La verdad es que siempre que hablo con gente de Madrid o con mis padres les digo que no me quiero ir. El ambiente es increíble, estoy aprendiendo un montón de Martiño y Maxi, están siendo muy generosos, son dos compañeros muy buenos.

Martiño Rivas y Karina Kolokolchykova, actores de 'Ella, maldita alma'
¿Quién es Ana, tu personaje?
Es una mujer ucraniana, que trabajaba allí en Ucrania como traductora de español a ucraniano y es como conoció a su marido, que tiene una empresa de exportación e importación de trigo. Comienza la guerra, tiene un niño pequeño y suceden cosas que la marcan y la rompen. Isaac en cierto modo la salva y la saca de ahí, así que viene aquí para tener una vida nueva. Cuando llega a este pueblo conoce a Fermín, el primo de su marido, y en la serie se trata su historia y su recorrido: cómo supera todo lo que ha pasado en Ucrania apoyándose en una persona nueva que también ha tenido un pasado muy difícil y cómo a través de esos traumas conectan ellos dos.
¿Cuál ha sido el mayor reto que has afrontado con este personaje?
Sobre todo el tema de Ucrania. Esos días han sido los más duros para mí, aunque tú te preparas psicológicamente y piensas que no es lo real, hay otra capa encima que es el hecho de fingirlo. Existe ese conflicto de querer contar lo que sucede y querer dar visibilidad. Tenía ese conflicto personal porque toda mi familia excepto mis padres están allí y están pasando por ello, pero yo estoy actuándolo. Había esa cosa mental de atravesarlo y en cuanto llegué y vi los efectos especiales... Los cadáveres, las bombas, los coches, todo destrozado, pintadas en ucraniano, banderas, soldados... Me impactó un montón.
¿Cómo te has sentido tratando un tema tan complicado para ti como la guerra de Ucrania?
Ya habiéndolo rodado mejor, pero los días que tocaba rodarlo... Eran pesadillas esas noches. Hay un poco de culpa de no vivirlo, sino jugarlo. Mi terapeuta me dijo que también podía servir como algo terapéutico, porque lo estuve hablando mucho con ella. Ver esos decorados con cosas de mi país creo que ha sido lo más duro del rodaje.
He podido sentirme culpable de interpretar la guerra como una performance artística
¿Has estado en Ucrania durante el conflicto?
Yo llevo aquí ya 20 años y cuando sucedió, de hecho, estaba rodando 'Servir y proteger', así que también me pasó lo de rodar y estar controlando eso mentalmente. Tienes que equilibrar lo que te sucede personalmente y el rodaje. Esa parte fue la más dura, además de otros retos interpretativos que tienen todos los actores, pero que los vas atravesando y vas aprendiendo. Yo sabía que iba a ser heavy incluso antes de rodar.

Karina Kolokolchykova en 'Servir y proteger'
¿Tienes a alguien cercano en el frente?
Sí, un primo y el esposo de mi prima. No pueden contarnos mucho dónde están, pero luego por las noches nos dicen que están bien.
¿Te has arrepentido en algún momento de aceptar el papel por lo que supone para ti?
No, para nada. Igual sí he podido sentirme culpable de interpretar la guerra como una performance artística, pero, lo hiciera o no lo hiciera, la verdad es que ni ayudo ni perjudico. En todo caso, mostramos a las personas que son de aquí cómo es vivir una guerra.
Los refugiados están muy agradecidos del país que les acoge, pero siempre a vista de volver a su país
Tu personaje es una refugiada de la guerra, ¿cuál es tu perspectiva como ucraniana sobre cómo están viviendo la adaptación a otros países los migrantes?
Cuando te vas porque te obligan las circunstancias políticas y sociales, no porque tú quieres, el ansia siempre es de volver. Para los refugiados hay un deadline, te están acogiendo, están sobreviviendo aquí, están muy agradecidos del país que les acoge, pero siempre a vista de volver a su país. Es una migración muy diferente a la de mis padres, que nos fuimos a Londres y vinimos aquí, pero era por ver más mundo, aunque también por dinero, no porque algo te obligue a abandonar tu hogar. Creo que es un proceso de adaptación siempre con vista a querer volver.
¿Fueron estas situaciones tan difíciles las que te motivaron a pedir ayuda psicológica?
Yo voy a terapia siempre, pero sobre todo cuando trabajo en proyectos determinados. Cuando tuve esas escenas de la guerra también lo hablé con mi coach de interpretación de Madrid. No pregunté tanto cómo interpretarlo, porque entras y te apoyas en las cosas que tienes a tu alrededor, sino el lidiar con ello después cuando sales de esa escena para que no te salpique en tu vida personal o en otras escenas que tengas que hacer. Yo siempre aconsejo a los actores tener un coach o un terapeuta para superar esas cosas.

Rodaje de 'Ella, maldita alma'
¿Vas a echar de menos a Ana cuando termine el rodaje?
Seguro. ¿Sabes cuando ves a un actor que te gusta mucho y ves toda su filmografía seguida? Ves cosas de un personaje en todos, hay un pequeño gesto, una mirada. Al final siempre estaré yo en todos, aunque los vaya acumulando.
No sé cómo la gente que es muy religiosa o muy conservadora recibirá 'Ella, maldita alma', lo pensaba mientras lo rodaba
Como Karina, ¿serías amiga de Ana?
¡Sí, cuánto salseo, cuánto chisme! Le diría que me contase cosas, porque cada día le pasa algo. Sería su amiga, la apoyaría y la entendería. Además, hay algo que decimos todos los actores que es súper cliché: aprendes a no juzgar cosas que hace tu personaje, que puede que si lo hiciese un desconocido no lo verías igual. Cuando lo vives desde dentro ves que la vida da tantas vueltas...
¿Cómo crees que recibirá el público este triángulo amoroso? ¿Escandalizará la figura del sacerdote?
No sé cómo recibirá 'Ella, maldita alma' la gente que es muy religiosa o muy conservadora, lo pensaba mientras lo rodaba. Yo soy ortodoxa cristiana, pero aquí sois católicos y los curas en España no se pueden casar, pero en mi país sí. Siempre me ha sorprendido que alguien que esté practicando el celibato y no mantenga relaciones pueda aconsejar a otros en sus relaciones. Eso sí, los fans de Maxi y Martiño van a recibir muy bien la serie. La otra parte espero que no la reciba mal y que entiendan que los curas son personas que sienten, se pueden enamorar y no están protegidos de las emociones humanas. Seguramente tengan que luchar contra ello todos los días.

Karina Kolokolchykova durante la entrevista en el set de 'Ella, maldita alma'
La religión es muy importante en la serie. ¿Tu personaje es religioso?
Ana es ortodoxa, pero creo que ha tenido un gran conflicto con la fe como mucha gente que pasa por la guerra, porque ves determinadas cosas que te hacen decir: ¿Dios permitiría esto? Es una cosa que piensa mucho la gente religiosa y cómo puedes creer en Dios si hay sufrimiento y muerte. Un filósofo que me gusta mucho dijo una vez que sin el sufrimiento no hubiera existido un bien mayor, es decir, que el sufrimiento y el mal son los propulsores de que haya bien. En mi mente me explico muchas cosas a mi manera al ser religiosa.
Cuando eres extranjera piensas que tendrás papeles pequeños, secundarios, como la guiri o la inmigrante
¿Eres consciente de que esta serie será un antes y un después en tu carrera al afrontar un papel protagónico?
Yo creo que existe esa posibilidad, pero me da mucho miedo ilusionarme. No me lo creo todavía, estoy superagradecida de que me hayan escogido. Cuando hice el casting había varias opciones más y yo era consciente de que en cada país cuando eres extranjera no es personal que no te cojan y que cojan antes a un español, para mí no es nada racista. En mi país también se coge a gente con la que la audiencia se va a sentir identificada. Pensaba que cabía la posibilidad de que cogiesen a una actriz española famosa que haría un acento. Cuando eres extranjera piensas que tendrás papeles pequeños, secundarios, como la guiri o la inmigrante.

Karina Kolokolchykova y Martiño Rivas en el rodaje de 'Ella, maldita alma'
¿Te impone el hecho de subir escalones y tener más fama?
Todavía no he visto una diferencia en mi vida, te lo diré en un año, pero yo creo que no. Se dice que es hasta traumático para la gente que se hace famosa muy joven, porque se quedan mentalmente en esa edad. Se dice que la fama muy grande es un trauma para la mente humana, porque no estamos hechos para ser famosos, estar expuestos y que se analice nuestra imagen. Yo todavía no me he hecho a la idea, estoy viviendo el día a día rodando con mis compañeros y los demás actores. Desde hace ocho años estoy rodando, salen proyectos, trabajo y mi vida es igual. Hay algo en mí que dice que esto será igual: lo terminaré, se emitirá y saldrá todo igual.
Siempre que leo clichés los relativizo, porque lo son por algo
¿Temes ese punto de excesos que pueda conllevar la fama?
No, porque no salgo de casa, te lo dirá la gente que sale de fiesta. Yo voy a cenar y a comer, pero siempre hago como una bomba de humo y desaparezco. Me gusta muchísimo dormir, ni bebo ni fumo. Soy bastante aburrida como artista, porque trabajo y voy a casa. Tampoco sé con qué me puedan tentar las fuerzas del mal.
¿Te has topado con muchos clichés sobre tu país en el guion de la serie?
Creo que los guionistas y el cine español han cambiado y evolucionado. Los escritores van adaptando esas cosas y la verdad es que en este guion no he visto ningún cliché típico. En este proyecto no, pero sí lo he visto. Siempre que leo clichés los relativizo, porque lo son por algo. La gente generaliza en todas las culturas, siempre son los mismos tópicos. Entiendo que no viene de forma personal cuando lo leo y que viene del desconocimiento, así que lo corrijo y ya está.