El escándalo protagonizado por Plácido Domingo sigue acumulando más testimonios y declaraciones que señalan al tenor como un acosador sexual. A las nueves mujeres que ya han alzado la voz al respecto, se suma Karmele Marchante, quien ha publicado un artículo en su blog del Huffpost en el que acusa al cantante de ópera de haberse tomado demasiadas confianzas con ella durante una entrevista en los años 80.
Karmele Marchante y Plácido Domingo
"No me cabe otra que denunciar a diestro y siniestro las polémicas, revuelos en medios, condenas, defensas y opiniones de todos los colores sobre la noticia de que el tenor español más tenor de todos los tiempos y dios de la lírica, podría ser un abusador sexual", empezaba escribiendo Karmele Marchante, antes de explicar que ya existían sospechas y habladurías de que "Plácido no estaba hecho de iridio, sino de barro y ocultamientos".
"Un día que le hice una entrevista en el mismo Liceu de Barcelona, años 80. A solas él y yo, más o menos a media tarde. En su camerino", decía la periodista introduciendo la situación. "Cuando cerré el magnetofón se acercó más de la cuenta y con cara de "a mí me está todo permitido" me invitó al mismo hotel en el que se alojaría en Nueva York una semana después", declaraba Karmele Marchante.
"Algo sonó en mi interior a encerrona rara y me aparté, justo en el mismo instante en el que entraba sin llamar Marta Ornelas, su esposa", añadía la excolaboradora de 'Sálvame'. "La señora pensó más de lo que vio y, cual protagonista de la óperas de su esposo, estuvo a punto de caer verbalmente sobre mí, cuyo estado me llevó a una fugaz despedida y a desaparecer sin ser vista por el agujero de la cerradura", narraba Karmele Marchante, explicando cómo se las apañó para salir de aquel camerino.
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Una llamada que no cogió
Tal y como explica la periodista, esa misma noche Plácido Domingo llamó a Marchante a las dos de la madrugada. "Sonó mi teléfono, que no cogí yo (por eso hay testimonio). Era Plácido desde Viena para disculpar a su cónyuge y no a él mismo. Sin embargo mantenía la invitación", decía Karmele Marchante, añadiendo después que rechazó en todos los casos la invitación y no volvió a verle hasta el año 1992 durante el rodaje de "El barbero de Sevilla".