'La Casa de Papel' siempre ha ido a mil por hora. Tanto en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre como en el Banco de España, la constante inyección de adrenalina ha provocado numerosos y adictivos volantazos argumentales, pero ahora la ficción creada por Álex Pina se enfrenta a su mayor desafío: cerrar un fenómeno sin precedentes de manera satisfactoria. La cita final tendrá lugar el viernes 3 de diciembre, aunque, antes de devorar los cinco últimos episodios, la plataforma ha congregado al equipo creativo de la serie por última vez.
La última fiesta de 'La Casa de Papel'
"El final da mucho vértigo porque casi siempre es causa de decepción. Es una sensación de que te vas a dar contra la pared hagas lo que hagas", ha comentado Pina en la rueda de prensa celebrada en Madrid el 30 de noviembre. "Terminar 'La Casa de Papel' era un reto muy complicado, porque lo que teníamos pensado desde hace años no funcionaba y encontramos la clave en el último momento", añade, secundado por su socia Esther Martínez Lobato: "Durante la escritura del final pasaron días en silencio. Pensábamos en la gente que lo iba a recibir en casa y cómo se iban a sentir. Nos cruzábamos por los pasillos y no nos hablábamos porque no se nos ocurría nada suficientemente poderoso, pero al final surgió la chispa".
La presión era palpable en las oficinas de Vancouver Media, hasta el punto de recibir correos electrónicos con amenazas escatológicas. Aun así, el equipo de guionistas se sobrepuso a la situación para reconducir el proyecto tras un punto de inflexión tan brutal como el vivido en el final del primer volumen de la quinta parte. "La muerte de Tokio hace cambiar la serie de manera radical y sirve de punto de giro hacia el final. Estos últimos episodios son un homenaje a todos los personajes, dándole cabida a todos para mostrar más su alma y su corazón", asegura Martínez Lobato.
De la sangre a la lágrima
El segundo volumen llega tan solo tres meses después del lanzamiento del primero, completando el díptico definitivo con un toque más sentimental. "El primer volumen era pura acción, guerra y adrenalina. Fue una de las experiencias más brutales por las que hemos pasado y dimos el do de pecho para generar el clímax intermedio. Ahora estamos ante una temporada más emocional y es el final dramático del relato, aunque también está lleno de adrenalina y giros, teniendo otro tipo de trepidancia", indica el director Jesús Colmenar, quien promete un episodio final "muy especial y un tanto distinto a lo hecho hasta ahora".
La policía irrumpe en el Banco de España
"Si en la anterior parte tenemos una épica de acción, ahora tenemos una épica emocional", enfatiza el cineasta, por lo que el desenlace mantendrá las pulsaciones altas, aunque será complicado que no se escape alguna lágrima antes de que aparezcan los créditos. Además, Colmenar resalta la sensación que dejará el final: "Hasta el último capítulo no terminas de cerrar todo el viaje y entender lo que ha sido la serie". Y para que esta meta se cumpla, era necesario cerrar muchos círculos. "En este volumen tiramos hacia atrás y adelante para atar cabos y damos respuestas emocionales a la psicología de los personajes. Es la temporada que más nos ha costado escribir y, para mí, es la mejor, la más redonda y la más emocionante", apostilla Pina.
¿Qué será lo siguiente?
Una vez puesto el broche al segundo atraco, Pina y el resto del equipo de Vancouver tienen un dilema entre manos con respecto a su mayor éxito hasta la fecha: seguir exprimiéndolo o pasar página. "El final de 'La Casa de Papel' es el final de 'La Casa de Papel'. No se deja la puerta abierta a una temporada 6 o 7", esgrime Colmenar, dejando claro que la serie matriz acaba con el cierre de la quinta parte, pero añadiendo un importante matiz: "Más allá de otros posibles proyectos alternativos". Y es que desde que se anunciara que esta entrega sería la última, sí se han abierto puertas y ventanales a posibles escisiones ambientadas en este universo, algo que Pina ha vuelto a dejar caer en la presentación: "Eso es algo que estamos pensando, pero que está en el aire. Estamos dándole vueltas".
Ante ese horizonte de posibilidades, quien sí tiene claro que ha terminado una era es Álvaro Morte. "Ahora mismo la serie termina donde tiene que hacerlo para no seguir apretando. Los personajes y la historia han dado lo que tenían que dar, y es una forma de regalarle a los fans lo que verdaderamente merecen. Si lo hubiéramos estirado habríamos corrido el riesgo de que se nos hubiese caído", afirma el actor, cuyo último día de rodaje no pudo ser más especial: "Fue muy bonito. Tuve la suerte de hacerlo con el mismo equipo con el que arranqué a grabar el primer día. También estaba grabando solo, que tenía algo de desconcertante, y recibí una carta".
El hermano televisivo de Morte, Pedro Alonso, atravesó una despedida similar, apuntando a un cierre que tratará de encontrar el equilibrio entre lo coral y lo individual. "Rodé solo. Después de cinco años, llegué a plató y no había ninguno de mis compañeros. Me levanté por la mañana pensando que todo estaba bien, que tocaba cerrar una etapa, pensando que estaba madurando como ser humano, pero cuando acabamos de rodar me dieron una carta y no pude leerla hasta que pasaron seis o siete minutos porque me entró una llorera... Me di cuenta del impacto en nuestras vidas en lo profesional y lo personal que ha tenido la serie".
Palermo, acechado en 'La Casa de Papel'
Energía hasta el final
Antes de recibir esas emocionantes cartas, los componentes del reparto tuvieron que tirarse al barro una vez más. "La magia de esta serie es que se rompe por completo el espacio-tiempo. Como actores, es devastador mantener la misma energía constantemente, eso es una locura. Hay que estar arriba todo el rato. Lo difícil no era construir una cosa, sino mantenerse a tope", reconoce Najwa Nimri. Pese a esa tremenda exigencia, Miguel Herrán ha conseguido quedarse solo con lo bueno: "Ha sido una serie muy dura, aunque ahora nos riamos nos ha costado. Aun así, todo lo malo se me ha olvidado y no me acuerdo ni de mi último día de rodaje. Empezamos con una serie pequeña en Antena 3 y el esfuerzo se nos ha devuelto con creces".
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Esa recompensa ha tenido mucho que ver con la intervención de Netflix en el proyecto, demostrando que el impacto universal solo se logra prestando atención al contenido local. "Parece que a la gente le gusta lo español. 'La Casa de Papel' ha ayudado mucho a que se nos conozca y se nos vea", asevera Pina. A ese respecto, Colmenar sentencia poniendo en valor la influencia que ha tenido (y tendrá) esta apuesta única: "Llevamos muchos años luchando dentro de la industria española. Primero intentando derribar grandes barreras de los generalismos, la señora de Cuenca…. 'La Casa de Papel' ha supuesto el clímax de esa batalla, queríamos hacer una ficción televisiva más cinematográfica. Ves ahora el panorama de la ficción española y es alucinante. Todo esto ha sido un viaje vital".