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Pósters de 'La Casa del Dragón' 9 fotos
El momento más chocante del primer episodio de 'La Casa del Dragón' no fue ni el intenso torneo ni la salida nocturna de la Guardia de la Ciudad, sino el parto de Aemma, que demostró que dar a luz es el campo de batalla de las mujeres de Poniente. Tras esa declaración de intenciones, el segundo capítulo de la precuela ha seguido indagando en su crítica a la estructura patriarcal de este mundo medieval, y en esta ocasión lo ha hecho dirigiendo el foco a los enlaces concertados.
De hecho, el matrimonio es el eje central de todo el episodio, que tiene lugar medio año después del piloto. El paso del tiempo impone más urgencia a la situación del rey Viserys, cuya soltería es intolerable, ya que denota una cierta sensación de fragilidad. Así pues, se empiezan a poner opciones sobre la mesa para que el monarca se case lo antes posible, por más que el personaje de Paddy Considine no esté preparado para pasar página.Viserys y Laena en 'La Casa del Dragón'
La propuesta más óptima a nivel estratégico resulta ser la de Laena Velaryon, ya que afianzaría la relación entre los Targaryen y los Velaryon tras la fricción provocada por la resolución del Gran Consejo de Harrenhal. El único problema, al menos para Viserys, es la evidente diferencia de edad: Laena tiene doce años y el rey, que aparentemente es más mayor en la serie que en la cronología literaria, como mínimo triplica la edad de su potencial prometida.
Aun así, somos testigos de una secuencia realmente incómoda, en la que Laena muestra una fingida predisposición a materializar la unión, visiblemente influenciada por la voluntad de su padre, Lord Corlys. Después de una breve charla, la pequeña confiesa que sus padres le han dicho que no tendría que consumar el matrimonio hasta los catorce años, un comentario que refuerza el rechazo de Viserys a esta situación y que acaba empujando al rey a decantarse por la opción menos diplomática, pero la que personalmente más le complace: Alicent.
Al acometer esa elección, se sientan las bases del conflicto que marcará el devenir de 'La Casa del Dragón' y se provoca un cisma inmediato con Corlys, pero también se insiste en la misma idea que con Laena: las mujeres no tienen poder de decisión. El matrimonio no es más que otra herramienta para subyugarlas de manera sistemática, como también demuestra la intención de Daemon de someter a su voluntad a Mysaria, aunque en ese caso ella se rebela y traza líneas rojas.
Una realidad misógina
La postura de Viserys es atípica dentro de este universo. Enamorado de Aemma y repelido por la niñez de Laena, el monarca parece tener un código moral que no encaja del todo con las costumbres del continente que gobierna, aunque eso no le exime de responsabilidad. "El sistema está articulado de tal manera que incluso los mejores hombres, los buenos hombres que intentan hacer lo correcto, están oprimiendo y traumatizando a estas jóvenes sin ni siquiera saber, necesariamente, que lo están haciendo", nos aseguraba la productora ejecutiva Sara Hess durante la presentación de 'La Casa del Dragón' en Ámsterdam.
Partiendo de esa reflexión, el equipo de la precuela busca conscientemente alejarse de la manera de 'Juego de Tronos' de plasmar la violencia contra las mujeres. "Por lo que tengo entendido, había algo de sexo gratuito en la original. Para mí, es más interesante mostrar la violencia inherente al sistema patriarcal. No es que las mujeres no sean violadas, pero no trata de eso. Se trata del hecho de que estas adolescentes están siendo casadas con hombres muchísimo mayores. E incluso si están dispuestas a hacerlo y aceptan, no tienen la edad para consentir o comprender lo que están aceptando. Así que creo que estamos mostrando que la forma en que están siendo manipuladas es horrible, traumática y violenta, incluso si en ese momento no saben lo que está sucediendo", sentenciaba Hess.